BEYOND THE WALL OF SLEEP
más allá de la vida ordinaria
Roberto Carlos Garnica
Lovecraft escribió “Beyond the Wall of Sleep” en 1919 y fue publicado por primera vez ese mismo año en Pine Cones (y posteriormente, en 1938, en Weird Tales).
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En este breve relato, el interno de una institución psiquiátrica nos habla sobre Joe Slater, un vagabundo que fue acusado de asesinar a su vecino. Aquel extraño hombre sólo recordaba haberse ido a dormir para despertar parado en la nieve “con las manos ensangrentadas” (Lovecraft, 2005, p. 81) y un cadáver mutilado a sus pies. Para desentrañar el misterio, el interno experimentó sin autorización con su paciente y logró comunicarse con una entidad extraterrenal que le reveló que…
Sin duda es fascinante acercarse a este texto desde una perspectiva literaria, pero también es revelador minar sus apuntes filosóficos.
La parte de mayor densidad filosófica es el párrafo inicial, extenso soliloquio en el que se reflexiona sobre la relevancia y naturaleza de cierto tipo de sueños. Más adelante se abordan otros tópicos como la posibilidad de comunicarse sin palabras, la existencia de otras entidades pensantes, los límites de la ciencia y la multidimensionalidad del tiempo y el espacio.
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El texto abre con una pregunta, con un sentimiento de extrañeza: ¿por qué la mayoría de la gente jamás reflexiona en torno a la “titánica relevancia” de los sueños y “el oscuro mundo al que pertenecen”? (Lovecraft, 2005, p. 79) Especulando al respecto, el narrador plantea que “la mayor parte de nuestras visiones nocturnas no son quizá más que vagos y fantásticos reflejos de nuestras experiencias cuando estamos despiertos” (Lovecraft, 2005, p. 79) y critica la teoría freudiana de la interpretación de los sueños, pero, más allá de esto, sugiere que ciertos restos oníricos[1] de “immundane and ethereal character” (Lovecraft, 2013, p. 19) apuntan hacia otro lado: “una esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, pero separada de ella por una barrera casi infranqueable” (Lovecraft, 2005, p. 79).
En entregas anteriores hemos expuesto cómo para Lovecraft la experiencia onírica es superior a la vida despierta (Garnica, 2024a) y cómo “en lugar de oponer los sueños a la realidad es más adecuado hablar de vida o mundo oníricos versus vida o mundo ordinarios” (Garnica, 2024b). En “Al otro lado de la barrera del sueño” se sostiene la misma ontología, es decir, se considera que la existencia onírica “es nuestra más auténtica vida, y que nuestra vana presencia sobre el globo terráqueo es en sí misma un fenómeno secundario o meramente virtual” (Lovecraft, 2005, p. 79), pero se traza una separación más radical que sugiere que en ciertos “sueños” somos otra persona.
En este sentido, el narrador asevera que su propia experiencia le impide dudar “que el hombre, cuando pierde la conciencia terrena, realmente habita durante algún tiempo en otra vida incorpórea de naturaleza muy diferente a la de la vida que conocemos” (Lovecraft, 2005, p. 79). Más aún, el ser que de alguna manera habita a su paciente le confiesa: “Yo soy una entidad como aquella en la que tú te conviertes mientras duermes tranquilamente. Soy tu hermano de luz y he flotado contigo por los valles refulgentes” (Lovecraft, 2005, p. 86).
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Este tema de los seres de luz nos lanza a ciertas especulaciones metafísicas. En el texto se habla de inferioridad del cuerpo físico y de la posibilidad de un diálogo directo entre las almas, “soul to soul, with silent and perfect interchange of thought” (Lovecraft, 2005, p. 23). Se habla también de que las almas pensantes pueden habitar cuerpos no humanos: “Tú y yo hemos sido arrastrados a los mundos que giran en torno a la roja Arturo y hemos vivido en los cuerpos de los filósofos-insecto” (Lovecraft, 2005, p. 86). Incluso se señala que el cuerpo es la cárcel del alma: este “vulgar cuerpo ha sido mi tormento y mi prisión diurna” (Lovecraft, 2005, p. 86), lo que se denomina muerte es “el momento triunfal” en el que “iba a escaparse por fin mi semejante de una degradante esclavitud periódica” (Lovecraft, 2005, p. 85).
Estos apuntes tienen reminiscencias platónicas, pero agregan algo más. Si para Platón hay tres vías para liberarse del cuerpo (el conocimiento, el amor y la muerte), Lovecraft propondrá una cuarta vía: los sueños.
¿Pero no contradice esto el materialismo lovecraftiano del que tanto hablan sus comentadores? La siguiente descripción del pensamiento nos da una valiosa clave hermenéutica: “Estaba convencido de que el pensamiento humano consiste básicamente en un mecanismo atómico o molecular, convertible en ondas etéreas de energía radiante como el calor, la luz y la electricidad” (Lovecraft, 2005, p. 83).
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Esto, por supuesto, ofrece más preguntas que respuestas. El narrador de Lovecraft es cauteloso al respecto: “podemos deducir mucho, pero comprobar poco” (Lovecraft, 2005, p. 79), se trata “de algo que no alcanzaba a comprender; algo infinitamente más allá de la comprensión de mis colegas de la medicina y la ciencia” (Lovecraft, 2005, p. 82).
Sólo nos queda reconocer, abrazando una humildad socrático-lovecraftiana: “¡Qué poco sabe el yo terrestre de la vida y su importancia!” (Lovecraft, 2005, p. 86).
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AQUÍ puedes leer «Más allá del muro del sueño».
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[1] En contraposición con la teoría de la represión onírica freudiana, en este texto se sugiere que aquellos sueños de los que recordamos poco o nada están asociados con nuestra otra vida y que, al despertar, “sólo perviven los recuerdos más insignificantes y más confusos” (Lovecraft, 2005, p. 79).
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Referencias
Garnica, R. C. (2024a). “The Silver Key, la superioridad estética de la vida onírica”. Penumbria: Revista fantástica para leer en el ocaso. Recuperado de https://www.penumbria.mx/la-superioridad-estetica-de-la-vida-onirica/
Garnica, R. C. (2024b). “Celephaïs, lo onírico como otra vida”. Penumbria: Revista fantástica para leer en el ocaso. Recuperado de https://www.penumbria.mx/lo-onirico-como-otra-vida/
Lovecraft, H. P. (2005). “Al otro lado de la barrera del sueño”. Narrativa completa Vol. I. Valdemar.
Lovecraft, H. P. (2013). “Beyond the Wall of Sleep”. Complete Works of H. P. Lovecraft. Delphi Classics.
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Roberto Carlos Garnica Castro
Poseído por múltiples pasiones como la filosofía, la antropología, la historia y la literatura ha desarrollado una mirada caleidoscópica y rizomática que se funda en un principio muy simple: abordar cada cosa desde el otro extremo. En ese sentido considera que toda filosofía tiene un trasfondo poético y toda obra literaria una base filosófica… y la mortal vida es la fuente de todo.
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