LA MONSTRUOSIDAD DEL HOMBRE
II
los psicópatas llegan al cine de horror
Israel Yerena
Como vimos anteriormente, el cine de horror no sólo funge como mero entretenimiento para experimentar el miedo a través del monstruo, sino que este monstruo representa aquellos instintos perversos y sádicos que albergan en el hombre (aunque éste trate de negarlos). Asimismo, se vio que en la época de los 20 a los 60 todo lo maligno encarnado en la figura del monstruo o fantasma proviene de lugares alejados de la civilización, son fuerzas externas y extrañas que atacan al hombre desde fuera de su naturaleza.
Estos filmes extirpan todo lo maligno, ruin e incluso sexual que hay en el hombre y se lo adjudican a personajes monstruosos. Y, por supuesto, los sentimientos y temas de índole sexual siempre fueron los más estigmatizados, pues suele tomárseles como instintos inmorales, perversos, libidinosos e, inclusive, violentos. Fue así que, en un intento vano de demostrar que la sociedad estaba libre por naturaleza de estos sentimientos, la figura del monstruo ha servido como receptáculo de los aspectos “negativos” de la naturaleza humana. Así, los monstruos son los tumores malignos de una estructura civilizada que deben extirparse.
Por supuesto, el género evoluciona a la par de la sociedad, por lo que también los monstruos se transforman y se vuelven más peligrosos cuanto más humanos son. Así, si de los 20 a los 60 se mostraba al mal como un ser de otra naturaleza, o bien de otras dimensiones o planetas al tratar de adjudicar el mal interno del hombre a monstruos externos, es con Alfred Hitchcock y su cinta Psicosis (1960) que se plantea que el verdadero y más peligroso mal no proviene del exterior de la sociedad ni reside en planetas o galaxias desconocidas, sino que nace de un lugar más peligroso, sombrío y perverso: es decir, del interior del hombre. Hitchcock plantea que la semilla del mal nace, principalmente, de la locura, pues en su cinta nos muestra al dueño de un motel quien, debido a cierto trastorno mental, adquiere un gusto por el travestismo y una tendencia asesina.
Por otro lado, más de una década después llegaría una cinta cuya importancia es vital no sólo por su historia, sino porque marcó el comienzo de uno de los subgéneros más importantes del cine de terror. Nos referimos a La masacre de Texas (1974) de Tobe Hooper, que inaugura el slasher, subgénero que tiene como principal característica el destazamiento de las víctimas mediante asesinatos por demás crueles a manos de un personaje casi siempre enmascarado. Este filme causó un gran revuelo en su época, pues aunque no fue el primero en abordar el tema tan estigmatizado del canibalismo, sí es cometido en esta película no ya por un solo personaje o tribu lejana, sino por una familia completa: es decir, por un organismo dentro del mundo civilizado.
Aunque La masacre de Texas inaugura el slasher, éste encuentra su máxima nota en Halloween (1978) de John Carpenter, donde un psicópata, más parecido a una fuerza implacable de la naturaleza que a un humano, aterroriza a una joven y masacra a sus amigos durante la noche de brujas.
Dos años después llegaría Viernes 13 de Sean S. Cunningham, donde el slasher encuentra su nivel gore característico pero, además, los elementos sexuales que también se convertirán en un distintivo clásico del subgénero, siendo casi una de sus principales y casi inviolables reglas que la única sobreviviente sea la virginal protagonista y las víctimas adolescentes con una vida sexual activa y temprana.
De esta forma, el cine de terror de los 70 a los 90 está dominado por la figura del psicópata en filmes como Motel Hell, Prom Night, Maniac, The Burning, Sleepaway Camp, Curtains, Silent Night, Deadly Night, My bloody Valentine o Scream. Así se demuestra, al fin, que el mal no radica fuera de la sociedad, sino que la perversidad y malignidad nace, crece y se desarrolla en el mismo hombre. A su vez, las crisis sociales e ideológicas surgidas en los 60 y 70 en EU -principal productor de estas cintas- originaron un gran descontento en su sociedad, por lo que obras como La masacre de Texas mostraron que el hoy era atroz pero el futuro era aún más desolador, llegando a los extremos de devorar a otros seres humanos como principal sustento. De igual forma, la crítica sexual de cintas como la de Cunningham demuestra la doble moral respecto a estos temas, pues mientras un sector de los espectadores goza con dichas imágenes, en aquella época ese mismo sector condenaba que dichas prácticas fueran realizadas desenfrenadamente.
Así, las represiones sociales al fin estallaron en el individuo, encarnando todas sus privaciones en la figura del psicópata. Después de todo, la mayoría de estos personajes no son más que míseras criaturas cuya desgracia se debe al maltrato por parte de la sociedad; son hombres y mujeres que pudieron haber tenido una vida “normal” y se vieron apartados del mundo por ser considerados monstruos, por lo que la única alternativa que tuvieron fue vengarse de la sociedad por todo el mal que les ocasionó. En cierto sentido, el psicópata representa todo lo perverso y maligno del hombre que regresa para exterminarlo; es el hombre violentándose a sí mismo. Al fin se ha aceptado que dentro del ser humano existen pasiones e instintos de toda índole, y que negarlos no servirá de nada pues, al hacerlo, éstos regresarán con más fuerza para dañarlo.
El psicópata es la encarnación de toda la violencia y bajos instintos del individuo civilizado, y no es casualidad que, la mayoría de las veces, este asesino porte una máscara, pues ésta no sólo lo dota de anonimato, sino que el verdadero peligro es no saber de quién son los ojos bajo este aditamento; lo horrible es desconocer la verdadera cara de esa violencia; peor aún, es que ese rostro podría ser el de cualquier vecino, amigo, familiar o, incluso, de aquel que está leyendo estas líneas.
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Imagen de cabecera: «Slashers», por MichaelJLarson.
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Carlos Israel Yerena Cruz, 24 años.
Egresado de la carrera de Comunicación de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Fanático de la literatura y el cine de terror. Contribuyente de la revista electrónica “Encuadres”, escribiendo reseñas y noticias acerca del género de terror.
Actualmente me encuentro en espera de fecha de examen de titulación mediante la tesis La masacre de Texas: del asesino histórico al fílmico, en la cual hago una breve descripción del género y un análisis de la cinta en cuestión.