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EL BISEL DEL ESPEJO

los cuentos fantásticos de María Elena Llana

 

Miguel Lupián

 

La primera vez que supe de María Elena Llana fue en la antología Miedo en castellano: 28 relatos de lo macabro y lo fantástico (Samo, 1973), con selección y prólogo de Emiliano González, quien incluyó el cuento «Nosotras» en la segunda sección: Lo insólito y lo fantástico.

También lo incluyó en su siguiente antología: El libro de lo insólito (FCE, 1989), co-antologado con Beatriz Álvarez Klein, en la Tercera parte: cuentos hispanoamericanos. Los autores la presentan como:

Fina escritora cubana que no ha vuelto a publicar nada hasta ahora, se adentra magistralmente en un tema clásico de la literatura fantástica: el del doble o Doppelgänger, que parece rondar peligrosamente cerca de otro de los cuentos de la antología, “El tren de medianoche”.

Y Emiliano González lo ilustró con uno de sus dibujos.

El cuento es de Alfred Noyes y, como veremos, María Elena Llana siguió y sigue escribiendo.

La más reciente fue al enterarme que en el Seminario de Literatura Fantástica Hispanoamericana (SLFH) se impartiría la ponencia “La metamorfosis en dos narraciones de Amparo Dávila y María Elena Llana”.

Así que me di a la tarea de buscar más material de la autora, logrando mi cometido a través de Amazon.

Casas del Vedado (Letras Cubanas, 1983) es una colección de 11 cuentos que, en su gran mayoría, contienen elementos fantásticos. En «El gobelino» una niña puede entrar y salir de un raro tapete. En «La casa vacía» todos los jueves hay reuniones… de gente muerta. El fantasma del abuelo se pasea por la casa «En la pendiente». La abuela se encarga de criar a sus nietos con «Un abanico chino». A «La heredada» le advirtieron no vender ni mover nada de la casa que le dejaron. En «El guardián» una pareja de enamorados traspasa una casa, aparentemente vacía, para darse amor. «Reina Ana» es un tipo de sillón, la única pertenencia que le dejan conservar a una anciana en sus últimos días. En «El gran juego» un hombre se cree Dios, y sus familiares le piden milagritos. «De Baccarat» está hecha una ponchera que desea vender una madre que lleva una relación de amor/odio con su hijo (muy a lo Bates). Aunque todos me fascinaron, los siguientes dos fueron mis favoritos: «Claudina (variaciones sobre un viejo tema)» es una maravillosa historia de fantasmas, donde la susodicha se instala en las casas a través de sus pertenencias y recuerdos. Y «En familia» es un cuento espectacular donde un viejo espejo puede reflejar a los familiares muertos.

Después de leer Casas del Vedado quedé tan prendado de la autora que busqué mas de sus libros, tarea casi imposible. Sin embargo encontré An Address in Havana / Domicilio habanero (Cubanabooks, 2014), colección bilingüe (de un proyecto hermoso que difunde a autoras cubanas en Estados Unidos) de sus mejores cuentos. De Casas del Vedado incluye «Un abanico chino», «El gobelino», «En familia» (un cuento que debería estar en todas las antologías fantásticas) y «En la pendiente». También incluye «Nochemala», «La reja», «Nosotras», «Conócete a ti misma», «Los cuartos», «Elegguá spray», «Volver» y «Añejo cinco siglos». Además de lo fantástico, que se destila en casi todas las historias, encontré un terrible desencanto por su tierra, por la realidad, por el papel que les tocó jugar:

Jodida y rota es tu tierra y la estás sintiendo, la estás poseyendo, te estás diluyendo en el miasma tibio que licúa en ella tu memoria, tu vida, tus errores y tus himnos, tantos desgarrones personales y colectivos.

En el prólogo, Mirta Yáñez nos advierte: «Personajes solitarios, desgarrados por terrores reales y ficticios, un mundo asaeteado por el absurdo, desde una mirada oblicua e irónica, es lo que propone la escritora cubana María Elena Llana, con humor y justa fiereza».

También que “a partir de los tempranos años sesenta del siglo pasado —período excepcional de la historia cubana a partir de la llegada de la Revolución en 1959 y los cambios sociales que promovió— hasta el ya avanzado siglo XXI, la obra de esta autora se ha mantenido presente y vigorosa, desde una perspectiva de la literatura que, desde sus comienzos, se cimentó en una voz personal, distinta y desafiadora de modelos. Una de las muchas paradojas culturales de esos dichos años sesenta —y ya tomando el punto de vista que autoriza la distancia en el tiempo que jerarquiza y va colocando las cosas en su lugar— consistió en que junto a la epicidad reclamada por la línea oficial y a una tendencia a la cuentística de cuartel, se dio una corriente paralela de humorismo, tentaciones góticas, humor del llamado “negro”, fantasía muy alejada de materialismos, algunos de cuyos ejecutantes ya tenían una obra publicada, como Ezequiel Vieta y Virgilio Piñera, y a quienes se sumarían los entonces jóvenes aspirantes a escritores, fundamentalmente —lo cual resulta un hecho singular— mujeres, como Evora Tamayo, Esther Díaz Llanillo y, por supuesto, María Elena Llana”.

Regresando a la ponencia del SLFH, Hilda Becerril nos comentó que María Elena Llana nació en Cienfuegos, Cuba, el 17 de enero de 1936; pero que muy pronto, a los 4 años, se mudó a La Habana; que en 1958 se graduó como periodista, género en el que hizo reportajes tanto para medios impresos como para radio y televisión; y que su “ausencia” por largos periodos en la escena literaria se debió a que vivió tres “situaciones especiales”: la crisis de los misiles entre 1961 y 1962, el “quinquenio gris” de 1971 a 1975 y la crisis de los 90 (donde desapareció el subsidio de la URSS).

María Elena Llana

Algunos de sus libros:

La reja (1965)

Casas del Vedado (1983), con el que ganó el Premio de la crítica en 1984.

Castillos de naipes (1998)

Ronda en el malecón (2004)

Apenas murmullos (2004), que incluye “Metamorfosis”, cuento que analizamos en el SLFH.

En el limbo (2009)

Y las colecciones:

Casi todo (2006)

De pájaros invisibles (2010)

Tras la quinta puerta (2014)

An Address in Havana / Domicilio habanero (2014)

Por último, encontré esta entrevista donde, entre muchas cosas muy interesantes, con una simple frase resume su poética fantástica:

Yo siempre quise situar mis cuentos en el bisel del espejo, una zona donde te sigues viendo pero ondula, donde no eres tú exactamente pero sigues siendo tú; una zona donde no sabes si es fantasía, realidad o psicología. (3:55)

Fantástica autora cubana que debería ser más leída en nuestro país.

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AQUÍ puedes conseguir (para Kindle) An Address in Havana / Domicilio habanero.

AQUÍ puedes leer «En familia».

AQUÍ puedes saber más del SLFH.

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Miguel Antonio Lupián Soto

Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, feligrés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy.

mortinatos.blogspot.mx

@mortinatos

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