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UNA ODISEA DE LLANTO

La odisea de Ollie y su extravío

 

Lord Crawen

A Eddie y estos 8 maravillosos años

 

15 de octubre de 2014, 3 am.

¿Miedo? No, teníamos pavor.

Mi hijo estaba por llegar al mundo en una madrugada fría y llena de neblina. Nunca he estado listo para ser un adulto. No tenía nada a qué aferrarme, excepto mi trabajo, mi convicción y esa eterna batalla por la creatividad. Debía ahora tomar la forma de un padre responsable para cuando él abriera los ojos y supiera que habría quien iba a cuidarlo.

¿Y si algo no salía bien? ¿Qué tal si tuviese un padecimiento?

No había nada a qué aferrarme, sólo a la neblina fría fuera de la sala de espera.

Como adultos, nunca estamos listos para confrontar el miedo más grande de nuestras vidas: la realidad. Pesa cuando, abruptamente, salta a nuestros ojos y no hay nada más por hacer.

William Joyce en su libro La odisea de Ollie nos muestra la jornada de un juguete, creado por la madre de Billy ante la ansiedad del nacimiento de su hijo como una forma de desahogar esa pena por la actual situación.

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Ollie es, como bien dice el autor, más que un juguete: llegó para ser un milagro. Ollie fue creado bajo la presión (con las partes de lo que tenía ella a la mano) y, para cubrir el hueco en el corazón que su hijo tenía al nacer, tomó el cascabel de su juguete más amado de cuando era niña.

Billy, al salir de la sala de hospital, extrañamente supo el nombre de su nuevo juguete. Y el juguete sabia el nombre de Billy.

Pero nada es para siempre…

El libro de Joyce describe la jornada que Ollie debe pasar para volver con Billy, a quien extraña en demasía tras pasar muchos años juntos. Dentro de esta jornada conoce infortunios y compañeros que lo llevarán a donde él quiere. El final de la historia la dejo para que puedan buscar el libro.

Pero tenemos a la mano una historia basada en este libro: la miniserie de Netflix Ollie está perdido (Lost Ollie).

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Esta representación del libro dista mucho de lo escrito por el autor, pero se logra de manera excelente, trayendo de vuelta recuerdos que pueden añorarse (como en su tiempo fue en la cinta de Toy Story). Sin embargo, la historia de Ollie va mucho más allá de un juguete vivo que busca a su dueño.

Ollie tiene un propósito y Billy necesita de él para recobrar esa esperanza.

Ollie comienza su jornada en una tienda de antigüedades donde conoce a Zozo y emprenden el viaje para encontrarse con Billy. Zozo (al igual que Lotso en Toy Story 3) se convierte en un personaje cambiante respecto a su situación y tratará de sacar ventaja siempre para su beneficio; esto no lo convierte en un villano, pero sí en un personaje al que se le termina odiando.

Susy, al contrario, es un personaje que debe acatar las órdenes de Zozo por haberla salvado, pero, a diferencia de él, es una pirata en busca de aventuras y de su voluntad propia.

El padre de Billy se convierte en un pilar fundamental de la historia para tratar de sacar a su hijo de todos los males que en él se dibujan: no reemplaza en ningún momento a Ollie, pero lo intenta de todas formas. Busca, como todo adulto, que su hijo salte del juego a la realidad y sea su apoyo. Pero él sabe que está mal, así que da la vuelta a sus motivos.

La historia se teje sola (como cuando la madre de Billy crea a Oliie) y el cascabel en esta historia termina por arrojarnos una bofetada de realidad y tristeza ante nuestros ojos, que hasta al más duro se le doblará el alma y reventará en llanto.

El final de esta historia también la dejo para que ustedes puedan llorar a gusto.

Volviendo al inicio, salgo de la neblina recordando mis años de infancia, los juguetes que fueron parte de mí y lo que ahora como padre debo hacer. No sólo es trabajar, educar, vestir y mantener a una nueva personita: es darle un propósito dentro de este mundo. Y qué mejor forma de hacerlo que a través del juego, de un juguete, de un milagro.

Mi milagro acaba de cumplir 8 años; está creciendo muy rápido. Los juguetes y las lecturas (en su adolescencia) tal vez serán olvidados.

Y tal vez en ese momento madure, olvide los juegos y a mis juguetes que me acompañan, porque no habrá nada más por hacer: no tendré un motivo para criar a una nueva personita.

O tal vez no…

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Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional. Su pasión por la literatura y la música lo lleva a formar parte del taller de creación literaria impartido por el profesor Julián Castruita Morán y Alejandro Arzate Galván. Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía. En 2014 es finalista del Concurso Interpolitécnico de Declamación. Participó en 4 obras de teatro de improvisación, las cuales fueron presentadas en los auditorios de la Escuela Superior de Ingeniería Textil y en el Cecyt 15. Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet. Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.

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