FROM… UNDER THE DOME
el suspenso que provoca el encierro en la ciudad
Lord Crawen
Una mañana del 20 de marzo de 2020 comenzó uno de los sucesos que consideramos —hasta cierto punto— sólo podía ser escrito por guionistas de una década atrás, de esos que alimentan teorías post apocalípticas y de terror. Una pandemia asolaría el mundo. Las calles y el mundo estarían en un sigilo permanente, mientras nosotros permaneceríamos en nuestros hogares a la espera de que esto pudiese resolverse. O, en algunos casos peores, la situación podía ir en aumento. El pánico generalizado no se hizo esperar, así como un sinfín de teorías que alimentaron a muchos escritores y guionistas en nuestro 2024. Así es, mis queridos lectores, muchos sobrevivimos.
Ante las inminentes secuelas de asedio hogareño y todo lo que ocurría en nuestras cuatro paredes, la vulnerabilidad social frente a los horrores de la soledad, el silencio y la inminente llegada de la muerte nos dejaron con algunas secuelas de ansiedad que han tratado de ser erradicadas.
Muchas de estas historias se centran regularmente en espacios reducidos, habitaciones, casas y patios donde el suspenso se va reluciendo a la vista del espectador en cuestión. Podría pensarse que no hay mayor horror que quedar encerrado entre cuatro paredes. ¿Qué pasaría si estuviésemos encerrados en nuestra comunidad, con gente que creemos conocer, con gente que llega desde algún punto pero donde ninguno puede salir?
El punto de inicio de estas historias bifurcadas en el espacio-tiempo comenzó con una novela escrita por Stephen King: Under the Dome, la cual llegó a los televisores del mundo en 2013 como una serie adaptada (con sus diferencias, ya saben).
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La historia nos presenta un pueblo en el que se vive como regularmente otro pueblo lo hace, hasta que son encerrados en una enorme cúpula sin salida (referencia también creada por Los Simpson en 2007, aunque el libro de King salió a la venta en 2009; las coincidencias se las dejo a ustedes, mis teóricos paranoicos). El encierro conlleva muchas de las interrogantes a nuestra mente, los más oscuros elementos saltan como ideas siempre hacia la negatividad. Se comienza por la parte física: dormir, comer, beber; se pasa a lo mental: ansiedad, claustrofobia; luego llegan las preguntas de los recursos alrededor y finalmente hacia la persona enfrente, que tal vez se hace las mismas preguntas y se está volviendo loca más rápido que otros.
La serie presentada en su momento fue exitosa debido a que nunca fue lineal ante el descubrimiento de la temática sobre la cúpula, el tratar de salir siempre al “mundo normal” y los elementos que fueron acercando a la serie hacia panoramas extraterrestres.
Se han replicado en algunos casos estos elementos en otras series, libros o películas con resultados varios.
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Y entonces llegó From.
La historia presentada en Under the Dome era la pregunta constante sobre el encierro —¿quién y por qué los tenía ahí?— y el suspenso rondaba entre los personajes y los elementos que iban encontrando sobre la cúpula.
From, desde el comienzo, nos muestra un atardecer, un pueblo con gente que escucha el sonar de la campana del sheriff del pueblo, instándolos a que entren a sus casas. El anochecer se acerca. Como buenos fanáticos del horror, olemos a leguas que hay un elemento aterrador rondando en el pueblo y sí, queremos ver criaturas aterradoras.
En efecto, las tenemos.
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Pero en From no hay cúpulas. Hay un plan urdido por alguien o algo para encerrar a estas personas provenientes de varios estados y del tiempo. Oh sí, el tiempo es un factor interesante en la serie.
Adicional a la llegada de nuevas personas al pueblo (que intentan salir por la carretera y llegan al mismo punto), las raciones de comida, el agua y el estar en un lugar que no es tu hogar, están el resto de las interrogantes sobre las criaturas y cómo el pueblo tiene energía eléctrica (sí, hasta en esos pequeños detalles está pensada la serie).
La serie no es un producto que vaya resolviendo dudas capítulo a capítulo o que un héroe haga todo y lo resuelva. From va más allá del típico trabajo en equipo, del horror sobrenatural nocturno o de que al final de cada capítulo un nuevo descubrimiento genere muchas más dudas que antes.
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Los personajes pasan de ser secundarios a principales en un instante con el solo hecho de tomar una decisión o de plantear una simple idea.
El linealidad del tiempo en From, como mencioné (a diferencia de Under the Dome, que lo trabaja más lineal e indicando que de no salir de la cúpula la muerte es inminente), es totalmente atemporal: hay personajes que llevan años en el pueblo con sus secretos, hay locaciones que llevan años enviando personas de un sitio a otro, hay actividades que los transportan al pasado del pueblo y visiones en todas partes.
Con tan sólo dos temporadas y una tercera confirmada para este año, puedo decirles que From es una serie apta para los amantes de este nuevo género del suspenso, que va más allá del encierro y del espacio-tiempo.
No olviden echarle un vistazo al recoveco de sus catálogos mientras permanecen encerrados en una noche oscura.
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Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México.
Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional.
Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía.
Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet.
Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.
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