Sexta carta náutica
PIRATAS Y VUDÚ (I)
la diosa que se vuelve hechicera
Alejandra Q Pérez
Mucho hemos hablado de la saga de películas Piratas del Caribe, pues son de las máximas exponentes cuando de piratas y fantasía se trata. Sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en un personaje cuya historia es de las favoritas entre los fans. Así es, queridos lectores, hablamos de la gran hechicera vudú: la entrañable Tía Dalma (Naomie Harris).
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Conocemos a esta misteriosa mujer en la segunda entrega de la saga (El cofre de la muerte, 2006), donde el capitán Jack Sparrow debe recurrir a su ayuda para encontrar el cofre de la muerte y huir de Davy Jones. Desde antes de verla a ella podemos intuir que se trata de un personaje enigmático, pues vive en mitad de un pantano donde moran las almas; su hogar también se presenta como el espacio típico de los brujos oscuros en la ficción al estar sobrecargado de elementos variados.
Es en la siguiente película (En el fin del mundo, 2007) que conocemos la verdadera historia de este personaje, resaltando su trágica historia de amor con Jones, pero… ¿por qué la tragedia? Porque antes de las relaciones entre humanos y sirenas, tenemos en Tía Dalma y Davy una relación de humano y diosa. En efecto, nuestra hechicera vudú es la forma humana de la diosa de los mares Calypso.
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Todo bien hasta aquí, pero fuera de la pantalla, ¿quién es Calypso?
Calypso —o Calipso, según la traducción— es una ninfa de la mitología griega mencionada en la Odisea, donde la conocemos como la reina de la isla de Ogigia y la responsable de mantener retenido en dicho ligar a Odiseo durante siete años.
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Odysseus and Calypso (1883), por Arnold Bocklin.
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Los origines de esta reina son variados, pues algunos consideran que es hija de Atlas y la ninfa marina Pléyone, mientras que para otros es hija de Océano y Tetis. Inclusive, algunas pocas versiones la colocan como una más de las nereidas. En cualquier caso, su existencia siempre está ligada al mar (a pesar de gobernar en tierra).
Según le versión de Homero, tras el naufragio de Odiseo, Calypso lo hospedó en su isla durante mucho tiempo (los años exactos también varían según quien lo escriba), durante el cual concibieron dos hijos de nombres Nausítoo y Nausínoo. La ninfa deseaba que Odiseo se quedara con ella a cambio de obtener vida inmortal, pero el humano se negó y regresó a su tierra natal.
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Calypso’s Isle (1897), por James Draper.
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Si bien existen muchas diferencias en la historia de Calypso, el personaje de Tía Dalma conecta con la esencia mitológica, a la vez que toma sus propias licencias para crear una nueva diosa. Etimológicamente, Calypso significa “La que oculta”, lo que es muy bien aprovechado en las películas, pues la identidad real de Tía Dalma se mantiene oculta para algunos personajes hasta el momento clave en que deben liberarla de su prisión mortal.
Lo anterior llega a ser crucial en un momento de la trama, pues entre todos los problemas con la Hermandad pirata, el Señor del mar de China —Sao Feng— confunde a la diosa con Elizabeth Swann, lo que permite que Elizabeth tome un lugar entre los capitanes piratas y puedan ejecutar el plan contra los enemigos.
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Feast of the Nymph Calypso for Odysseus o A Fantastic Cave Landscape with Odysseus & Calypso (1616), por (tal vez) Jan Brueghel, el viejo.
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En la mitología, la isla gobernada por Calypso está llena de parajes tan hermosos que el propio Hermes quedó encantado con la vista; la propia ninfa es pulcra y bella, combinando en armonía con los paisajes de su isla. Por otro lado, tenemos a la Calypso rodeada de piratas y monstruos marinos. Esta Calypso, al igual que su contraparte mitológica, encaja con el aspecto visual de la saga, pues su vestimenta y presencia general es enigmática y descuidada, estando a la par de los capitanes pirata.
Al igual que la ninfa, Calypso se ve obligada a permanecer en tierra tras ser encarcelada en su forma humana. Aquí podríamos tener otra muy buena referencia, pues en la mitología se dice que Zeus y sus hermanos encarcelaron a la ninfa en Ogigia por ser descendiente de Atlas.
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Sin embargo, a diferencia del mito, en las películas vemos a Tía Dalma ayudando en su propia liberación; antes de que el espectador averigüe quién es en realidad, la vemos como una hechicera lo suficientemente poderosa como para resucitar a Héctor Barbosa, quien había muerto a manos de Jack en la primera entrega. De ese modo, la vemos tener destellos de poder a lo largo de la historia, desde ayudar a Jack a remolcar el Perla Negra con ayuda de los cangrejos que habitan el ‘fin del mundo’, hasta usar su magia para remover brevemente la maldición de Jones y mostrar el humano que fue alguna vez y del que ella se enamoró.
Su transformación final es de los momentos más épicos de la saga, pues el ritual para liberarla no parece la gran cosa, aunque está cargado de tensión y expectativa, para después convertirse en una mujer al tamaño del mástil del barco. Tras escuchar la petición de Barbosa de ayudarles en la guerra, Calypso “implosiona” en miles de cangrejos y regresa al mar. Momentos después la veremos manifestarse a través de un torbellino gigante donde se desarrolla la batalla final, volviendo así a ser la diosa de los mares.
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Calypso es de los personajes más entrañables y misteriosos de la saga, por lo que es natural que nos quede mucho por revisar sobre ella. Así que, en la segunda parte de “Piratas y vudú”, tendremos un acercamiento a los referentes mágicos de Tía Dalma.
¡Seguimos el viaje!
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Alejandra Q Pérez (Guadalajara, Jalisco; 1999)
Egresada de la Lic. en Escritura creativa (UdeG).
Directora del proyecto La capa de Oscar Wilde, dedicado a la difusión del arte y la creación de talleres literarios.
Ha publicado en diversas revistas y antologías digitales y físicas.
Ponente en el Primer Encuentro de Estudios Frikis (Colef: 2023), el Primer Encuentro de Minificcionistas en Jalisco (UdeG: 2023)
y en el Segundo Encuentro de Mujeres investigadoras de la cultura asiática (Centro Cultural Hotaru: 2024).
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