THE BACKROOMS
liminalidad analógica
Miguel Lupián
Para no saturarlos (y darme un respiro) decidí alternar mi saga de La casa de las mujeres psicóticas con otras cosillas interesantes que vaya encontrando, y The Backrooms me tuvo delirando toda la noche.
Ayer leí en varios sitios de cine de terror la noticia de que la serie de cortos The Backrooms —que lleva más de 100 millones de vistas en Youtube— sería llevada a la pantalla grande, con nombres muy importantes asociados, entre los que destacan A24, Atomic Monster, James Wan y Shawn Levy (productor y director de 10 episodios de Stranger Things). El guion lo escribiría Roberto Patino (Sons of Anarchy, Westworld) y sería dirigida por su propio creador, Kane Parsons —¡de tan sólo 17 años!—; así que la filmación ocurriría en verano, para que no interfiera con sus estudios.
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Con todo esto me fue inevitable buscar el canal del chico y perderme en esa no-zona donde el tiempo fluye muy diferente al nuestro. 16 videos —hasta el momento— que nos cuentan (dando brincos en el tiempo) sobre este extraño lugar, sus creadores y sus temibles habitantes. Les comparto el primero:
(es importantísimo que empiecen con éste y que vayan “subiendo” hasta el más reciente, porque si los van viendo en el orden de la plantilla de Youtube se llenarán de spoilers.)
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En esta primera entrega (subida el 7 de enero de 2022) —que “ocurre” el 23 de septiembre de 1996— podemos ver los temas, las técnicas y las propuestas que el joven director abordará en toda la serie. Son muy significativos los primeros segundos, donde vemos a un grupo de chicos filmando una escena de terror. Esta escena, que parece un poco tonta, se convierte en su propio manifiesto: le tenemos miedo a eso que no podemos ver, a eso que nos acecha a la vuelta de la esquina.
Por supuesto, su tema más importante es la liminalidad —concepto que suena muy moderno pero que Arnold van Gennep ya lo había propuesto desde 1969 en Los ritos de paso—, esos lugares limítrofes que separan el exterior de lo doméstico y que funcionan como umbrales (más adelante nos enteraremos que la entrada a este lugar es llamada precisamente “The Threshold”) hacia lo desconocido. Al parecer, podemos separar este concepto en dos vertientes: estados liminales (enfermedad, duermevela, estados alterados) y espacios liminales (lugares de inquietante arquitectura). Desde el gótico, el terror ha sabido explotar muy bien este tipo de lugares y sensaciones.
Hace algunos meses, investigando sobre estos conceptos, encontré que el término “liminal” se volvió viral porque en 2019 alguien subió al sitio web 4chan la foto de una gran habitación alfombrada con paredes amarillas y luces fluorescentes. Los demás usuarios empezaron a crear historias y a subir sus propias fotos y videos, convirtiéndose en una creepypasta (leyendas urbanas que surgen en internet). Kane Parsons fue uno de ellos, pero lo llevó al siguiente nivel.
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Otro concepto que va muy de la mano de lo liminal es la kenopsia, que se define como “la inquietante atmósfera de un lugar vacío que normalmente está lleno de gente, pero que permanece abandonado y tranquilo”. Al parecer surgió a partir de la pandemia y la primera imagen que me viene a la mente es la magnífica secuencia de 28 Days Later / Exterminio donde vemos a Cillian Murphy recorrer las desoladas calles de Londres.
Todo esto contado a través una amalgama de formatos “analógicos” de found footage, videos institucionales confidenciales, videos corporativos, infomerciales y declaraciones de prensa.
La parte corporativa me recordó un montón a Severance —mi serie favorita del año pasado—, que explora la inquietante arquitectura de sus oficinas para enrarecer el ambiente y alterar el estado psíquico de los oficinistas (aquí pueden leer mi reseña). Pues bien, encontré una entrevista que le hicieron a Dan Erickson (guionista y creador de la serie) donde nos revela algunas de sus inspiraciones: The Truman Show, The Stanley Parable, Office Space y, sí, The Backrooms.
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Esta idea de amalgamar lo liminal y lo analógico está teniendo muy buenos resultados. Una de las últimas películas que vi en 2022 —pero que se convirtió en una de mis favoritas del año— fue Skinamarink (Ball), que justo utiliza estas técnicas para provocarnos auténticas pesadillas.
Me gustaría abordar más sobre lo que se va revelando a lo largo de la serie y todas las referencias que le fui asociando, pero siento que les provocaría muchos spoilers. Mejor termino con una preocupación y una reflexión.
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Me preocupa —y al parecer a muchos, según lo que he visto en redes— que al llevar este proyecto a la pantalla grande pierda todo su encanto. Pensemos en Slenderman, aunque la serie Channel Zero (que en sus cuatro temporadas le dio vida a varias creepypastas) lo hizo de manera genial.
Y me parece revelador que las nuevas generaciones, teniendo un montón de herramientas a la mano para hacer buenos efectos y que todo se vea impoluto, estén recurriendo a los formatos analógicos para transmitir sus miedos y obsesiones. ¿Será que sienten estos medios más honestos o simplemente se trata de este eterno loop en el que cada cierto tiempo volteamos hacia atrás para revalorar lo que teníamos? En cualquiera de los casos, el terror está en buenas manos.
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Miguel Antonio Lupián Soto
Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, feligrés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy.
Director de Penumbria.
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