CUENTOS BREVES DE HORROR
PARA SERES OCUPADOS
Alejandra Rodríguez Montelongo
Hoy en día vivimos en un mundo acelerado donde la inmediatez cada vez gana más terreno. Ante ello, la minificción ha cobrado importancia convirtiéndose en el género del siglo.
En México, diversas minificcionistas —como Adriana Azucena Rodríguez, Karla Gabriela Barajas, Ángeles Ortiz Espinoza, Carmen Simón, Crista Aun, Jazmín García Vázquez, Cristina Gutiérrez Mar, Cristina Rentería Garita y Karen Vizcarra Madrigal, entre otras— destacan con sus relatos contundentes inmersos en el suspenso, la intriga y la ironía.
Mediante un par de palabras y párrafos estas autoras son capaces de convocar una amplia gama de emociones y llevar al lector a reflexionar sobre su entorno social. Así, el microrrelato aparece como una píldora para despertar y ver la realidad.
El día de hoy me gustaría abordar el libro Cuentos breves de horror para seres ocupados de la escritora Ángeles Ortiz Espinoza, también conocida como Allure Spinoza.
Ángeles Ortiz Espinoza es escritora, artista escénica y plástica e investigadora en Ciencias Políticas. Es miembro fundador del Grupo de Teatro del CET del Instituto Cultural de Aguascalientes y de Eriz, Compañía Teatral. Ha sido seleccionada en las residencias artísticas Estudio Abierto, Creadore.Es, Interfaz y en el programa Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
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En su labor de investigadora en Ciencias Políticas ha realizado estudios entorno a la participación política, la violencia, el desarrollo social, la identidad, la seguridad y las adicciones. Como autora suele abordar la violencia que se vive dentro de la sociedad actual, evidenciando, especialmente, la violencia que viven las mujeres. Hasta el momento ha publicado Distopías (2023), Las niñas no se tocan (2023), Se nos fue el miedo (2023), Laboratorio de escritura creativa (2021) y Cuentos breves de horror para seres ocupados, del cual hablaremos a continuación.
Cuentos breves de horror para seres ocupados, publicada en 2021 por el Fondo Editorial Querétaro, es su primera obra narrativa. Contiene 61 minificciones numeradas, ideales, como su nombre lo dice, para leer entre los lapsos en que se calienta el agua para el café de la mañana, mientras uno se dirige al trabajo, en lo que avanza la fila del banco, entre los cadáveres de tiempos muertos, en los insomnios tardíos o en el lapso en que los fantasmas y angustias se deciden a tocan a la puerta.
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Se trata de un libro ameno, de fácil y ágil lectura. Las minificciones están plagadas de pesadillas, fantasmas, seres insomnes, bebés diabólicos, dragones, hadas, suicidas y entes siniestros que, no obstante, al igual que nosotros, los lectores, están atrapados en la repetición.
La autora despliega un mundo donde los humanos, cansados del tedio de la vida, optan por el suicidio sólo para descubrir que la existencia fantasmagórica es otra clase de bucle monótono. El mundo sobrenatural que Allure nos plantea está inmerso en el horror por su similitud con mundo de los vivos. Lo terrorífico se encuentra en lo rutinario y en la incapacidad de los entes para escapar de su absurdo.
Así, la monotonía, el hartazgo y la incesante rutina son aspectos que atraviesan el libro desde el título, dirigiéndose al lector promedio del siglo veintiuno, es decir, entes saturados, envueltos en el burnout, atrapados como Sísifo en repeticiones inútiles y agobiantes.
A lo largo de las 69 páginas que contiene Cuentos breves de horror para seres ocupados hay narraciones que abordan la violencia en las esferas más íntimas y familiares, denunciando situaciones de abuso tanto físico como sexual; de igual forma, encontramos narraciones con descripciones que evocan el grotesco y el body horror.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, el horror al que se accede por medio de estas píldoras narrativas no es de una contundencia feroz, ni desgarradora. El efecto de estas minificciones es de liberación prolongada, lento como una gota minúscula que va horadando la piedra, como aquel viejo método de tortura china.
Las ideas y espectros encerrados en estas páginas, una vez que son liberados, permanecen con el lector, preguntándole si acaso él también es un fantasma atrapado en rutinas absurdas, un ente ocupado incapaz de ver el horror que le rodea, un habitante más de la morgue que no se ha percatado aún de la realidad.
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Alejandra Rodríguez Montelongo
Zacatecas (1993).
Psicóloga y maestra en Literatura Hispanoamericana.
Suele conjurar lo fantástico y lo siniestro escondido en la tinta de las escritoras.
Es autora del libro de cuentos Canto de enredaderas (2021).
Ha sido becaria del PECDA y fue reconocida en 2021 con el Premio Estatal de la Juventud (Zacatecas) en la categoría de Literatura.
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