PLANTAS (Y HONGOS) ASESINOS EN EL CINE
I
Miguel Lupián
Para estar en sintonía con nuestra muy próxima PENUMBRIA BOTÁNICA (antología de cuento fantástico inspirada en la vegetación), haré un repaso (en varias entregas) de mis películas favoritas donde, precisamente, el factor amenazante son las plantas y los hongos.
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INVASION OF THE BODY SNATCHERS
(Siegel, 1956 & Kaufman, 1978)
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A través de peculiares vainas se suplanta a los seres humanos. Gran clásico de la CF que tuvo un delirante remake. Como ambas versiones parten de la novela de Jack Finney, sus desarrollos son similares, pero con algunas diferencias. El enfoque de la primera es más local, pueblerino; mientras que el de la segunda es totalmente citadino. La de Siegel es mucho más elegante y el misterio se va develando poco a poco. La de Kaufman es caótica y desde el inicio se revela el origen cósmico de las vainas. Como era de esperarse por la diferencia de años, los efectos prácticos de la segunda son muy superiores y el tridente Sutherland-Goldblum-Nimoy es una maravilla. Como dato ñoño, el protagonista de la primera aparece brevemente en la segunda.
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ADELA JESTE NEVECERELA / DINNER FOR ADELE
(Lipsky, 1977)
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El famoso detective norteamericano Nick Carter visita Praga para investigar una misteriosa desaparición. Nos alejamos del terror y nos adentramos en una comedia de aventuras checa con un delicioso, absurdo y ridículo humor. Adela, la planta carnívora, está muy chula. ¡Y cuenta con breves (pero alucinantes) animaciones en stop motion de Svankmajer!
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MATANGO: ATTACK OF THE MUSHROOM PEOPLE
(Honda, 1963)
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Yate naufraga y llega a una misteriosa isla. El legendario director de Godzilla nos regala una muy libre –pero interesante– adaptación de «La voz en la noche» de Hodgson, donde (como lo advierte el título en inglés) los hongos juegan un papel muy importante. El maquillaje y las botargas son unas chuladas (y seguro inspiraron a The Last of Us).
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LITTLE JOE
(Jessica Hausner, 2019)
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Fitogenetista desea crear una flor cuyo polen produzca felicidad, pero todo se complica. Me encantó la forma en que invierte la premisa clásica del terror botánico para llegar a los mismos perturbadores resultados. También, cómo explora la maternidad y la ética laboral. Su ambiente científico me hizo recordar al primer Cronenberg. La foto y el diseño de la flor están increíbles. Una de mis grandes favoritas del subgénero.
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CREEPSHOW
(Romero, 1982)
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Antología de culto (escrita por King) que rinde homenaje a los cómics cincuenteros de terror. Específicamente el segmento «The Lonesome Death of Jordy Verrill» (protagonizado por el propio King) aborda, con un humor retorcido, el terror botánico: un meteorito cae cerca de una granja y la vegetación crece de forma acelerada, invadiendo todo (incluso a nuestro loco granjero). ¡Una gozada!
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THE LITTLE SHOP OF HORRORS
(Corman, 1960 & Oz, 1986)
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Un florería al borde la quiebra encuentra la “salvación” con la llegada de una planta carnívora gigante. Otro alucinante paquete original/remake que a partir del humor nos lleva a terrenos fitopeligrosos. La primera utiliza la estructura de una comedia de situación y la segunda, del musical. ¡Y en ambos casos funcionan muy bien! En las dos versiones hay una exploración de la marginalidad, del skid row, pero la ochentera se adelanta mucho a su época y aborda la violencia contra la mujer; además, le agrega un toque “cósmico”. Los efectos prácticos en la de Corman son buenos, pero en la de Oz son una brutalidad. En la original participa un jovencísimo Jack Nicholson, mientras que el remake reúne a todas las estrellas ochenteras de SNL (Moranis, Martin, Belushi, Candy, Guest); aunque el show se lo roba la hilarante, terrible y cantora planta carnívora Audrey II (Levi Stubbs).
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Continuará…
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Miguel Antonio Lupián Soto
Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, feligrés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy.
Director de Penumbria.
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