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SEX CRIMINALS

memorias de dos adolescentes calenturientos

(Matt Fraction & Chip Zdarsky, Image, 2013 a la fecha)

 

Pok Manero

 

 

¿Recuerdas la primera vez que te masturbaste? Ese descubrimiento de sensaciones nuevas, el darte cuenta de que se sentía MUY rico. Y cuando tuviste tu primer orgasmo, ¿te sentiste culpable? ¿O sucio? ¿Pero al mismo tiempo bien? Tal vez incluso sentiste un poco de miedo, más cuando el tiempo se detuvo y todo el mundo se quedó congelado, con lucecitas de colores por todos lados y sólo tú podías moverte en él. ¿Qué? ¿A ti no te ha pasado así? ¿Qué no es así para todos? Pues al menos para Jon y Suzie lo es. Ellos son los protagonistas de este comic de Image que ha estado dando mucho de qué hablar desde hace casi dos años.

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Antes de continuar, una advertencia: si te incomodó leer ese primer párrafo, tal vez no quieras seguir leyendo esta reseña y tampoco quieras leer Sex Criminals. Si no te sientes cómodo al hablar abiertamente de experiencias sexuales muy íntimas y personales, o si no disfrutas de comedias que giran en torno a la vida sexual de sus protagonistas, o si no te gusta ver penes y vaginas, o si eres un bebé, seguramente no es para ti. En especial si eres un bebé, ya que no sabrías (ni deberías) leer esto. A menos que seas un bebé diabólico, en cuyo caso supongo que está bien. Pero no nos desviemos más del tema.

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Sex Criminals comienza con la historia de Suzanne Dickson, Suzie para los amigos, quien nos cuenta la historia de su vida. Vida sexual, claro está, pero empieza contándonos otras cosas, como que a su papá lo mató un cliente inconforme del banco en el que trabajaba cuando perdió la cabeza y cometió homicidio/suicidio. También nos cuenta cómo su madre decidió aliviar sus penas entrándole a la botella, lo cual las distanció. Estas circunstancias, de manera imprevista y un tanto accidental, la llevaron a su despertar sexual a través del autodescubrimiento, con la peculiaridad de que al llegar al orgasmo Suzie podía literalmente detener el tiempo. Lo cual fue conveniente, pues le brindó el escape que necesitaba para alejarse de su realidad y desahogarse, aunque la hacía sentirse un poco sola. Hasta que conoció a alguien más que compartía su habilidad.

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Jon trabaja en un banco, el mismo banco en el cual murió el padre de Suzie, el mismo banco que quiere cerrar la biblioteca en la que ella trabaja, pues se venció su hipoteca. Y odia su trabajo, odia a su jefe, odia su vida y su único escape es cuando detiene el tiempo, una eyaculación a la vez. Cuando se conocen, su primera cita se extiende a todo el fin de semana y se cuentan sus vidas. Así es como nos enteramos de las dificultades en conseguir porno cuando uno es joven todavía, las visitas a la sex shop, el vandalismo y la infatuación hacia Jazmine St. Cocaine, la pornstar favorita de Jon. Y cuando dos personas que pueden congelar el tiempo al coger se conocen, ¿qué se les ocurre hacer? Digo, ¿además de coger mañana, tarde y noche? Pues robar bancos. Para pagar la hipoteca. Es un fin desinteresado y noble, ¿no? Y, a fin de cuentas, el dinero regresará precisamente al mismo banco, así que es un crimen sin víctimas, ¿no? Pero las cosas se tornan difíciles cuando se involucra la Policía Sexual.

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Y esto es lo que pasa en sólo los primeros dos números. La historia es muy íntima, y no sólo por retratar las actividades amatorias de sus protagonistas sino porque nos muestra sus pensamientos más secretos, su lado más vulnerable. Esto solamente ocasiona que nos interesemos por ellos, que los sintamos cercanos, como si fueran amigos nuestros. Sus confidencias los hacen entrañables y logran que nos importe lo que les pueda pasar. Ese es, a mi parecer, el mayor acierto de esta obra. Su escritor, Matt Fraction (quien también hizo un gran trabajo en el título de Hawkeye para Marvel, y quiere más de mi dinero al publicar otras series en Image: Satellite Sam, Casanova y ODY-C) desarrolla una trama inteligente y rica, con una estructura interesante pero en ningún momento confusa. Los personajes rompen la cuarta pared y le hablan directamente al lector, lo cual aumenta el grado de cercanía con ellos. Recurre a una forma de hablar coloquial, pero no por eso se vuelve simple. Haciendo saltos temporales y cambios en el punto de vista, la historia nos mantiene dando vuelta a las páginas sin poder parar, deseando que el final no esté cerca. Y a pesar de tocar algunos temas bastante serios, lo hace de la manera más divertida e irreverente posible.

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Por su parte, el dibujante Chip Zdarsky tiene un estilo limpio e incluso un tanto minimalista, con nociones claras de diseño que hacen del arte algo agradable a la vista. Y las viñetas están atiborradas de detalles que enriquecen la experiencia, desde las frases en playeras y pósters, hasta los letreros en la sex shop, la librería erótica o los afiches de películas. Estos aparentes distractores sólo le dan mayor profundidad al mundo narrado, facilitando que nos adentremos en él.

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Fraction & Zdarsky

Otro de los grandes aciertos de este comic, y que podría resultar obvio, es el hecho de que habla de sexo sin pelos en la lengua (lo cual, dicho así, podría parecer irónico o contradictorio, si entienden a lo que me refiero). De una manera desfachatada y sin ningún pudor, se mencionan diversas prácticas y posiciones sexuales (algunas inventadas con fines meramente cómicos, así que no les recomiendo intentarlas todas). En un capítulo en particular, se nos habla con lujo de detalle sobre distintos métodos anticonceptivos, lo cual me hace pensar que sería una buena idea dárselo a leer a menores de edad a manera de orientación sexual, que seguro es mejor que la que se da en muchas escuelas y, sin duda, mucho más divertido. Lástima que las editoriales se vean obligadas a restringir la venta de este comic a lectores adultos. De todas formas, entiendo cómo este título podría no ser del agrado de todo mundo. Hay gente a la que pueden incomodarle ciertos temas, aunque les aseguro que ninguno es abordado aquí con mal gusto. Pero insisto, si no les gusta hablar de sexo, de pornografía, de parafilias y otras cosas similares, mejor ni se acerquen a Sex Criminals.

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Adicionalmente a toda la diversión de la historia en sí, el comic cuenta con una sección llamada “Just the tip(s)”, lo cual hace un juego de palabras pues tip en inglés significa tanto «recomendación» (al igual que lo usamos en español) como «punta», de modo que just the tip sería «nomás la puntita». Dicha sección consiste en una serie de recomendaciones para mejorar la vida sexual del lector. Estas picantes sugerencias son por demás hilarantes, mas espero que nadie realmente las ponga en práctica a menos que sus parejas sean extremadamente abiertas, además de tener un sentido del humor que se incline por lo absurdo y lo francamente sin sentido. Incluso sacaron un pequeño librito de tapa dura que recopila los tips de los primeros seis números, junto con algunos dibujos, anécdotas y otros contenidos interesantes, divertidos y saludables que enriquecerán el desempeño en la cama de quien los lea… O no, pero seguro los harán reír mucho.

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Hasta la fecha, se han publicado diez números de la serie regular, que a su vez fueron recopilados en dos volúmenes: One Weird Trick y Two Worlds, One Cop (el título de este último haciendo referencia a cierto infame video que se propagó viralmente por la red hace algunos años y si no saben de qué estoy hablando mejor ni pregunten, a menos que les guste la coprofagia). Se anunció que para los siguientes cinco capítulos se contará con portadas variantes XXX a cargo de diversos artistas invitados, siendo el primero de ellos el creador de Scott Pilgrim y Seconds, Brian Lee O’Malley, y que está programado para salir a la venta a fines de este mes. También está disponible la versión en español traducida por Kamite, cuyo número 3 acaba de ser publicado, así que están perfectamente a tiempo de empezar a leer este título si no lo han hecho aún.

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pokAdrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona.

@PokManero