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CEREMONIAS MACABRAS

una joya olvidada en los abismos del tiempo

 

Rodrigo Ayala

 

A menudo me pregunto qué diría H.P. Lovecraft acerca de ciertas obras de la literatura de horror que el nativo de Providence no tuvo oportunidad de conocer, ya sea por su temprana muerte en 1937 a los 46 años de edad o debido a la distancia del tiempo que lo separó irremediablemente de libros y autores mucho más actuales.

Una de las novelas que estoy seguro se ganaría el respeto y la admiración de Howard Phillips sería un título surgido a mediados de la década de 1980: The Ceremonies de T.E.D. Klein, una novela que ejemplifica a la perfección el concepto de horror cósmico, hecho que ya de entrada haría las delicias del autor de relatos fundamentales como “En las montañas de la locura” o “El color caído del espacio”.

Publicada en 1984, esta extensa novela nos narra la historia de Jeremy Freirs, un joven profesor de universidad que se aísla en una granja rural de Nueva Jersey con el objetivo de redactar un trabajo de investigación acerca de la literatura de horror. Con el correr de los días, Freirs no solo tiene contacto con las rígidas ideas de la comunidad ultraconservadora donde ha decidido aislarse, sino también comienza a ser testigo de una presencia malévola que habita en los siniestros y milenarios alrededores de la granja.

Este mal ancestral, inmortal y cíclico, que se encuentra atrapado en un árbol de aspecto macabro, busca la manera de regresar al plano terrenal. Para ello necesita de un servidor que esté dispuesto a ayudarle a recobrar su forma primigenia. ¿Pero cómo lo hace? Es aquí cuando el título de la novela cobra sentido: a través de una serie de rituales y ceremonias de origen impreciso y antiguo, demasiado antiguo. Una especie de magia de origen sobrenatural e incomprensible para la razón humana.

Junto a Freirs, otros personajes vitales dentro de la historia son: el matrimonio Poroth, los misteriosos anfitriones de Jeremy que le abren las puertas de su granja en lo profundo del poblado de Gilead; Caroline, la chica virginal de la cual Jeremy se enamora y que será parte fundamental de los ritos siniestros que rodean la novela; y, por último, el misterioso anciano Rosie, que será el punto de conexión entre dos mundos: el de lo terrenal y lo sobrenatural.

Cabe aclarar que The Ceremonies tiene su base en un relato escrito por el mismo T.E.D. Klein titulado “The Events at Poroth Farm” (Los sucesos en Poroth Farm) de 1972. La novela es el relato extendido de esa primera idea nacida 12 años antes.

La sombra de Machen y “El pueblo blanco”

Un detalle vital acerca de The Ceremonies es que se inspira de manera directa en otro relato clásico de la literatura de horror. Hablamos de “El pueblo blanco” de Arthur Machen, una de las historias más representativas y aterradoras del autor galés, el cual influyó de forma sólida en la obra de Lovecraft. El grandioso relato de Machen nos habla de Helen, una niña que entra en contacto con el mundo feérico para ser testigo de escabrosos rituales y acontecimientos en lo profundo de oscuros bosques que esconden visiones enfermizas. De esa manera comienza a adquirir conocimientos prohibidos que provienen de una dimensión totalmente ajena a lo humano.

El entorno rural y mágico del relato de Machen es emulado por Klein en su novela de manera magistral. SinEl pueblo blanco” no podría existir en lo absoluto The Ceremonies. Esta novela es una especie de extensión de ese mundo asfixiante y siniestro relatado de manera aterradora por Machen en 1899, uno de los grandes conocedores de los alcances que el ambiente le puede dar a un relato sobrenatural.

Arthur Machen

Un tributo al horror

Uno de los aspectos más fascinantes del texto de T.E.D. Klein es la mención que hace de notables títulos del género de horror. Recordemos que su protagonista se propone llevar a cabo un trabajo académico relacionado a esta expresión literaria. Para ello se dedica a leer una serie de textos fundamentales de literatura macabra, lo cual es un acierto por parte de Klein, ya que se trata no solo de un guiño al propio género de lo sobrenatural sino también a los lectores devotos del mismo.

Es así como acudimos a un minúsculo repaso literario que se inicia con El castillo de Otranto de Horace Walpole (la novela con la que inicia la tradición gótica y la de horror como tal) y transcurre con los relatos de Charles Maturin, Ann Radcliffe, Mathew Gregory Lewis, M.R. James, Bram Stoker, Henry James, Sheridan LeFanu, Shirley Jackson y las sombras de H.P. Lovecraft y Arthur Machen como telón de fondo. Incluso se hace una mención a Aleister Crowley y su obra Confesiones.

Una novela olvidada, pero poderosa

Por alguna extraña y caprichosa razón, The Ceremonies no forma parte de los listados de obras cumbres o esenciales de la literatura de horror moderna. La novela pareciera ser reconocida y valorada únicamente entre los estudiosos más clavados en el género o los afortunados lectores que han llegado a este libro por azares del destino o por las ansias de conocer alguna lectura que se salga de los listados tradicionales que casi siempre contemplan los mismos títulos.

Su ritmo semilento y elegante la hace una lectura deliciosa, al mismo tiempo que compleja y profunda. Posee un excelente tejido narrativo donde cada personaje tiene su propio espacio y tiempo para darse a conocer. Tan mágica es la trama como la manera en que Klein nos hechiza a través de sus letras. Cuando nos damos cuenta, estamos totalmente absortos en una novela de horror cósmico que tristemente ha sido relegada a un segundo o tercer plano en la memoria colectiva. A pesar de ello, su poder es inmenso. Después de leerla, agradeces haber llegado a ella.

Fue gracias a la editorial española Martínez Roca que el mercado hispano pudo conocer esta novela traducida a nuestro idioma como Ceremonias macabras. De hecho, la mencionada editorial fue responsable de la publicación de diversas novelas y antologías de terror que no han vuelto a ser reimpresas y se encuentran descatalogadas. La edición en español de Ceremonias macabras es objeto de culto entre los más conocedores del género y el libro incluso llega a subastarse en foros de internet en cifras exorbitantes.

El reputado crítico y estudioso de la literatura de horror S.T. Joshi afirmó acerca de The Ceremonies:

«A lo largo de 25 años de escritura Klein sólo ha necesitado dos novelas y un puñado de cuentos dispersos para labrarse una sólida reputación, y aun así su fama sigue proyectándose sobre la de sus más prolíficos contemporáneos».

Precisamente uno de los autores más prolíficos que existen en la actual literatura de terror, el ultrafamoso Stephen King, también tuvo palabras entusiastas acerca de la novela de Klein:

«Me dejó fascinado durante días y días, y éste es el mejor cumplido que se le puede hacer a un autor por un libro suyo… Un libro hermoso y excitante que te quita el aliento. Está a la altura de los grandes clásicos del horror».

Sobre T.E.D. Klein se sabe muy poco. Su nombre completo es Theodore “Eibon” Donald Klein. Nació en Nueva York en 1947, donde continúa radicando. La mayor parte de su carrera la ha dedicado a ser editor: de 1981 hasta 1985 fungió como tal en la revista Twilight Zone y de 1991 a 1993 lo fue de la revista Crime Beat. En 1985 publicó Dark Gods, una de las colecciones de cuento macabro más destacadas en la historia del género. También fue guionista de la cinta Trauma, del genio del horror italiano Dario Argento. Actualmente se dedica más al ensayo literario que a la ficción.

Aquí un fragmento de The Ceremonies:

«UNA NOCHE DE LLUVIA acabó extinguiendo el fuego. El sol se alzó sobre un reino de cenizas, una tierra desolada y gris en la que no quedaban árboles ni señales de vida… excepto el tocón calcinado de un viejo chopo, el árbol más alto del bosque. El árbol estaba muerto, pero en sus ramas vivía algo oculto entre el humo que aún brotaba del suelo, algo mucho más viejo que la humanidad y más oscuro que la vasta y negra caverna de un mundo lejano, perdido en el más insondable espacio. Algo que alentaba y trazaba planes, que se notaba morir y que, percibiendo su muerte, seguía vivo.

No pertenecía a la naturaleza y estaba solo. No tenía nombre. Aguardó, alzándose sobre el humo, una forma negra contra la negrura del árbol. El fuego le había herido, devorando uno de sus miembros. Allí donde una vez hubo algo parecido a un rostro había ahora una negra masa parecida a la brea. Pero seguía aferrándose a la vida y a la rama donde había clavado sus zarpas. Sobrevivir era algo que debía ser cuidadosamente calculado y antes de morir debía hacer una cosa. Había llegado el momento, pero el ser era muy paciente. Cerró el único ojo que le quedaba y se dispuso a esperar. Ya llegaría su hora».

T. E. D. Klein

Lo dicho: Lovecraft se rendiría ante la magia de esta novela.

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Rodrigo Ayala Cárdenas

Humano con el deseo de ser extraterrestre.

El rock, el heavy metal, los libros, el cine de horror, lo extraño, la noche, los bosques,

lo sobrenatural, el café y las carreras de larga distancia son sus amadas obsesiones.

Ilse es el amor de su vida.

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