14va carta náutica
EL DESEO DEL ALMA
Alejandra Q. Pérez
A lo largo de la historia, una de las tramas más recurrentes de la ficción involucra un viaje; dicho viaje no puede realizarse sin un guía, ¿cierto? En la ficción pirática, existen muchos objetos que se convierten en esa guía necesaria en todo viaje peligroso. Entre los objetos-guía más recurridos son, por supuesto, los mapas del tesoro; sin embargo, hoy nos centraremos en un objeto poco explotado, pero igual de importante: las brújulas.
La brújula es un objeto necesario en todo sistema de navegación, y en un barco pirata se convierte, junto al mapa, en la clave para realizar un viaje seguro y no terminar perdidos en la inmensidad del mar. En la era dorada de la piratería, la también llamada compás magnético fue, originalmente, un invento creado en China que fue traído a Europa por los navegantes árabes, y a América por las flotas europeas; este objeto contiene una aguja que señala hacía el norte magnético de la tierra, lo que permitía el orientarse con mayor facilidad.
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Si bien en la ficción pirática suele ser el mapa lo que se roba la atención, ¿qué pasa cuando la brújula se vuelve más que un objeto de navegación, algo como una guía del alma?
A lo largo de la ficción pirática existen algunas brújulas míticas que ayudaron a grandes piratas en sus aventuras, al mismo tiempo que los desafiaron al mostrarles el deseo interno de su alma. Y es justo una de las más famosas aquella que apunta a lo que más deseas.
El gran capitán Jack Sparrow, personaje icónico de la cultura pop y de esta columna, tiene en su poder una de las brújulas más interesantes de la ficción: una brújula que no apunta al norte, como lo deberían hacer las brújulas convencionales, sino que apunta a lo que tu alma más desea. A lo largo de la saga vemos que la brújula funciona con deseos fijos, deseos indirectos y deseos banales. Expliquemos cada uno:
En la primera película, Piratas del Caribe: La maldición del Perla negra (2003), cuando se menciona por primera vez la brújula del capitán, ya se deja en claro que no apunta al norte, lo que hace que se piense que el objeto está roto; esto a su vez es motivo de burla del comodoro y los otros personajes, lo que hace que la audiencia también crea que es un fallo gracioso por parte del pirata. A lo largo de esta primera entrega podemos observar que no hay problemas en el rumbo que toma Jack, pues tiene claro su objetivo —la venganza—, por lo que la brújula queda en segundo plano, incluso olvidada ante la presencia del tesoro maldito y sus efectos en la tripulación de Barbosa.
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En la segunda película, Piratas del Caribe: El cofre de la muerte (2006), por otro lado, comenzamos a ver a Jack sin un rumbo fijo. Parece buscar algo, pero ni él mismo sabe el qué, tanto que recibe quejas por parte de su tripulación sobre la falta de “honesta actividad pirata”; aquí ya se profundiza en la brújula y la falta de un deseo claro en el capitán, pues si bien a lo largo de la historia veremos que sí es consciente del nuevo peligro que le acecha, no tiene claro cómo enfrentarlo. En este punto, tenemos algo bastante interesante, y es justo que, por primera vez desde que conocemos al capitán, el miedo al peligro empieza a frenarlo. Es justo ese miedo el que le impide a Jack hacer uso de la brújula, pues, aunque sabe lo que debe encontrar para enfrentar a Davy Jones, no puede superar su temor, por lo que su mayor deseo es estar a salvo en tierra. Esto se confirma cuando es Elizabeth, en un intento de rescatar a Will, quien finalmente hace funcionar la brújula para encontrar el cofre de la muerte; he aquí esos deseos indirectos, pues si bien ella deseaba rescatar a Will más que cualquier otra cosa, se antepone la búsqueda del cofre ante la idea de ser algo necesario para el rescate.
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En esta segunda película, además del Cofre de la muerte y todo el misterio ante el nuevo villano, la brújula toma un papel central, volviéndose el objeto a poseer como un recurso ante el poderío sobrenatural de la llamada Tripulación del diablo. Esto no es de extrañar, considerando que esta brújula fue diseñada por la propia Tía Dalma, alias Calypso, diosa de los mares.
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Finalmente, tras los acontecimientos de la tercera entrega, Piratas del Caribe: En el fin del mundo (2007), hay un breve momento cómico en el epílogo donde vemos a Jack con la intención de buscar la Fuente de la juventud, ahora guiado por las Cartas de navegación; sin embargo, antes de que la brújula le dé un rumbo a esta nueva aventura, le señala a una botella de ron, mostrándonos que incluso los deseos banales entran en “lo que deseas más”.
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La brújula de Jack es uno de los objetos de la ficción más destacados, pues nos plantea el dilema del ser humano cuando debe enfrentarse a eso que más desea y que muchas veces no queremos enfrentar o admitir; incluso en este dilema también puede venir incluido la inconciencia de ese deseo, como se ve cuando Elizabeth, en la segunda película, cree que la brújula le señala al propio Jack, dando a entender que ella tiene sentimientos por Jack, aunque estos sean leves e inconscientes.
¿Qué pasa cuando lo que deseas no es lo correcto? ¿Es acaso el deseo más fuerte que el destino? Estas y otras preguntas son parte de la reflexión que motiva la brújula, y que se ve externada en la indecisión de Jack sobre si apuñalar o no el corazón de Jones y las consecuencias de ambas opciones.
Es interesante observar a la brújula ser más que una guía física, transformándose en un objeto que revela la verdadera naturaleza del alma de su portador, incluso en deseos tan simples como anhelar un buen trago de ron.
¿Hacia dónde te guiaría la brújula?
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Alejandra Q Pérez (Guadalajara, Jalisco; 1999)
Egresada de la Lic. en Escritura creativa (UdeG).
Directora del proyecto La capa de Oscar Wilde, dedicado a la difusión del arte y la creación de talleres literarios.
Ha publicado en diversas revistas y antologías digitales y físicas.
Ponente en el Primer Encuentro de Estudios Frikis (Colef: 2023), el Primer Encuentro de Minificcionistas en Jalisco (UdeG: 2023)
y en el Segundo Encuentro de Mujeres investigadoras de la cultura asiática (Centro Cultural Hotaru: 2024).
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