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PERDER LA CABEZA

Bernardo Monroy

 

 

9

 

Si cuando sostienes tu ipod nunca has dicho “Hey, escucha esta rola, es una de mis favoritas” y de inmediato le das el audífono derecho a esa persona mientras que tú escuchas en el izquierdo, no puedes presumir de haber tenido un mejor amigo.

—¿Only One de Yellowcard? Ya te he dicho que es una mierda.

—Es una bonita balada: Broken this fragile thing now and I can’t, I can’t pick up the pieces and I’ve thrown my words all around…

—Es un asco. Prefiero a los Red Hot Chilli Peppers.

Nos encontrábamos en el cementerio que justo una noche antes atravesamos en la bicicleta. La tumba ante nosotros decía: “AMANDA KNICKERBOCKER, LOVELY WIFE OF WILLIAM AND MOTHER OF TYLER”. Esa fue la razón por la que Tyler se detuvo. Le di unas cuantas palmadas en su huesuda espalda y después de unos minutos que dejó escurrir unas lágrimas, salimos del cementerio rumbo a Sleepy Hollow. De día el camino no lucía para nada siniestro.

Nos dirigimos al centro comercial, donde acompañé a Tyler a la librería para que iniciara su jornada laboral, y posteriormente iría a casa, a escuchar los sermones de mi padre sobre que no quería que su hijo se volviera el Igor de los Frankensteins narcotraficantes.

En el estacionamiento nos encontramos con Howard Van Brunt. Esta vez, en vez de evitarlo, Tyler caminó hacia donde estaba él y le dio una patada en los testículos. Sus larguísmias piernas se movieron con maestría, como cuando bailaba. La siguiente patada fue directa a la quijada de su contrincante, quien no tuvo tiempo de reaccionar y cayó al suelo. Una vez allí comenzó a patearlo como si fuera un balón de futbol. No hacía falta palabras, pues el mensaje de Tyler para con su eterno torturador era más que evidente.

Llegamos a la librería y allí estaba Mary Van Tassel, revisando la mesa de novedades justo a la entrada. Nos saludó como si fuéramos cualquier par de amigos, ignorante que uno de ellos estaba enamorada de ella. Nos dijo que buscaba una buena novela de vampiros, no basura como la saga de “Twilight” de Stephenie Meyer.

—Bueno —dijo Tyler—, R.L. Stine acaba de publicar Red Rain. Su primera novela para adultos.

—¿R.L. Stine? —exclamó Mary, con la sonrisa de quien recuerda buenos tiempos— De niña leía la serie de Goosebumps. Me encantaban. “Bienvenido a la casa de la muerte”, “Hagámonos invisibles”, “Terror en la Biblioteca”, “El campamento del lago maldito”… recuerdo perfectamente el slogan: Reader, beware…

—… you’re in for a scare! —repetimos al unísono los tres.

—Yo aún tengo todos los números de la serie. Quizá te interese que te preste algunos.

—¡Me encantaría! —exclamó Mary— ¿Qué te parece si cuando salgas de trabajar nos tomamos un café?

Tyler movió la cabeza afirmativamente. Después, Mary Van Tassel se despidió de él, confirmando la cita para las nueve de la noche.

—¿Sabes qué le puedes decir a tu padre, Richie?

Me encogí de hombros, esperando respuesta.

—Que si te lo propones, se pueden romper las tradiciones familiares.

FIN

AQUÍ para ver imágenes y videos del tema.

BERNARDO MONROY

Bernardo Monroy nació en 1982 en México D.F. y actualmente vive en León, Guanajuato. Es periodista y ha publicado el libro de cuentos “El Gato con Converse” y la novela “La Liga Latinoamericana”, así como la novela electrónica “Slasher”, disponible gratuitamente en el portal Zona Literatura. Es aficionado a los videojuegos, los cómics y los géneros de terror, fantasía y ciencia ficción, y escribe porque está frustrado, ya que nunca pudo ingresar a la Escuela de Jóvenes Dotados del Profesor Xavier. Sus textos han sido traducidos al klingon y al élfico.