MÉXICO, ESPACIO Y FANTASÍA
Airand Augen
Las personas siempre hemos necesitado un medio de escape de la realidad, ya sea a través de las letras o la pantalla absorbente del cine. Es una necesidad, un respiro en medio del estrés o el dolor. Y qué mejor manera de hacerlo que sumergiendo el corazón en la esperanza de posibilidades infinitas de la ciencia fantástica y tal vez posible: ¡La Ciencia Ficción! o adentrándonos en bosques de bruma misteriosa en donde aguardan criaturas míticas, deseosas de encantar nuestros sentidos. Lamentablemente en México, los géneros de fantasía y ciencia ficción no son muy explotados por los medios de comunicación, y aquellos que desean impulsarlo son muchas veces ignorados. No me refiero a esas películas taquilleras que llegan del extranjero o autores norteamericanos que envían nuestra mente rumbo a mundos paralelos gracias a la magia de la mercadotecnia. El punto medular, para comenzar esta columna, sería preguntarnos: ¿hay precursores del género en nuestro país? Bueno, después de investigar un poco, la respuesta ha sobrepasado mis expectativas. De acuerdo a un artículo publicado por el presidente de la Asociación Mexicana de Ciencia Ficción y Fantasía (AMCyF), Miguel Ángel Fernández, el tema especulativamente ha tocado cabezas mexicanas a comienzos del siglo XVII, cuando el tráfico clandestino de libros europeos ficto-científicos llegó a nuestras tierras. A pesar de la opresión española, algunos se atrevieron a leer y a crear ficción inspirándose en aquellos textos. Aunque no fue hasta 1775 cuando el fraile afrancesado Manuel Antonio de Rivas describió un viaje a la luna, utilizando el pensamiento mecanicista cartesiano. Es una parte de nuestra historia que seguro nos dejaría asombrados, tumbados en el sillón por horas. Pero en esta ocasión no la abordaremos.
La literatura en México se basa principalmente en la genialidad del realismo mágico y la delicadeza de sus poemas, pero ¿qué hay de los miles y miles que no sólo deseamos leer obras de arte que rasgan la perfección literaria? ¿Qué hay de los que, además de eso, queremos indagar sobre las posibilidades infinitas del futuro? ¿Dónde están esos escritores mexicanos que pueden traer alivio con fantasía o ciencia ficción? Aquellos que puedan decirnos cómo será la capital de nuestro país en quinientos años. ¿Lo imaginan? ¿La corrupción se terminará con el desarrollo de las máquinas? ¿Nuestros problemas se verán resueltos por la llegada de alguna solución extraterrestre? ¡Sería interesante descubrirlo! Quizás alguien ya especule sobre el tema en alguna obra y no lo sabemos.
Por eso, aprovecharé esta plataforma para dar a conocer a aquellos escritores mexicanos desconocidos, que en las librerías están al fondo de la estantería o en las últimas filas de los libros electrónicos. Quizás, en ocasiones, hablemos de alguna película en donde un mexicano haya sido participe en un papel importante, pero trataremos de enfocarnos principalmente en la literatura. De esta manera, también inculcaremos el hábito de la lectura que igual es una asombrosa manera de llegar a dimensiones desconocidas. Desde ahora, cada mes nos daremos a la tarea de comentar un libro y a su autor; haremos una reseña sobre su obra con una calificación adjunta. Juntos lograremos descubrir a todas esas mentes que ansían darnos nuevas ideas.
Desde este momento, las puertas hacia otros mundos que yacen en nuestro país están listas para ser abiertas. Una vez al mes nos veremos luchando por detener la extinción de nuestra especie; nos ocultaremos de hordas zombis o cabalgaremos acompañados de un majestuoso dragón. ¿Qué aventuras nos tienen preparados nuestros autores? Compañeros del mundo fantástico, prepárense. Es así como comienza nuestro viaje hacia las tierras de lo infinito. Por el momento me despido, no sin antes desear que el viento sea beneficioso para sus pasos y que las estrellas iluminen su camino cuando la noche caiga. Hasta la próxima.
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Imagen de cabecera: Racrufi.
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Ariadna López G.
Utiliza el seudónimo de Airand Augen. Es abogada con especialidad en propiedad intelectual, pero tiene una poderosa fascinación por la fantasía y la ciencia ficción. Es escritora de novelas de dichos géneros.
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