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Bitácora de navegación del Nautilus 29

MOTIVOS PARA LEER

 

Marina Ortiz

 

Vivo en un mundo poblado de palabras ajenas.

Mijail Bajtin

 

¿Por qué las Letras se arraigan a nuestro corazón para siempre? Aun si lo abandonamos o descansamos de su poder tantos años como sea necesario, seguimos volviendo a ellas.

Esta no es mi primera columna, ni será la última, de exaltación del lenguaje. Siendo un espacio virtual, su condición es la infinitud e indeterminación. La Posibilidad. La transformación, traslación, traducción y trasliteración. La suspensión y distancia, la dilación y frontera. El umbral de Jano y la creatividad de Proteo. Este es un tema indisoluble a mi mente y corazón: como maestra, lectora y exploradora de las letras me intriga el porqué leo (leemos) y por qué quiero que otros lean (o me lean). Que nos leamos entre sí. Lo desconozco. Como el deseo, pienso que es algo que nos sucede, no tanto que nosotros lo edifiquemos.

Es la belleza, visión, poder e inherencia natural de Apolo (griego), Tot (egipcio), Xochiquetzal (mexica), Sarasvati (hindú), Benzaite (budismo japonés), Brígida (irlandés)…

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Lo que pasa es que el lenguaje crea un espacio dentro y fuera de nosotros. La imaginación tiene como virtud la expansión de la realidad. Parados en el camión, sentados en nuestras casitas, en medio de un bullicio o en el silencio de la noche. Leemos y vivimos su efecto doble: reconocer lo familiar y descubrir lo inconsciente. Como explora la antropóloga Michèle Petit, la lecto-escritura es un espacio de resguardo y secreto, de sombra acogedora y misterio. Porque es un espacio que crea una condición doble, de ser Yo y Otro. Dice: “Me interesan esas playas de la vida, tan vitales como ‘inútiles’, esos lugares discretos en los que cada uno es remitido a su fantasía, a su pensamiento, a lo más íntimo de sí mismo y donde, sin embargo, se encuentra con otros.” (p. 87).

Mares sin destino ni gobierno. Sin propósito. La imaginación re-crea la realidad que es simbólica y sensorial a la vez: inmersiva e interactiva, el tiempo y la materia se diluye pero, a la vez, se “replican”. Cronotopo de fluidez y transformación. Traducimos la realidad, nos transportamos a otra forma de sentir y arraigarnos. El cuerpo se vuelve múltiple. Continúa Petit: “En el corazón de toda historia, sugiere el escritor, existe quizá la revelación de un cuerpo imprevisible, libre; y en el corazón de toda lectura, la búsqueda de un secreto que tiene que ver con el deseo, con el amor y también, a veces, con el primer ser amado.” (p. 156, énfasis mío) Y más adelante: “Otra dimensión, algo lejano, otro tiempo, otros mundos se revelaban: había también una promesa de autonomía.” (p. 162).

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Como bien interpreta Tatiana Bubnova de las ideas de Bajtin: el lenguaje es una encrucijada ética de cómo traducimos el lenguaje “encontrado” en uno propio. Es inevitable negociar con el mundo una vez que nacemos, cosa que nadie elige por sí mismo. De la misma manera, nadie elige el idioma que forma su espíritu, ni tampoco soñar (ni siquiera los animales salen librados). Vivir nos sucede, sin elección ni motivo. Así, el arte es otra manifestación de la esencia vital, caótica, inútil, impredecible, ingobernable y bella de la realidad. Al igual que la pasión, nos sucede sin remedio. Sin misericordia. La naturaleza, el cosmos, suceden sin rumbo ni devenir. Eso es la Belleza.

¡Cuidado, gentes del Progreso Insostenible y la Ganancia Polito-Económica, aquí viene el Tornado de la Curiosidad, el Capricho y el Ocio!

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Sarah Mazzetti

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La lectura crea el Espacio de lo Otro. Ser en el Otro, el Otro en el Ser. El Yo en el Otro, el Otro en mí. Transición: ir de un lado a otro, de lo viejo a lo nuevo. Transicionar: ser Otro. Ser doble. Ser dual. Las letras nos muestran un más allá que quiere transformar al platónico mundo de las ideas en el País de las Maravillas, sin que uno pierda su virtud al otro.

Como bien dice el “héroe de historia”, de “El cuento ficticio” de Julio Garmendia*, en su discurso elegíaco de la condición ficcional, extraordinaria, sobrenatural, ilusoria, fantástica e irreal de los cuentos ¡contra la Realidad verosímil y verídica! Nuestro héroe nos reclama/incita/recuerda, con humor y astucia, que aquello que distingue al cuento —bien podríamos decir a la literatura en general (al mito, incluyo)— es su condición esencial de alejarse de la realidad, no porque quiera negarla, sino porque lo Posible es esencia también de lo real. “(…) como si hubiera algún mérito en no creer en los Cuentos Fabulosos, en tanto que lo hay muy cierto en saber que sí existieron.” (p. 88)

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Este caos creativo e indeterminado es lo que permite superar los límites aparentes y reales. Es un mito que los mitos son inamovibles. Están vivos. Es la feliz y creativa incertidumbre que devela y revela el mundo sin fin. Porque el cosmos no tiene fin. La ficción, el lenguaje, al transitarnos por lo otro, nos posibilita ser más reales, porque nos permite ver más allá de nosotros mismos. Y así entendemos que, ¡oh maravilla!, no nos perdemos a nosotros mismos, sino que nos entendemos mejor.

“Allí será el nuevo retoñar de las disputas y el mirarse de soslayo para comunicarse nuevas dudas y el inquirir si tales montañas no son más bien las muy reales, conocidas y exploradas montañas de tal o cual país naturalmente montañoso donde por casualidad nos hallaríamos y el que si todas las montañas de cualquier cuento o país que fueren no son de lejos azules… ¡Y yo volveré a hablar de la cercana dicha, de la vecina perfección, de la inminente certidumbre ya próxima a tocarse con la mano!”

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AQUÍ puedes leer «El cuento ficticio».

AQUÍ las primeras páginas de Leer el mundo.

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* De su libro La tienda de muñecos (1927). Cuentos lúdicos, irónicos, y sensibles. Críticos, con una mirada “meta literaria”, es decir cierta consciencia y juego de la artificialidad letrada (en un sentido llano de la palabra). Dicha tendencia es muy común de la corriente “posmoderna”, pero no es original a ésta. Bien podríamos trazar indicios de este ejercicio hasta el Quijote de la Mancha.

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Ana Marina Ortiz Baker

Soy de Monterrey, Nuevo León, México.

Desde la licenciatura estudio la ciencia ficción y la fantasía, y estoy por terminar una maestría en Literatura Hispanoamericana.

Mi tesis de investigación fue sobre el cyberpunk mexicano, en específico el tema del espacio y su relación recíproca con los personajes.

Me gustan los temas del cuerpo, la mujer, la ciudad, los mitos, la magia y la naturaleza.

Los conocimientos que tengo, que son un tesoro para mí, aún tienen mucho que crecer.

Twitter: @maro_baker

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