Seleccionar página

PERDER LA CABEZA

Bernardo Monroy

 

 

2

Tampoco sabía que justo en mi segundo día en Sleepy Hollow conocería a quien se convertiría en mi mejor amigo, un tipo tan excéntrico que cualquiera habría pensado que no era un ser humano sino el descendiente de un personaje de ficción… y tenían razón.

Dudaba mucho que me admitieran en la high school en pleno octubre, así que lo mejor sería conseguir un trabajo. Fui a conocer el centro comercial con ese objetivo. El lugar no era nada impresionante: tiendas, área para comida, un cine, un Target  y una librería de la cadena Barnes & Noble. Pregunté en todos lados si contrataban gente, pero no lo harían sino hasta finales de noviembre, cuando empezaba la temporada navideña y el Black Friday. El último lugar que visité fue la librería, donde me atendió un muchacho que destacaría entre toda una multitud: era exageradamente alto, orejón, delgado y narizón… y no sólo eso, sino que se había teñido el cabello de un rojo intenso y se lo peinaba a media raya.

—¿Eres nuevo en Sleepy Hollow? —me preguntó con un español impresionantemente fluido— Bienvenido a uno de los pueblos más embrujados de América. Todo el tiempo suceden fenómenos paranormales. Todo el tiempo se caen cosas de estanterías, flotan objetos, se azotan las puertas… me imagino que las entidades ya te dieron tu bienvenida anoche. Es normal, te irás acostumbrando… ¿Qué tal hablo el español? ¿Lo hago bien? —asentí con la cabeza— Oh, vaya, qué bien. Me alegro mucho. De verdad. Así como ustedes aprendieron el inglés gracias a Calle Sésamo y a Barney el Dinosaurio yo lo aprendí gracias a las telenovelas mexicanas que pasan en Univisión, ya sabes: el canal pocho por excelencia. ¿Así se dice, verdad? ¿Decir pocho no es discriminatorio? ¿No te ofendes? —negué con la cabeza— Aprendí español gracias a las telenovelas de Thalía. La primera frase que pude pronunciar fue “¿Qué haces besando a la lisada?”… sí, sé que no es Juan Rulfo, pero bueno, creo que está bien. Bueno, estoy aprendiendo a leer a Rulfo: “Vine al comal porque me dijeron que aquí vivía mi padre, un tal perro del páramo”. En fin… salgo de trabajar a las nueve de la noche, me ofrezco a mostrarte el pueblo, no hay mucho que ver, pero de todos modos seré tu comité de bienvenida. Te llamas Richie, lo sé porque te presentaste en cuanto llegaste. Mucho gusto Richie, seguiré trabajando. Nos vemos a las nueve.

Justo en ese preciso momento, una torre de novelas de Stephen King se cayó de golpe, y un ejemplar de “The Catcher in the Rye” flotó ante mis atónitos ojos.

—Fucking paranormal phenomena! —exclamó el muchacho de mala gana y agarró rápidamente el libro, como quien atrapa una mosca— En estas fechas siempre aumentan los fenómenos paranormales.

El muchacho hablaba tanto y tan rápido que me estaba mareando. No era un perico, sino un mp3 con reproducción automática de un millón de terabytes. Apenas tuve tiempo de preguntarle su nombre.

—Tyler Crane —y con un gesto de exagerada teatralidad, hizo una reverencia—. Mi familia tiene siglos viviendo en Sleepy Hollow, como los Van Tassel o los Van Brunt. Aunque no somos tan viejos como la Leyenda del decapitado, esa sí es la más antigua del pueblo. Mi familia se las ha tenido que ver con ese decapitado. ¿Lo conoces?

—Te puedo asegurar que tenemos algo en común: mi familia también se las ha tenido que ver con decapitaciones.

…Continuará mañana

AQUÍ para ver imágenes y videos acerca del tema.

BERNARDO MONROY

Bernardo Monroy nació en 1982 en México D.F. y actualmente vive en León, Guanajuato. Es periodista y ha publicado el libro de cuentos “El Gato con Converse” y la novela “La Liga Latinoamericana”, así como la novela electrónica “Slasher”, disponible gratuitamente en el portal Zona Literatura. Es aficionado a los videojuegos, los cómics y los géneros de terror, fantasía y ciencia ficción, y escribe porque está frustrado, ya que nunca pudo ingresar a la Escuela de Jóvenes Dotados del Profesor Xavier. Sus textos han sido traducidos al klingon y al élfico.