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LO IRRACIONAL

II

Emiliano González

Primera parte

 

Durante la época porfirista, en México, refiriéndose a los modernistas, Carmen Romero Rubio de Díaz confunde el satanismo poético e irreal con el satanismo destructivo y real, mezclando lo sagrado y lo profano. Se parece a Maquiavelo, pues su retórica parece ser isocrática y no lo es. El satanismo es para controlar, por medio de la literatura, el sentimiento anti-cristiano.

J. J. Rousseau se opone a la concepción del Príncipe en su Contrato social o principio del derecho político (1762), en que defiende al buen salvaje y se opone a la falsa civilización de las triquiñuelas, los egoísmos y las desigualdades. La democracia de Rousseau une a las leyes con la Naturaleza y al hombre con sus capacidades e instintos verdaderos.

Como Savonarola, Maquiavelo es un espíritu medieval en el mundo renacentista y busca en la antigüedad pagana motivos anti-cristianos, en vez de buscar afinidades entre paganos y cristianos, como los grandes artistas del Renacimiento, precursores de románticos, decadentes y simbolistas.

La materialista dialéctica peruana Magda Portal, debido a las influencias de Maiakovsky, de George Bernard Shaw y de Marinetti, acaba siendo una especie de materialista erística, revolucionaria y reaccionaria a la vez, rechazando el jazz en la poesía. El “arte nuevo” de Portal proviene del futurismo y va en contra del art-nouveau de los decadentes y simbolistas. Durante toda su vida se ve perseguida por una situación infernal de leyes y calabozos. La noción nietzscheana del anti-social como héroe social influye sobre ella, así como después influye sobre el hindú Malay Roy Choudhury, encarcelado en 1965, poeta socialista y a la vez nietzscheano, tal vez conmovido por el prólogo de Yeats para un libro de Tagore.

Magda Portal

Magda Portal

Robin Hood, conocido en la infancia, se vuelve en la juventud una figura ambivalente, con doble personalidad, emprendedora y fracasada, mártir de la causa anti-social… que es amiga de la causa social. El personaje Karl Moor, “ladrón bueno” de Schiller, proviene de Robin Hood, pero ya es un monstruo mental claramente reconocible.

Ken Kesey, autor sindicalista, se vuelve nietzscheano debido a su amigo Neal Cassidy, nutrido por Gide y por un Crowley irracional, confundido con sus autores imaginarios. La influencia de Cassidy sobre Kerouac es perceptible en la novela En el camino (1957). Es preciso saber que Kerouac fue elogiado, pero también golpeado (por un anti-social) después de publicar su novela. La influencia de la hermana de Neal, Maggie, es mejor, pues consiste en un cristianismo de origen romántico o pre-rafaelita que acepta el erotismo. Henry Miller influye también sobre Kerouac, pues tiene unos libros cercanos a Nietzsche y otros cercanos a Unamuno… igual que D. H. Lawrence. Shaw influye sobre Miller, Lawrence, Lowry y Jodorowsky, autores que han tenido problemas con la ley. Capaces de la máxima libertad, estos autores han sido estorbados por Nietzsche. La idea de Unamuno del eterno retorno como bufonada cósmica, su alusión a la locura de Nietzsche, son completamente subterráneas. De hecho, una historia de la historieta subterránea, de aparición más o menos reciente, se abre con un dibujo sobre la bufonada cósmica.

Influido por Shaw y Marinetti, el materialista dialéctico Maiakovsky se vuelve nietzscheano y finalmente se suicida (ya que el suicidio es apoyado por Nietzsche). La lista de suicidas nietzscheanos es memorable: Zweig, John Davidson, Silva, Sah-Carneiro, Lugones, Howard, Jorge Portilla y Mishima (este último impresionado por el personaje homérico Áyax). Esa lista nos lleva al cuento de M. P. Shiel, “La S. S.”, acerca de la Spartan Society, un club de suicidas. El cuento de Shiel es de 1895: resulta premonitorio y crítico (distópico).

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Shaw es influido por D’Annunzio, autor italiano que en el libro Las vírgenes de las rocas (1896) usa una retórica decadente para presentar al Superhombre, robando imágenes del diálogo “Fedro” de Platón. Maiakovsky, como Marinetti, se basa en los decadentes para elaborar su futurismo. La frase “nube en pantalones”, para demostrar su falta de peligrosidad, proviene del dandy Barbey d’Aurevilly. Pero el estoicismo de Nietszche –al que alude Eliot– no es como el de Barbey, pues va en contra de la piedad. Eliot trata de controlar la erística heraclítea por medio de la poesía de horror cósmico, así como Poe toma elementos de la República de Platón y los vuelve cuentos de horror cósmico. Este tipo de horror es una unión de lo cerrado y lo abierto, como la novela Vathek de Beckford, que tiene un palacio subterráneo infinito.

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La alianza de la cultura inglesa con la cultura árabe nos lleva a T. E. Lawrence. La voluntad de poder y la elaboración gradual de un amigo-enemigo mental caracterizan a este autor, pues al presenciar una victoria de alemanes contra árabes se muestra admirativo ante los alemanes (cómplices de los turcos), que han matado a sus hermanos, y los llama “gloriosos”. Antes de su muerte en motocicleta, aparentemente accidental, le escribe a un amigo (Edward Garnett) que ya no es “bueno en la Tierra” y añade que va a desistir. Luego le escribe a otro amigo (Robert Graves): “Tengo una sensación profunda de que mi vida en el sentido real ha terminado ahora….” Estas dos cartas sugieren un suicidio. Además, en otras cartas, a Lionel Curtis, se refiere a su masoquismo y a la auto-degradación que implica alistarse en las Fuerzas Aéreas Reales. Lawrence es revolucionario ante los demás y reaccionario ante sí mismo. Su libro sobre Arabia está dedicado a un personaje enigmático, S. A., que algunos suponen femenino (es su amiga Sarah Aaronson) y otros masculino (es su amigo Ahmed, el jeque, un joven y bello árabe, conocido por Lawrence en Siria). El biógrafo Anthony Nutting cree que S. A. es imaginario. Las iniciales enigmáticas nos recuerdan la dedicatoria de Shakespeare a Mr. W. H., que algunos creen que es Willie Hughes, un actor, y otros creen que es “Mr. William Himself” (es decir, el autor mismo, Shakespeare), como afirma Wilde en “El retrato de Mr. W. H.”. El crítico Villars compara a Lawrence con Rousseau pero también con Proust y Gide. De cualquier modo, el supuesto homosexualismo de Lawrence es más bien una actitud platónica, ya que Lawrence no se ve atraído físicamente por los hombres. ¿Y su masoquismo?… Yo diría que cuando el masoquista no logra hacer de su defecto un teatro erótico terapéutico, no logra dominar su defecto y sucumbe.

T. E. Lawrence

T. E. Lawrence

Como Lawrence, Robert E. Howard elabora gradualmente un amigo-enemigo: el lobuno guerrero ario Niord. La influencia de Nietzsche es evidente, pero también está el problema con la madre.

La mujer madura que juega el papel de la madre castigadora, en las Confesiones (1788) de Rousseau, es atractiva, y probablemente la madre castigadora también lo es, en los mundos de Lawrence y de Howard, en que ayuda a configurar al amigo-enemigo, debido al afecto negativo que provoca. La unión de la madre y la Naturaleza, en Rousseau, es un intento de resolver el afecto negativo, y ese intento resulta conflictivo después en Swinburne, que en la novela inconclusa Lesbia Brandon muestra una relación tortuosa con el mar, símbolo de la madre, pero que logra controlar su masoquismo con la literatura.

Por lo visto hay en Rousseau cierto teatro irreal que implica control, pues al ser castigado en la realidad se siente indignado, rabioso y desesperado.

El complejo de Edipo es muy evidente en el suicida Polidori (autor de una novela sobre el moderno Edipo) y en Howard, autor de “Rostro de calavera” y otros cuentos, que se suicida después de la muerte de su madre, formando un completo cuadro simbiótico, en que también interviene la actitud de Nietzsche a favor del suicidio. Polidori es autor de un argumento sobre una mujer que ha sido condenada a tener cara de calavera al haber atisbado por el ojo de la cerradura.

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El inglés Lawrence apoyando a los árabes contra los turcos es una nueva versión del inglés Byron apoyando a los griegos contra los turcos. El apoyo que Byron da a la causa de la Independencia griega parece ser un intento de suicidio, pues antes le dice a su amigo E. D. Trelawny: “Si la Muerte llega en la forma de una bala de cañón y me quita la cabeza, es bienvenida. No tengo ganas de vivir, pero no puedo soportar el sufrimiento”.

Byron muere de malaria, entre médicos malos.

Byron, antes amigo-enemigo del médico Polidori, el autor de “El vampiro” (cuento adjudicado a Byron) es finalmente desangrado por los médicos, que nos recuerdan a las “Kerés” eleusinas ultimando al guerrero-lobo de Esparta y a las ménades órficas ultimando al poeta loco de Tracia (en este último caso, licantropía es sinónimo de locura). La intención defensiva de Byron en la guerra se vuelve una agresión contra sí mismo, que ya es su propio amigo-enemigo, pues busca la muerte en Grecia y la encuentra en forma de enfermedad, no de bala de cañón. La novela inconclusa de Byron sobre vampiros se interrumpe en Grecia, lo cual es indicio del estudio de Byron sobre los misterios eleusinos. En una carta inédita de Byron (hallada por mí en un libro de poesías completas de 1828) el autor admite que no le gusta el tema de los vampiros. Lo considera necesario, no deseado. Yo digo que debido a eso no logra terminar su novela sobre el tema.

"Lord Byron on his death-bed", por Joseph Denis Odevaere (1826).

«Lord Byron on his death-bed», por Joseph Denis Odevaere (1826).

Albert Béguin en su libro sobre el romanticismo y el sueño se refiere a un precursor de Nietzsche llamado Georg Friedrich Daumer, autor de escritos históricos, de poemas “admirablemente adaptados del árabe” y de una teoría del Superhombre futuro, de la cual se sirve para combatir al cristianismo. Sin embargo, luego se arrepiente y reconoce en Jesucristo al Superhombre de su vieja filosofía. Nietzsche une la muerte de Dios que lamentaba Jean Paul Richter (eliminando el matiz cristiano de Jean Paul) con el Superhombre de Daumer y con el Héroe de Baltasar Gracián. Daumer es uno de los orígenes probables del árabe loco Alhazred de Lovecraft.

Daumer

Daumer

Hay relación entre el personaje de Stoker llamado Renfield, en un manicomio, adorando a Drácula, y Guy de Maupassant loco, creyendo en el Horla, vampiro invisible y sobrehumano. El vampiro sobrenatural, que en la literatura es símbolo de perversión sexual, se vuelve para Maupassant una realidad. El caso de Maupassant influye sobre Stoker. La llegada del vampiro en barco, en “El Horla” (1887), determina la llegada del vampiro en barco en Drácula (1897).

 

Continuará…

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EGPenEmiliano González

Autor de Miedo en castellano (1973), Los sueños de la bella durmiente (1978, ganador del premio Xavier Villaurrutia), La inocencia hereditaria (1986), Almas visionarias (1987), La habitación secreta (1988), Casa de horror y de magia (1989), El libro de lo insólito (1989), Orquidáceas (1991), Neon City Blues (2000), Historia mágica de la literatura I (2007) y Ensayos (2009).

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Sólo no lucres con él y no olvides citar al autor y a la revista.

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