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Zombi

el monstruo perfecto

 

Israel Yerena

 

La figura del muerto viviente, de aquel cuerpo andante en estado de putrefacción y hambriento de carne humana, recientemente ha tenido un mayor auge gracias a ciertos programas televisivos que retoman a estos personajes al usarlos casi como excusa para crear un mundo post-apocalíptico donde se enseña que el verdadero enemigo del hombre es el mismo hombre, o bien, que convierten a estos come humanos en los protagonistas de la trama, donde son ellos quienes se ven amedrentados por los vivos y no al contrario. Como sea, casi siempre, en toda serie, película o cómic se utiliza a este ser para crear una cantidad increíble de críticas hacía la sociedad y su consumismo, remarcando lo vacíos que estamos en un mundo en que la tecnología está tan inmersa en nuestra vida que nos hace actuar más como autómatas que como seres pensantes. Sin embargo, en esta ocasión no hablaremos del zombi en ese sentido, sino que le daremos a este personaje el crédito y honor que merece, es decir: el de ser el monstruo perfecto por naturaleza.

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El zombi por sí solo es débil, lento, decadente, fácil de derrotar y escapar de él. Por supuesto, nos referimos a la figura clásica de éste, más cercana a los trabajos de Romero en su Night of the Living Dead -donde los muertos revivían mediante la radiación- o a Wes Craven y su The serpent and the Rainbow -donde el zombi es producto del vudú-, no a aquellos experimentos estilo Resident Evil, que cada vez se vuelven más letales, enormes y monstruosos. Y aunque, por supuesto, en el cine el zombi ha evolucionado desde meros cuerpos andantes hasta seres infectados capaces de trepar por muros, su esencia sigue siendo la misma.

Póster alternativo de The Serpent and the Rainbow, por Jerry Winnett

Póster alternativo de The Serpent and the Rainbow, por Jerry Winnett

Aunque débiles, lentos y hasta cierto punto inofensivos cuando no están en grupo, quizá su mayor fortaleza y letalidad es que son simplemente implacables; el zombi es un ser a quien lo único que le importa es, precisamente, que nada le importa, su único objetivo es alimentarse -si es que al hecho de ingerir carne humana sin ningún beneficio nutritivo se le puede llamar alimentar- y no parará ante nada ni nadie con tal de triturar con sus dientes una porción de carne.

Así, la letalidad del zombi radica en que carece de empatía, cariño, amor o cualquier sentimiento; no se trata más que de un caparazón en cuyo interior sólo hay órganos pútridos. Es, pues, un monstruo incapaz de sentir algo. El zombi -el buen zombi- no siente, no vacila, no duda; no se detiene ante nadie, no hace distinción entre amigos o enemigos, devorará por igual tanto a un desconocido como a su propia familia, comerá la carne del ser más ruin hasta la del inocente recién nacido. Su matanza no sigue ideologías, corrientes ni motivos. No le afectan las súplicas ni los llantos de su alimento, mucho menos el color de su piel, edad, condición física ni social; simplemente arrasa.

"Zombie apocalypse", por korintic.

«Zombie apocalypse», por korintic.

De igual forma, como se ha visto anteriormente, la figura del monstruo en el cine de terror está representada por la otredad, pudiendo ser desde el bicho gigante aniquilando una ciudad entera hasta el fantasma, extraterrestre o asesino en serie. Por supuesto, cada uno de estos ejemplos, entre muchos otros, también son grandes asesinos y personajes del celuloide que, aunque letales, tienen ciertas debilidades o características que los alejan de la sublimidad del no muerto.

Tomemos, por ser uno de los más conocidos, la figura del gran King Kong como ejemplo de monstruo gigante: un ser dotado de una fuerza y belleza extrema como sólo la naturaleza otorga al reino animal; sin embargo, lamentablemente lo bastante humano como para enamorarse de una mujer que significó su muerte. El zombi, en cambio, dejó todo sentimiento de amor en su vida pasada; y aunque despojado de fuerza y belleza a diferencia de Kong, éste nunca vacilará en matar y mutilar a su ser más amado, un sentimiento como el amor nunca lo entorpecerá.

"Zombie", por zaidoigres.

«Zombie», por zaidoigres.

Los fantasmas pueden ser enviados de vuelta a su plano espectral, los demonios exorcizados de regreso al infierno. La horda, en cambio, ha regresado de la misma muerte y, lo que es más, continúa muerta. Esta horda no es más que una masa de cadáveres animados que, aunque eliminados fácilmente por una bala en la cabeza, su sola existencia es la condenación de la humanidad, pues su enfermedad nace y se esparce con el sólo hecho de morir.

El extraterrestre busca un nuevo hábitat, nuevos planetas que conquistar, más recursos que explotar; hostiles casi siempre, sí, pero expuestos ante un ataque armado y siempre dispuestos a la retirada con tal de “vivir para conquistar un día más”. No así los muertos andantes. Estos últimos -que aunque faltos de naves espaciales y armas laser- no necesitan de recursos más que el de la carne, no les es indispensable un hábitat al qué adaptarse, ellos son el hábitat; no emprenderán la retirada por miedo a morir, simplemente ya están muertos.

"Zombie", por miappas.

«Zombie», por miappas.

El asesino serial es, quizá, por mucho el personaje más parecido al zombi. La semejanza de ambos va más allá del hecho de que alguna vez fueron considerados seres humanos. Existen asesinos que son proclives al consumo de carne humana. De igual forma, a estos personajes no les importa mucho el transgredir las normas sociales con tal de conseguir lo que quieren; no existen las consecuencias, sólo las acciones. Sin embargo, muchos de ellos suelen seguir un patrón, una tendencia muchas veces inconsciente que los hace elegir a determinadas víctimas. Característica que no está presente en el zombi, pues éste no hace distinción entre sus víctimas, son mero alimento para él y nada más.

Así, entonces, el muerto viviente es un asesino implacable, único, perfecto. Ni el amor ni el odio ni cualquier otro sentimiento interferirán entre él y la carne. Lo único que puede detener la voluntad del zombi es él mismo, pudriéndose y cayéndose a pedazos día con día.

"Pac Zombie", por el-grimlock.

«Pac Zombie», por el-grimlock.

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Imagen de cabecera: «Appetite for brains», por Michael C. Hayes.

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Israel YerenaCarlos Israel Yerena Cruz, 24 años.

Egresado de la carrera de Comunicación de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Fanático de la literatura y el cine de terror. Contribuyente de la revista electrónica “Encuadres”, escribiendo reseñas y noticias acerca del género de terror.

Actualmente me encuentro en espera de fecha de examen de titulación mediante la tesis La masacre de Texas: del asesino histórico al fílmico, en la cual hago una breve descripción del género y un análisis de la cinta en cuestión.

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