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UN DOS TRES POR…

(II)

Manuel Barroso

Hace poco leí el texto de Joshua Chaplinsky 12 novelas inéditas que desearíamos leer. La idea me pareció estupenda. ¿Por qué no hacer algo así?, pensé. Tal vez no sé de doce obras inéditas que me encantaría leer, pero conozco ocho por las que mataría a un ruiseñor para que vieran la luz. Y quiero hablarte de ellas, Lector.

Y eso es lo que voy a hacer.

(Aquí puedes echarle un vistazo a las primeras cuatro)

Miklos3Dorada de David Miklos

David Miklos es de esos tipos que son cracks desde el inicio. La piel muerta, su primera novela, le partió la madre a los libros que lo rodearon ese año. Desde entonces, con una voz que es poética de la ausencia, no ha dejado de partir madres. Incluso cuando cambió de registro con Brama mantuvo todas sus cualidades.

Ahora trabaja con una nueva cortapisa: la ciencia ficción. ¿El resultado?, No tendrás rostro (que, ya lo dije, es el tope de su narrativa hasta el momento). ¿Quieren saber lo mejor?, esa novela es la primera de una trilogía. La segunda se llama Dorada.

El mundo sigue arrasado por La violencia. Y, como sabemos, los sobrevivientes siguen tratando de encontrarle cabeza al nuevo mundo (desde los mandamientos de la Sueca hasta las leyes del pueblo oxidado). Aquí parece que un sector de la población la ha encontrado. Sigo debatiéndome entre si es bueno o no que así sea.

¿Por qué querríamos leerlo?

Miklos construye sus obras -seamos francos- con más fuerza que muchos autores que abrazan la literatura de la imaginación como su única cortapisa (creo que eso se debe, entre otras cosas, al riesgo narrativo que corre David con su prosa). ¿Cómo no querer leer completa una trilogía de ciencia ficción que venga de un autor así?

eudaveAl final del miedo de Cecilia Eudave

Todos sabemos historias de libros geniales que se quedan inéditos por mala suerte. Que bota en una editorial, que por botar en una bota en otra, que sí, que no, que más largas. La de este libro tiene que ser algo así, de otro modo no me explico cómo sigue sin ser publicado.

Cecilia Eudave es de las escritoras más raras con las que cuenta la literatura mexicana ahorita. Desde las tradiciones que marcan su literatura (basta ver Bestiario vida) hasta que su búsqueda parezca estar enfocada en el mercado internacional (está traducida al coreano, explíquenme eso), Eudave camina con paso distinto. Al final del miedo es una prueba de ello. Los siete cuentos de esta colección nos dan una mirada de mínimos eventos extraordinarios que rompen el balance de lo que se supone “debe pasar”.

¿Por qué querríamos leerlo?

Imagina que te sientes un lector super chingón capaz de adivinar la ruta a seguir por cualquier cuento que te pongan enfrente. Luego te topas con estos y resulta que no. Y luego tratas de pensar en alguien que pueda llamarse modélico del cuento y no aciertas a dar un modelo que te convenza. Pues eso hacen los textos de Al final del miedo.

Nota: me informan que el libro ya encontró un sitio que vio su calidad. Cara del que escribe: *___*

raquelGente de piedra de Raquel Castro

Hace un año, el premio Gran Angular fue entregado unánimemente a la novela protagonizada por una chava dark. Cuando salió a la venta, mi sorpresa no fue por el tema, sino por la autora. ¿Raquel Castro?, ¿@raxxie_? ¿¡Estaba escribiendo algo!? El resto -la buena novela, la agradable lectura, la conciencia de que Raquel tiene una prosa bien padre- vino después.

Y lo que viene después es su segundo libro.

Si ya sabemos que los protagonistas adolescentes son complicados (pienso en al menos dos escritores que fracasaron rotundamente con ellos) y que Castro sabe bien cómo darles vida, ¿hasta dónde van a llegar nuestras expectativas cuando la segunda novela va a ser de zombies (tema que la autora domina con las manos atadas)?

¿Por qué querríamos leerlo?

Dice un dicho cruel que lo importante no es el primer golpe, sino el remate. Raquel Castro fue de esas sorpresas que nadie veía venir con Ojos llenos de sombra. Gente de piedra es la oportunidad de superar lo creado en su primer libro. Tendrá otros chances para hacerlo, claro, pero el de ahorita me emociona mucho. Yo apuesto a su favor, ¿y tú, Lector?

Foto 77Tratado de radioactividad de Rodolfo J. M.

Hace mucho, la revista Chilango sacó una serie de entrevistas con “las nuevas promesas” de la literatura mexicana. Esa fue la primera vez que oí hablar de Rodolfo J. M.

Después me topé con sus cuentos y les di la razón. Y ahora resulta que tiene por ahí guardado un libro con doce cuentos (dos remixes) que son una mentada de madre. No, no es porque me los contaron bonito, son una mentada de madre. La prosa transparente que le conocimos en su libro anterior se suma a una mejor idea de cómo contar las historias que quiere contar. Además, ¿alguien recuerda haber escuchado de un cuento con el que Rodolfo ganó el Premio Nacional de cuento de ciencia ficción y fantasía? Adivinen dónde está incluido.

Lo que este libro muestra es el trabajo arduo de un tipo que habla de sus maestros como de amigos de la prepa, que nos envuelve en su historia cuando menos lo notamos y que disfruta tanto lo que hace. Eso se contagia. Y créeme, Tratado de radioactividad es sumamente contagioso.

¿Por qué querríamos leerlo?

¿No recuerdas lo bueno que es Todo esto sucede bajo el agua?

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IMG00330-20120517-2113-1Manuel Barroso nació, creció y murió antes de enterarse de ello. Por eso reseteó la consola y sigue aquí.

Lee como poseso, escucha rap y jazz de forma adictiva, escribe porque le duelen las historias. Odia las verduras.

Mañana comprará un rifle