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LUGARES IMAGINARIOS

IV

Emiliano González

Primera parte

Segunda parte

Tercera parte

 

 

Mi San Judas y el de Ray son deformaciones del benévolo Judas Tadeo del Santoral (que ayuda a los creyentes en casos difíciles), deformaciones transformadas en villanos de la literatura.

Wratislaw en su poema “Amigos modernos” dice:

El traidor pelirrojo del beso pútrido,

San Judas con sus sonrisas y palabras de amor.

Mi cuento “El peregrino amarillo” es una premonición de mi lectura de “El peregrino apasionado”, poema de Shakespeare, ya que al final de mi cuento cito unos versos de “El antiguo marinero” de Coleridge, en que están el “temible demonio” (frightful fiend) que es opuesto al “fiel amigo” (faithfull friend) del verso final de “El peregrino apasionado”.

El fiel amigo de Sócrates, Platón, se vuelve un temible demonio en la República. Los datos suministrados por el maestro Sócrates acerca del gobierno espartano son mal aprovechados por el discípulo, debido a un exceso de miedo ante la condena de Sócrates. En la República, Platón –disfrazado de Sócrates– estimula la injusticia, la estupidez, la cobardía, la crueldad, la imprudencia y la cursilería, al rechazar a Homero, a la tragedia, a la comedia, a la dialéctica socrática. Los sacrificios humanos –guerras, eliminación de niños feos– de la República nos recuerdan los campos de batalla vistos como templos de Ares y las ofrendas a Zeus Licaon, el dios-lobo. La familia –el padre y a madre– se ven sustituidos por el Estado. Aristóteles vuelve aún más siniestro el panorama en su Política, en que la mujer está subordinada al hombre, al igual que un esclavo. La ley del más fuerte, de los animales, es aplicada a los humanos. De ahí la frase, “El hombre es un animal político”, que proviene también de la noción heraclítea del sabio como mono de Dios. En la Política de Aristóteles, el hijo está subordinado al padre, igual que la mujer y el esclavo. El hombre y el Estado se parecen, al ser los amos. Una nación, según él, tiene derecho a conquistar a otra y a reducirla a la esclavitud, si es la otra nación físicamente débil. Según él, hay razas “naturalmente deficientes”. Racista y esclavista, la Política de Aristóteles es opuesta a la Poética. La buena vida de los artistas y filósofos debe existir gracias a la vida de los esclavos. Aristóteles se adelanta al Wilde inmoralista de El alma del hombre bajo el socialismo. Las tres formas de gobierno que Aristóteles considera normales son la aristocracia, la monarquía y la constitución (en la que la democracia juega un papel muy limitado y subordinado). En nuestra época, el país que se llama a sí mismo democrático y tolera tendencias aristocráticas es en realidad una constitución aristotélica, no una verdadera democracia, en que hay partidos diferentes pero no enemigos. En nuestros días, el país gobernado por un presidente es llamado una república, por más democrático que sea, y sólo si en él predominan las tendencias aristocráticas es comparable con la República de Platón. Al justificar la prepotencia aristocrática basándose en la Naturaleza, Aristóteles anticipa al Marqués de Sade (que cree que el mal es la Naturaleza), y al apoyar la ley del más fuerte anticipa a Nietzsche. Algunos políticos modernos han querido transformar la frase aristotélica sobre el animal político, así como Moro transformaba la República de Platón en su Utopía.

En la República, la alegoría de la caverna es usada como triquiñuela dialéctica para atraer a los ingenuos hacia la erística espartana, y en la sociedad secreta de Machen el nombre Golden Dawn (Aurora Dorada) es usado para atraer a los eróticos y reprimirlos. Machen en su autobiografía le cambia el nombre a la Aurora Dorada y le pone Orden de la Estrella de la Penumbra. Dice que es “pura tontería relacionada con abracadabras impotentes e imbéciles”. Añade que el liderazgo no tenía sabiduría alguna, ni del tipo más elemental, ni exploraba profundamente a sus adeptos, de tal modo que “sus frases, santos y señas serían leídos una buena mañana en los periódicos, siendo el escenario de uno de los casos criminales más horribles del siglo XX” (Machen se refiere al juicio de la pareja Horos, ocurrido en 1901). En sus Confesiones, Alesiter Crowley es mucho más claro que Machen al referirse a la Golden Dawn.

La magia de Abramelín influye sobre Samuel Liddell McGregor Mathers, líder de la Golden Dawn. La magia de Abramelín es parecida a la de El libro negro de Salomón: el autor es judío, pero simpatiza con el anti-semitismo moabita. Da la impresión de ser cristiano también, mas los espíritus que invoca son en realidad demonios. Da instrucciones para volar (lo cual es satirizado por Algernon Blackwood en “Las alas de Horus”), para hacer daño a la gente y para obtener oro.

El dogma de que los gnomos y otro elementales forman una raza superior le viene a Mathers del libro La raza futura de Lytton, en que los habitantes de la tierra hueca son gnomos, pero gigantescos, y manejan la energía llamada “vril”, que supera las posibilidades humanas conocidas. En su prólogo para La magia de Abramelín, Mathers dice que los gnomos y otros elementales forman una raza superior. Alrededor del libro de Lytton se forma el grupo pre-nazi “Vril”, en el que se basa la sociedad nazi “Thule”. En el libro de Lytton, la historia y la ficción están prohibidas, por ser consideradas perjudiciales. M. R. James, en su relato “¡Silba, muchacho, y acudiré!” (1904) muestra a un demonio invisible parecido al Horla (ser superior invisible), que ha sido llamado por un silbato en las ruinas de un convento templario, silbato que tiene un par de cruces gamadas.

Hay un vínculo entre los templarios, los sacerdotes de la Magna Mater y los asesinos de Hassan, mezcladores de hashish y opio y adoradores de Zoroastro. Eliot en su libro La tierra baldía exorciza el mal de los templarios.

Cuando Deméter se ve sustituida por Cibeles, los misterios eleusinos se ven deformados y arrancar el hongo se vuelve arrancar el falo del sacerdote. Deméter se vuelve la Magna Mater, como si la castración de Urano fuera necesaria para la existencia de Venus, diosa que implica una protesta ante el mal, al afirmar la belleza y el amor. Y en una deformación del ritual dionisiaco, el gordo travestido se vuelve su propia bacante y se castra a sí mismo. En vez de la apoteosis paradisiaca está el castigo infernal.

Rafael Llopis en una antología de cuentos de terror de 1963 dice que “las características propias de los paraísos paganos corresponden también a las visiones provocadas por el peyotl y otras sustancias alucinógenas”, y explica que “los primitivos tomaban esas sustancias con objeto de ponerse en contacto con la divinidad”, pero que “la elevación que les hacía sentir dicho tóxico no era en realidad sino un descensus ad inferos, y con lo que se ponían verdaderamente en contacto era con su propio inconsciente”. Llopis añade que “Jung, Mircea Eliade, Stravinsky, los escultores modernos y el psicoanálisis, la afición a las artes primitivas, la música de jazz, no son casualmente contemporáneos de Arthur Machen y Lovecraft”. En una antología de cuentos de terror, anterior a la de Llopis, Juan J. López Ibor afirmaba que las drogas podían abrir las puertas de la percepción.

El hashish le permite captar la belleza y la mujer le impide enloquecer al narrador, en un mundo desolado por una nube purpúrea, de origen volcánico, en la novela La nube purpúrea (1930) de M. P. Shiel. Viene a la memoria “la nube purpúrea” del viento maligno llamado “simún”, a la que alude De Quincey al referirse al opio de Coleridge. En su novela, Shiel, simbólicamente, anula al narcótico al elogiar la droga psiquedélica, rechaza la amapola eleusina al preferir hashish.

En su libro Los trabajos y los días (1944), Alfonso Reyes se refiere al “peyotl, la hierba sagrada de los tarahumaras” que posee, entre otras, la propiedad de transformar los sonidos en visiones, las notas musicales en alucinaciones luminosas”. Añade Reyes: “Nótese que ya la música eléctrica admite aparatos en que la emisión luminosa se traduce en sonido –fenómeno inverso al del ‘peyotl’…”

Estos apuntes ya señalan hacia el movimiento psiquedélico y sus sinestesias.

Asimismo, un fragmento de Salvador Dalí sobre el art-nouveau prefigura a este movimiento: “Escultura de todo lo extra-escultórico: el agua, el humo, las irisaciones de la pre-tuberculosis y de la polución nocturna, la mujer-flor-piel-peyote-joya-nube-llama-mariposa-espejo. Automatismo ornamental. Estereotipia. Neologismos. Realización de los deseos solidificados.” En un diccionario surrealista, de 1938, el erotismo es definido como una “ceremonia fastuosa en un subterráneo”. Es el diccionario que incluye el fragmento de Dalí.

Una anotación en el Diario de José Juan Tablada para el jueves 23 de 1923 es reveladora:

Festival del Maverick, especie de Kermesse que celebran los artistas de Woodstock durante una noche de luna en agosto.

El viernes 5 de noviembre de 1926, Tablada escribe:

–Qué ganas de entrar en un espejo…

–¿A dónde?

–¡Al Hiper Espacio donde mi corazón está del lado derecho!

Recordamos Alicia a través del espejo y vemos una anticipación del ensayo de Fritz Leiber sobre Lovecraft (“A través del Hiperespacio con Brown Jenkyn”). También debe ser tomada en cuenta la anotación de Tablada para el 27 de noviembre de 1926:

Vino la maid a limpiar la casa.

Nasty weather, digo tiempo de perros… el piso resbaloso, con el hielo que cubre los pavimentos de una especie de vidrio viscoso y traidor. Leo a Algernon Blackwood.

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Emiliano González

Autor de Miedo en castellano (1973), Los sueños de la bella durmiente (1978, ganador del premio Xavier Villaurrutia), La inocencia hereditaria (1986), Almas visionarias (1987), La habitación secreta(1988), Casa de horror y de magia (1989), El libro de lo insólito(1989), Orquidáceas (1991), Neon City Blues (2000), Historia mágica de la literatura I (2007) y Ensayos (2009).