LA LLAMADA DE LOVECRAFT

el pensamiento lovecraftiano como metafilosofía

 

Roberto Carlos Garnica

 

 

Fue en el umbral de julio de 2023 que, por primera vez, leí al brutal Lovecraft. Lo recuerdo bien porque fue en el curso Lo raro y lo espeluznante de Miguel Lupián. El beso iniciático me lo dio “The Call of Cthulhu”. Lo recuerdo bien porque fue fuerte el golpe filosófico del párrafo inicial:

“Lo más piadoso del mundo, creo, es la incapacidad de la mente humana para relacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de negros mares de infinitud […]. Las ciencias, esforzándose cada una en su propia dirección, nos han causado hasta ahora poco daño; pero algún día el ensamblaje de todos los conocimientos disociados abrirá tan terribles perspectivas de la realidad y de nuestra espantosa situación en ella, que…” (Lovecraft, H. P. 2005a: 387).

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Me asombró, me fascinó, su capacidad para plantear de forma tan elegante y breve sendos problemas filosóficos: el reconocimiento de los límites de la mente, la híper especialización de las ciencias, el carácter terrible de la verdad, la precariedad de la condición humana.

Fue una seductora llamada que me llevó a descubrir una monstruosa narrativa de hondas raíces filosóficas, a zambullirme en un cosmos de imágenes sublimes y terror filosófico.

Todavía hay mucho por descubrir, pero, por ahora, hacemos un alto en Filosofía HPL. Por ello, en esta décimo tercera entrega te comparto un panorama de lo recorrido.

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Al iniciar el ascenso de la montaña lovecraftiana, creí que sólo encontraría alusiones dispersas, pero en el camino descubrí estupefacto que había piedras, ríos, flores, plantas, árboles, animales y otros seres de intensos colores y olores filosóficos. La percepción bruta me mareó, me senté un momento, me coloqué los lentes académicos e ingerí una cápsula de ingenuidad taxonómica.

—Ah, qué bien: epistemología, filosofía de la ciencia, estética, filosofía del lenguaje, antropología filosófica, teología —me susurró mi daimon y me tranquilicé.

Continué el ascenso por las laderas serpenteantes de su narrativa y me asaltaron innumerables y caleidoscópicas inquietudes. ¿Existen entidades a las que no podemos nombrar ni describir? ¿Tiene sentido intentar hablar de ellas? ¿Cómo se relacionan la locura y el arte? ¿En qué radica la autenticidad de una pintura? ¿Lo tétrico es también una categoría estética? ¿Una pieza musical puede ser, al mismo tiempo, hermosa y terrible? ¿Existen colores y sonidos que no podemos percibir? ¿Cuáles son los alcances de la ciencia? ¿El tiempo y el espacio son relativos? ¿Hay otros mundos con otras leyes? ¿Existen entidades pensantes no humanas? ¿Qué distingue al sueño de la vigilia? ¿Cuál es el sentido de la vida?

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Me cautivó, además, reconocer que no se trataba de meras ocurrencias desordenadas sino de profundas especulaciones que siguen un eje y se van perfilando a lo largo de su obra. Así ocurre, por ejemplo, con la intuición que recogimos desde la primera entrega:

“El uso reiterado de categorías relativas a lo que no tiene nombre y no puede ser nombrado no es un recurso pueril sino un auténtico manifiesto ontológico y estético que exige el reconocimiento de realidades que están más allá de nuestras capacidades cognitivas y que, aun cuando pudiéramos percibirlas de alguna manera, no corresponderían con ningún nombre o descripción posible” (Garnica 2024a).

También reafirmamos que en “Pickman’s Model” y “The Music of Erich Zann” se esboza “una compleja teoría estética coherente con el resto de su obra” (Garnica 2024b).

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Y cada nueva lectura fue abonando a la tesis que extrajimos de “The Silver Key”:

“En tanto sucesión de imágenes, no hay diferencia entre los sueños y la ‘realidad… La vida onírica es superior debido a su calidad estética y su familiaridad con la infancia” (Garnica 2024c) …

Pero, más allá de estos y otros tópicos que desarrollamos en Filosofía HPL, ¿hay un eje conductor primigenio?, ¿hay una marca que recorra cada página de su narrativa? No es algo que pueda responder de manera definitiva, pues todavía falta mucho camino, pero desde esta saliente en la que hicimos alto puedo vislumbrar: el revulsivo del pensamiento lovecraftiano es su inquietud por la alteridad, la presencia paradójica de lo que está más allá.

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Para Lovecraft, el hombre es un animal minúsculo que habita uno de los millones de planetas que flotan en uno de los múltiples universos… y no se trata sólo de una “extensión” física, sino que incluye, por ejemplo, el mundo onírico y espacios donde no existen las formas. Estamos cercados por infinidad de seres que están más allá de nuestras capacidades imaginativas. Los sentidos, la mente y la ciencia son impotentes. Existen más de tres dimensiones, “colores” con las cualidades de otros mundos, conformaciones no euclidianas, “planos” donde “there is no time” (Lovecraft, 2011: 75), situaciones que no siguen las leyes físicas que conocemos, otros tipos de seres vivos, otras entidades pensantes, otros dioses…

Fue en ese sentido que propuse “dar el salto hacia una metafilosofía lovecraftiana” (Garnica 2024d).

Esto es lo que veo cuando, parado en esta saliente, lanzo mi mirada hacia abajo… pero cuando oteo hacia arriba me percato de que hemos avanzado poco: ¡la montaña lovecraftiana es inconmensurable!

Sólo me resta decirte hasta luego y agradecerte la compañía.

Espero que hayas disfrutado tanto como yo.

¡Salud y en camino!

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Referencias

Garnica, R. C. (2024a). “The Unnamable, lo innominable como categoría ontológica y estética”. Penumbria, revista fantástica para leer en el ocaso.  https://www.penumbria.mx/lo-innominable-como-categoria-ontologica-y-estetica/

Garnica, R. C. (2024b). “The Music of Erich Zann, el poder de la música”. Penumbria, revista fantástica para leer en el ocaso.  https://www.penumbria.mx/el-poder-de-la-musica/

Garnica, R. C. (2024c). “The Silver Key, la superioridad estética de la vida onírica”. Penumbria, revista fantástica para leer en el ocaso. https://www.penumbria.mx/la-superioridad-estetica-de-la-vida-onirica/

Garnica, R. C. (2024d). “The Tale of Inspector Legrasse, más allá del bien y del mal, la Metafilosofía de Lovecraft”.  Penumbria, revista fantástica para leer en el ocaso. https://www.penumbria.mx/mas-alla-del-bien-y-del-mal/

Lovecraft, H. P. (2005a).  “La llamada de Cthulhu”. Narrativa completa/Vol. I. Valdemar.

Lovecraft, H. P. (2011). “Celephaïs”. The Complete Works of H. P. Lovecraft.

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Roberto Carlos Garnica Castro

Poseído por múltiples pasiones como la filosofía, la antropología, la historia y la literatura ha desarrollado una mirada caleidoscópica y rizomática que se funda en un principio muy simple: abordar cada cosa desde el otro extremo.  En ese sentido considera que toda filosofía tiene un trasfondo poético y toda obra literaria una base filosófica… y la mortal vida es la fuente de todo.

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