Seleccionar página

LA OCTAVA PLAGA

 o

mucho gusto, señor Casasola

(Bernardo Esquinca, Zeta, 2011)

Adrián “Pok” Manero

 

 

El año pasado salió a la venta la novela Toda la sangre de Bernardo Esquinca. De él ya antes había leído Los niños de paja, colección de cuentos que me agradó bastante, así que este nuevo libro despertó mi interés. No obstante, en una entrevista escuché que se trataba del segundo libro en que utiliza a su personaje Casasola. Como buen completista que soy, o por mi tendencia a ser un tanto obsesivo-compulsivo, me di a la tarea de conseguir esa primera entrega en las aventuras del personaje, para poder leerlas en orden cronológico. Fue un tanto difícil: en ninguna de las librerías acostumbradas la tenían y no hacían un gran esfuerzo por reabastecerla. No fue sino hasta que pude ir a una feria del libro que la solicité directamente a la editorial (aunque tampoco la tenían en existencia, tuve que encargarla y regresar días después por ella). Una vez que la conseguí, la puse en la interminable lista de cosas por leer y dejé pasar los meses. Pero por fin me di la oportunidad de leerla y valió la pena por completo.

Si bien podría catalogarse a La octava plaga dentro de la novela negra, no es estrictamente policiaca. Casasola no es un agente de la ley y el orden ni un detective privado, tampoco se dedica a combatir crímenes ni a enfrentar a narcotraficantes. Se trata más bien de un periodista, renuentemente de nota roja pues lo suyo es lo cultural, que para conservar su empleo en el periódico debe tomar este nuevo rumbo tras haber sido cancelada su sección. Es así que empieza a cubrir escenas de crímenes sórdidos, lo cual lo pone sobre la pista de la llamada Asesina de los Moteles: mujer que degüella a sus amantes en el momento del orgasmo, dejando atrás cadáveres atados a la cama, con el cuello abierto, la cabeza girada de modo que recuerda a un Chac Mool y un rictus de horror en la cara. Pero desde el principio de la novela nos queda claro que se trata de mucho más que una cuestión de asesinatos, pues un prólogo sobre un entomólogo que hace contacto con un nuevo insecto, así como varias notas de corte sensacionalista, nos hacen ver que algo mucho más siniestro y de carácter sobrenatural está en juego.

Esquinca recurre al truco de escribir capítulos breves y concisos, que agilizan la lectura y nos hacen seguir avanzando velozmente sin que nos demos cuenta. El tono ligero va en contraste a la violencia sin llegar a trivializarla. Pero quizás el mayor acierto es la inclusión de una subtrama amorosa en los deseos de Casasola por recuperar a su ex esposa. Los pensamientos y reflexiones sobre el final de un matrimonio, la intimidad y la muerte de una relación le dan a la novela una profundidad ominosa que sirve para plantear la transformación del protagonista. Esto y los sueños que tiene nos adentran en su psique sin tener que recurrir a la narración subjetiva, lo cual nos muestra las fortalezas del autor.

La novela está plagada de referencias y citas a grandes obras literarias, desde Poe y Thomas de Quincey hasta J. G. Ballard y Ray Bradbury. También hace algunos comentarios sobre la escena literaria contemporánea, mostrando el bagaje cultural del personaje principal. También tiene otros personajes que brillan, como Verduzco –colega que inicia a Casasola en el arte del periodismo de la nota roja-, y el Griego –fotógrafo retirado que algo tiene de investigador y cuyas memorias dan un subtexto de futilidad que interactúa con la historia principal-. Con gente que empieza a comportarse como insectos, se nos plantea lo que parece ser una invasión mental como parte de una guerra contra las criaturas que han habitado este planeta desde mucho antes que nosotros, lo cual me recordó ligeramente al comic The exterminators de Simon Oliver y Tony Moore. Todo esto hace de esta “novela negra de horror” un trabajo bastante disfrutable, sobre todo para aquellos que disfrutamos de los mal llamados subgéneros literarios.

Así que ya saben, si les interesa conseguir esta obra, de preferencia búsquenla en alguna feria (ya viene Minería, guiño guiño), pues es un tanto difícil de conseguir, pero definitivamente vale la pena.

8a plaga

****

pokAdrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona.  vinetaspalabrasyfotogramas.blogspot.com