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THE UGLY STEPSISTER

EL CUENTO DE HADAS MÁS SINIESTRO IMAGINABLE

 

Aglaia Berlutti

 

En The Ugly Stepsister (Emilie Blichfeldt, 2025) el cuento de “La cenicienta” se convierte en una extravagante visión del mal, el miedo y la oscuridad interior. Todo, en medio de una puesta en escena barroca y con la sensación constante de que lo siniestro puede manifestarse en las formas más extrañas  —y sangrientas—  imaginables.

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En varias de las escenas de The Ugly Stepsister la furia femenina crea monstruos. Y no se trata sólo  —al menos no únicamente—  de una metáfora. También es una reflexión violenta, salvaje y en clave barroca acerca de las presiones, exigencias y mórbidas obsesiones de los hombres  —en cualquier época y lugar—  sobre el cuerpo de las mujeres. Todo un contexto claustrofóbico, represivo y angustioso que se vincula con la idea del amor y el rencor. Una combinación de elementos que convierte a la película en una rarísima y subversiva mirada sobre el deseo y la posesión.

Pero más que eso, la cinta es un cuento de hadas primitivo más cercano a las versiones originales que a sus versiones más edulcoradas del siglo XVII y siguientes. La directora noruega  —que también escribe el guion—  parece basarse en la idea de relatos creados más para aterrar y aleccionar, por lo que la película tiene un aire de pesadilla que se construye con escenas cada vez más violentas y tenebrosas. Para eso, la realizadora toma la estética del siglo XIX y la subvierte para volver cada paisaje, lugar y vestuario en una trama tramposa y cruel.

En especial, cuando la diseñadora de producción —Sabine Hviid— convierte la belleza en una máscara. Durante sus primeras escenas, la película muestra que todo lo bello y deseable esconde un corazón pútrido: la cámara se pasea entre banquetes llenos de comida podrida o directamente de aspecto asqueroso, trajes rotos y paredes a punto de derrumbarse debido a la carcoma. Muy pronto, es evidente que la estética decadente es el elemento impulsor de la premisa. O en cualquier caso, una insinuación macabra sobre la codicia que sostiene la historia.

Para eso, el guion sigue a Elvira (Lea Myren), la hija no tan agraciada de una familia que aspira a la relevancia social y aristocrática; también, por supuesto, amasar grandes fortunas y evitar que su pequeño imperio superficial de mansiones a punto de caerse abajo pueda subsistir. De modo que la mejor opción es un buen matrimonio y, de ser posible, con la realeza.

Pero el problema radica que, en lugar de ser idealmente bella como Agnes (Thea Sofie Loch Næss), Elvira debe luchar contra la fealdad; o, al menos, encajar en los estrictos estándares físicos que su madre y el resto del mundo imponen. Un giro de situaciones que llevará al personaje a someterse a todo tipo de retorcidos procedimientos pseudo médicos para alcanzar la tan soñada perfección.

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El límite y el horror estético

Si la trama parece familiar, es porque el año pasado La sustancia de Coralie Fargeat sorprendió y desconcertó al enfocar el sentido de la belleza y la urgencia por poseerla en una historia de terror sofocante y gráfica. The Ugly Stepsister lo hace también, pero además cuestiona los límites entre lo corporal y la cualidad monstruosa como exigencia. Elvira no sólo tendrá que sufrir para volverse hermosa  —según la sociedad lo exige— , también deberá aplastar a Agnes en la rivalidad venenosa que la empuja directamente a los horrores deslumbrantes de la avaricia.

Lo anterior, cuando el misterioso príncipe del reino convoque a un baile con la intención de escoger a su futura esposa. Por supuesto, una petición semejante tendrá repercusiones. La más inmediata: Elvira tendrá que someterse a tratamientos de belleza tan cerca de la tortura que resultan indistinguibles. Después, vencer a Agnes  —que no necesita de ninguno —  en un escenario opresivo y repulsivo cada vez más tenebroso.

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Emilie Blichfeldt

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La película encuentra entonces sus mejores momentos cuando explora la crueldad a través de una tensión visual cada vez más inquietante. Todo eso mientras equipara la violencia en pantalla con la violencia en contexto que Elvira debe soportar. Mientras sufre los más espantosos procedimientos —desde una salvaje rinoplastia hasta draconianos ayunos para bajar de peso— , la exigencia de clase, época y género la sofocan. Por lo que a la larga, el personaje se convertirá en lo que todos desean. Al menos en apariencia, con un rescoldo oscuro que lleva la película a su macabra y dolorosa conclusión.

Aterradora, burlona, brillante y angustiosa, The Ugly Stepsister abandona los espacios relativamente seguros de explorar el horror para mostrar lo humano y va más allá. En especial, al retorcer la idea de lo monstruoso para definir no sólo a lo intangible, sino la percepción acerca de la identidad. Un concepto devastador y total que brinda a la cinta su rara pertinencia y la inevitable sensación de tristeza que deja a su paso.

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Aglaia Berlutti

Bruja por nacimiento. Escritora por obsesión. Fotógrafa por pasión.

Desobediente por afición. Ácrata por necesidad.

@Aglaia_Berlutti

TheAglaiaWorld 

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