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FANTASMAS Y MARAVILLAS

Miguel Lupián

 

 

Hoy cumplo exactamente un mes de haber llegado a Edimburgo, Escocia. Para celebrarlo, retomo esta columna, donde todo este año comentaré obras de autores escoceses, tanto clásicos como los que vaya encontrando en el camino.

En esta primera entrega les contaré de un pequeño libro que hallé en una librería de viejo. Ghosts and marvels: a selection of uncanny tales from Daniel Defoe to Algernon Blackwood. La selección corrió a cargo de V. H. Collins y el prólogo, por M. R. James.

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Se publicó originalmente en 1924, en la colección “The world’s classics”, en la Oxford University Press. La edición que conseguí es de 1940.

Sí, estoy rompiendo mi propia regla: esta antología no es exclusivamente escocesa. Sin embargo, me pareció importante comentar este libro como preámbulo de lo que veremos después.

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El prólogo de M. R.  James, escritor inglés experto en cuentos de fantasmas, me pareció muy importante, por lo que me permití traducirlo:

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INTRODUCCIÓN

M. R. James

 

Antes de iniciar este prefacio, es importante dejar claro que yo no elegí las historias que estoy por presentar. Me alegro: me evitaron muchos problemas. Además, si así lo deseo, seré libre de señalar si alguno no me satisfizo. Pero la sección de comentarios vendrá después; ahora es tiempo de compartir algunos apuntes generales sobre el tema. Situación que no me resulta fácil.

Continuamente me piden que redacte mi visión sobre las historias de fantasmas y los cuentos de lo maravilloso, misterioso y sobrenatural. Hasta el momento no sé si mis observaciones merezcan ser redactadas. La verdad es que, sospecho, el género es demasiado pequeño y especial para soportar la imposición de reglas y principios. Y si vamos más allá, preguntándonos qué es lo principal al momento de construir cuentos cortos en general, mucho se puede decir, y mucho se ha dicho. Existen, por supuesto, novelas donde lo sobrenatural es el núcleo de la historia; pero muy pocas han sido exitosas. La historia de fantasmas es, a lo mucho, sólo un tipo de cuento corto, y como tal, debe apagarse a sus reglas. Esas reglas, imagino, no son seguidas conscientemente por ningún escritor. De hecho, es absurdo referirnos a ellas como reglas; sólo son cualidades que se han presentado en relatos exitosos.

Sobre esas cualidades, partiendo que no se trata de reglas o principios, sí puedo escribir. Así, los dos materiales para confeccionar una buena historia de fantasmas, para mí, son la atmósfera y el crescendo. Doy por hecho que todo escritor ya tiene clara la idea principal antes de escribir la historia. Entonces, presentemos a los personajes de forma plácida; veámoslos hacer sus actividades rutinarias, sin disturbios, a gusto con lo que los rodea; y luego, en este ambiente pacífico, dejemos que lo ominoso se presente, al principio de forma sutil, y luego, de forma insistente, hasta que se apodere del escenario. Se recomienda dejar una pequeña puerta que nos lleve a una explicación natural; pero, he de insistir, hagamos que esa puerta sea tan pequeña que no quepa nadie. Ahora, vayamos al escenario. En las historias detectivescas se recomienda estar al día: el motor, el teléfono, el avión, las noticias… En las historias de fantasmas es preferible mantener una distancia. Por ejemplo: “Hace treinta años”, “No mucho tiempo antes de la guerra”. Si se elige una fecha realmente lejana, existen varias formas de mantener enganchado al lector. Por ejemplo, mediante el descubrimiento de algunos documentos, o narrando la aparición al inicio y regresar en el tiempo para explicar la causa (como en el caso de “Schalken, el pintor”). También se puede narrar directamente desde la época elegida, aunque tendrá mayores dificultades para funcionar. Al final (aceptando que podrán citar varios ejemplos para desmentirme), creo que es preferible un escenario moderno, donde el lector se identifique con la naturalidad del ambiente, sobre uno muy antiguo. Ahí radica el encanto de las historias de fantasmas. No tan a la fecha, pero sí lo suficientemente cerca para que el lector sienta empatía por los personajes y la situación. De la otra forma, será inevitable que se vuelva un simple espectador.

Esas son mis impresiones personales. Existen mucho más recomendaciones que han demostrado su eficacia en la práctica. Esta colección muestra cómo diferentes tipos de métodos han funcionado para enganchar al lector, pues ninguna de estas historias ha pasado inadvertida.

(…)

Ésta es, sin duda, una buena representación de las historias de fantasmas de los últimos doscientos años. Seguramente todo lector avezado en esta rama de la literatura tendrá su propia lista, así como yo tengo la mía. Pero cada una de las historias merece estar en esta colección.

Déjenme terminar este prefacio con un pasaje que justifica y pone en el lugar que le corresponde a todas las historias de fantasmas:

HERMIONA: ¿Qué preocupación grave os inquieta? Venid, señor; me tenéis ahora dispuesta nuevamente; sentaos cerca de nosotras, por favor, y contadnos un cuento.

MAMILIO: ¿Cómo lo queréis, alegre o triste?

HERMIONA: Tan alegre como queráis.

MAMILIO: Un cuento triste es mejor para el invierno. Sé uno de duendes y aparecidos. HERMIONA: Contádnoslo, mi buen Mamilio. Venid aquí y sentaos; venid aquí y haced todo lo posible por espantarme vuestras apariciones. Os dais buena maña para ello.

MAMILIO: Érase un hombre…

HERMIONA: Vamos, venid y sentaos; continuad ahora.

MAMILIO: … que habitaba cerca de un cementerio. Voy a recitároslo bajito. Los grillos de allá abajo no lo oirán.

HERMIONA: Avanzad, entonces, y decídmelo al oído.

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El pasaje, aunque no menciona la fuente, pertenece a El cuento de invierno de William Shakespeare; acto segundo, escena primera (si colocan el cursor sobre el título, podrán acceder a la obra completa en español).

Vale la pena recalcar tres puntos de este breve pero sustancioso prólogo. Los dos materiales que no pueden faltar en una buena historia de fantasmas: la atmósfera y el crescendo. Lovecraft también insistía en la importancia de la atmósfera, y Emiliano González apunta que para crear esa atmósfera se requiere de un lenguaje bello (no confundir con “bonito”). El crescendo, lamentablemente, cada vez más lo vamos dejando en el olvido: tanto por nuestra propia tendencia a lo instantáneo como por los requisitos de extensión que exigen las publicaciones. Hay que tomarnos el tiempo de presentar a nuestros personajes, con un par de líneas basta. Y, como diría Doris Camarena (maravillosa tallerista), no enseñar los calzones desde el principio. El tercer punto a recalcar es una recomendación, no sólo para el cuento de fantasmas sino para todo relato fantástico, que cito cada vez que tengo oportunidad: dejar una pequeña puerta para una posible explicación racional, pero tan pequeña que no quepa nadie.

La antología está conformada por quince cuentos, de los que comentaré siete en esta primera parte (los títulos incluirán enlaces para que puedan leer sus versiones, mayormente en español).

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“Mrs Veal” o “Aparición de la señorita Veal” es un cuento de 1706, escrito por el inglés Daniel Defoe, a quien recordarán por sus aventuras de Robinson Crusoe. Esta breve historia ha perdido su capacidad de “espanto”, pero la emoción que le imprimió a la historia y a los personajes sigue muy vigente. Esto me recuerda la aclaración que Guillermo del Toro hizo sobre Crimson Peak, próxima a estrenarse: “no es una historia de horror sino un romance gótico, lleno de emociones”. Y justo esas emociones son las que volvieron a este relato un clásico. Al final, nosotros haríamos lo mismo que la señorita Veal…

veal

“Wandering Willie’s tale” o “La historia de Willie el vagabundo” de Sir Walter Scott (1824). He aquí al primer escocés de la lista; en específico, de Edimburgo. Aquí lo aman tanto que le construyeron un monumento impresionante. Seguramente lo recordarán por Ivanhoe. Esta historia es un capítulo de Redgauntlet (práctica común al publicar antologías; recuerden la “Historia del endemoniado Pacheco”, perteneciente a Manuscrito encontrado en Zaragoza de Potocki). Nuestro protagonista tiene que bajar, literalmente, al infierno para recuperar el recibo de su pago de impuestos. Divertida, siniestra. Mas la cualidad que la hace inolvidable es que está escrita en inglés antiguo, con muchos modismos escoceses. A la tercera línea te levantarás y la recitarás a todo pulmón, imitando el acento de William Wallace.

redgauntlet

“The werewolf” o “La mujer loba” del inglés Frederick Marryat (1839). Esta historia, como en el caso anterior, es un capítulo de la novela The Phantom Ship (a la que ansío hincarle el diente). Mi relato favorito hasta el momento. Krantz le cuenta a Philip (mientras navegan en una balsa, evitando barcos piratas) sobre la historia de su familia. Su padre, al descubrir que su mujer lo engañaba, mata a los amantes y huye con sus tres hijos (Cesar, Marcella y Hermann (Krantz)) a las montañas de Hartz, en Alemania. Así se la pasan (con continuos brotes de violencia del padre hacia Marcella) hasta que un lobo blanco empieza a rondar su cabaña. Cuando el padre sale a cazarlo, encuentra a un forastero y su hija enferma. El padre les da asilo y termina enamorado de la hija, Christina, de apenas 20 años. El forastero, Wilfred, acepta casarlos, haciéndole jurar que por “todos los espíritus de la montaña Hartz, con su poder para hacer tanto el bien como el mal, tomará a Christina como su amada esposa; que la protegerá, asistirá y amará; y que su mano nunca será levantada para dañarla”. Seguramente intuyen lo que viene (aunque el final es impactante), pero lo que me emociona es el subtexto. El mensaje es claro, contundente y sumamente actual: no ejercer violencia sobre las mujeres.

phantomship

“The haunted and the haunters: or the house and the brain” o “La casa y el cerebro” del inglés Lord Lytton (1921). La historia es común: nuestro personaje tiene una afición/obsesión por las casas embrujadas, pero ninguna ha cubierto sus expectativas. Hasta que le informan de una, ubicada al norte de la calle Oxford. El crescendo es impecable. A la mitad, el relato se torna, como su nombre lo indica, cerebral. Lytton expone su opinión sobre los fantasmas, con sentencias muy interesantes y polémicas, como: “Lo sobrenatural es lo imposible: así que al poder ver o sentir a un fantasma, deja de ser sobrenatural”. Paracelsus, mesmerismo, ondas cerebrales que viajan grandes distancias para controlar tanto lo animado como lo inanimado…

haunted

“Young Goodman Brown” o “El joven Goodman Brown” del estadounidense Nathaniel Hawthorne (1835). Una pareja perfecta, un pueblo normal, un secreto en el bosque… No se preocupen, es mejor de lo que suena. Y tiene muy buenas vueltas de tuerca.

"Young Goodman Brown", por Katelyn Lizardi

«Young Goodman Brown», por Katelyn Lizardi

 

“Ligeia” del estadounidense Edgar Allan Poe (1838). Poco puedo decir sobre este gran cuento que no sepan. Bueno, sí. Al re-leerlo me di cuenta que había olvidado por completo el epígrafe de Joseph Glanvill, escritor y filósofo inglés. “Y ahí adentro está la voluntad que no muere…”. A la fecha, no han podido dar con el texto donde Poe obtuvo la cita; lo que hace suponer que se la inventó. Claro, tomando ciertas ideas de la obra de Glanvill. Sobresale la forma en que Poe describe la belleza de Ligeia, con mucha atención en los ojos. También la cita de Bacon: “No hay belleza exquisita sin alguna proporción de extrañeza”. Pero lo que se ha vuelto material de culto es el poema de Ligeia, “The conqueror worm”, que inspiró, entre muchas otras cosas, un dibujo bastante perturbador de Kupka.

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“Strange event in the life of Schalken the painter” o “Un extraño suceso en la vida de Schalken, el pintor” del irlandés Sheridan Le Fanu (1839). Otro de los autores clave en el género (si no han leído Carmilla, háganlo ya). Conocida simplemente como “Schalken, el pintor”, esta historia es precursora de los relatos que incluyen una pintura siniestra como eje central (sí, están pensando en “El modelo de Pickman”). Aunque la historia es bastante común, chico pobre se enamora de chica guapa que es pretendida por viejo adinerado, lo ominoso se apodera del escenario (parafraseando a M. R. James), explotando brutalmente. Además, Vanderhausen es un gran villano.

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Continuará…

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yoscaryMiguel Antonio Lupián Soto

Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, feligrés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy.

mortinatos.blogspot.mx

@mortinatos