CONSECUENCIAS DE ENTREGARSE AL INFINITO MAR DE LAS DESGRACIAS

una perspectiva al leer La joven ahogada de Caitlín R. Kiernan

Lord Crawen

 

Mientras la aburrida junta estalla en un escenario de poderes en un salón donde lo único cálido es el aire acondicionado golpeando mi espalda, recuerdo que el patíbulo donde se suele entramar el fanático chisme matutino y las pláticas previas al desayuno está ahora vacío y goza de lo que necesito para concentrarme en mis monstruos.

Y es que la voz del jefe se eleva. El que coordina intenta emular el tono, pero no lo hace. Los que supervisan arrugan sus hojas y se levantan uno a uno, impedidos por su patrón de conducta y sitio. Finalmente, ahí debajo, los creativos, los operadores, los que consuman cada una de las actividades no erran en levantarse o alzar la voz, solo escuchan lo que saben que no harán. Porque no están bajo el mando de nadie, siguen un proceso que es bueno, pero no ideal y crean, fuera de teclados gastados, una mejor idea para que sea funcional.

El patíbulo se llena otra vez de voces que gritan y la oscuridad los devora uno por uno hasta que no queda nada más que el silencio.

El grupo creativo hace preguntas sobre lo que sucedió o está por suceder. Nadie puede lidiar con los cambios. Y es que nuestros monstruos están más cerca de lo que nosotros pensamos. No es idealizar una criatura por la mañana que se pegue a nuestra sombra y salte de entre la oscuridad por las noches o se meta a través de nuestros oídos y llegue al cerebro para asustarnos en una pesadilla nocturna sin final.

Estos monstruos tienen nombres, los vemos diario. A veces, consideramos la opción de unirnos a ellos para al fin pertenecer a la misma masa de incredulidad.

Pero nuestra resiliencia no nos deja.

Sabemos decir no. Pero nos cuesta trabajo liberarnos.

A través de Imp, su alter ego literario, Caitlín Kiernan desarrolla su “historia de fantasmas”, la cual es convencionalmente una historia de nuestras vidas.

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Por momentos escribe. Por momentos pinta. Por instantes se inspira. Y en un segundo arrasa con furia con todo el trabajo en desarrollo para ahogarse en el mar de su propia incertidumbre.

Sus monstruos cotidianos son todo aquello que le rodea, se siente atacada; pero a la vez atraída por una magnífica pintura que le inspira a ser ella misma y a enamorarse de la mujer en la pintura, más allá de su creador.

Su fantasía la arrastra constantemente a la locura, a intentar definir su postura en la sociedad, su lugar, su sexualidad y su futuro. Pero ella no está lidiando solo con intentar realizar otra pintura o finalizar su “historia de fantasmas”, ella está lidiando con su entorno.

Ante su desesperación, surge la indudable salida fácil: abandonarlo todo y volver a empezar. Todo esto suena siempre, pero olvida que alrededor tiene personas que la consideran importante dentro de su pequeño mundo que se derrumba.

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Entre los escombros de su mentalidad apagada, se asoman los lobos y sirenas que la acechan constantemente.

El lobo le atrae, la busca, la huele, se acerca con la sutileza de la oscuridad y emerge con furia. Mas no le teme, lo abraza, como Caperucita Roja intentó hacerlo en una ocasión.

Por otro lado, la sirena la atrae, la busca, la huele, se acerca con sutileza y emerge con furia. Mas no le teme, la abraza y la besa, como todos los marineros del mar de los cuales han contado sus historias los sobrevivientes.

Kiernan demuestra en una historia nada convencional y estructurada la vida arreglada de muchos de nosotros, la que construimos con anhelos falsos de nuestros padres y de esta inconclusa sinfonía del orden mundial.

Demuestra la calidad mental y humana de una persona al momento de quebrarse y entregarse al arte, de ser abandonada, estar sola, sin quién la comprenda y cómo una psicóloga que desconoce incluso sus propios motivos de ejercer su carrera intenta sacarla del mar donde la doncella de la pintura se ahoga.

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Busca un porqué en su fanatismo por Eva Canning. Por otra Eva. Y otra Eva más.

¿Tres Evas?

Irónico.

Abuela. Madre. Hija.

El ciclo de mujeres que atravesaron la vida de Imp.

La abuela que la entendió en sus primeros días de vida. La de una madre que solo quiere ver a su hija hacer las cosas bien. Una hija que quiere abandonarlo todo y alejarse de los prejuicios.

Romper las cadenas.

¿Y no acaso las escritoras lo hacen?

Todos los días.

Kiernan nos demuestra con tanta sutileza su versión de “historias de fantasmas”, esa cotidianidad ansiosa de pertenecer a algo, de querer algo y de odiar algo a través de una imagen.

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¿Les suena familiar?

Toma tu teléfono celular y descarga la furia sobre lo que estás viendo. Comenta tu apatía. Envía un emoji de enojo. Muéstrale al mundo tu inconformidad. Rompe en llanto cuando bajes la pantalla y veas que alguien tiene lo que tú no tienes. Muestra tu enojo falso a través de un emoji de corazón.

Nos estamos ahogando con fantasmas cotidianos, olvidamos la importancia del arte, de los libros, de la libertad que podemos tener aun en las cadenas de la vida.

Imp, al final, intenta resolver su vida. No, no es una historia con final feliz, las “historias de fantasmas” nunca lo tienen. Muestra una posible solución tras sus encuentros con Eva, de su amor propio y del amor a su alrededor. El amor no es bonito y no es la solución a nuestros problemas, pero puede ser un motivo que nos impulse a arreglar el desastre en el que estamos convertidos.

Caitlín Kiernan me generó calma en la tormenta de ataques —más que ideas— en una reunión de pretensiones. Y pensé en desarrollar no solo este escrito, sino un nuevo flujo para el proyecto, uno en el que decidamos todos.

Ya lo dijo un viejo eslogan de un filme británico: “Choose life”.

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Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional. Su pasión por la literatura y la música lo lleva a formar parte del taller de creación literaria impartido por el profesor Julián Castruita Morán y Alejandro Arzate Galván. Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía. En 2014 es finalista del Concurso Interpolitécnico de Declamación. Participó en 4 obras de teatro de improvisación, las cuales fueron presentadas en los auditorios de la Escuela Superior de Ingeniería Textil y en el Cecyt 15. Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet. Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.

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