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CUANDO EL PODER DESPIERTA

Vivi Page

 

El terror funciona cuando refleja el lado más oscuro de la realidad. Consumimos terror porque es más fácil de digerir que el noticiero de la noche.

Stephen King lo ha sabido muy bien durante toda su carrera. En 1974 publicó su primer libro, Carrie, y se convirtió en un éxito total, con gran ayuda de la adaptación cinematográfica a cargo de Brian de Palma dos años después. La historia de una jovencita con poderes telequinéticos, diferente a los estándares de popularidad en un mundo de adolescentes crueles y que además tiene que lidiar con una madre fanática religiosa, va mucho más allá de la historia de ficción. Es en realidad una mujer que descubre el empoderamiento femenino y el despertar adulto. No es coincidencia que el nudo comience con la llegada de su periodo menstrual.

Cabe destacar que el libro versa sobre el boicoteo entre las propias mujeres. Aunque, en palabras del propio autor en su obra Danse Macabre, “[Carrie] es, en sus implicaciones más adultas, una intranquila fantasía masculina ante un futuro de igualdad femenina”.

Katt Shea entendió bien el concepto cuando filmó The Rage: Carrie 2. En un intento con resultados bastante pobres, trasladó la misma situación social en un entorno machista donde los abusadores esta vez son masculinos. Como ejemplo tenemos el sanitario para caballeros con los nombres de las mujeres con quienes tuvieron relaciones escritos en las paredes.

Luego, Stephen King publicó en 1980 una novela no tan popular, Firestarter. La protagonista, Charlie McGee, es una niña de siete años con poderes de piroquinesis que debe huir junto a su padre, pues el servicio secreto del gobierno los quiere atrapar y asesinar. Durante toda su infancia sus padres le aleccionan a sentir culpa por el poder que posee y le enseñan a reprimirlo. Entre los villanos se encuentra uno de los mejores escritos por King, Rainbird, personaje con una atracción indirectamente sexual hacia la niña (en la película esto está tratado de forma más directa). Incluso su nombre lo refleja, “pájaro de lluvia”, quien busca apagar el fuego de Charlie. Entonces es una novela acerca de una niña con un poder capaz de controlar el fuego que sus padres quieren reprimir, el director del servicio secreto utilizar y el villano destruir.

Los dos ejemplos anteriores son sobre niñas con un potencial que asusta a la sociedad. ¿Pero qué sucede cuando la mujer ya hace uso de ese poder? Suelen ser representadas como devoradoras, buscando almas (en su mayoría masculinas), o en todo caso son mujeres castigadas.

El castigo de la sexualidad femenina ha estado presente en numerosas películas de terror. Psycho (1960), de Alfred Hitchcock, presenta una escena maravillosa y clásica: Marion es asesinada con un cuchillo mientras se ducha en el motel. Se trata de una mujer con una sexualidad exteriorizada durante la película, quien luego es ultimada con un arma fálica y pasional.

El poder femenino no se presenta de forma directa en estas —y muchas otras— obras de terror. Sin embargo, hay varios conceptos que rodean a la mujer en este género que, sin duda, es muy interesante para analizar.

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Imagen de cabecera: The Mountain with Teeth.

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Vivi Page

Nací en la ciudad de Puebla, el 2 de diciembre de 1997. A muy temprana edad me enamoré de las palabras y desde entonces hasta ahora he intentado conquistarlas.

Estudié un año lingüística y literatura. Sin embargo, por azares del destino, dejé la carrera, pero no las letras. Mis relatos van desde lo erótico hasta lo escabroso, publicados en algunas revistas digitales.

Y este es solo el comienzo.

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