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BREVE HISTORIA DEL OCCULT ROCK

o de cuando el rock y Satanás parieron a su hijo

 

Rodrigo Ayala

 

 

Por actitud, personalidad y falsa moral de sus detractores, el rock siempre ha sido calificado como la música del diablo. Pero mientras algunas bandas usaron esa vena satánica para atraer la atención de un público deseoso de algo escandaloso o de plano como una descarada estrategia comercial, otros asumieron la imagen del demonio y lo oculto como una parte de su vida y como esencia de su música. Un poco de hard rock por aquí, más un poco de psicodelia, progresivo y blues por allá, más letras haciendo referencia al demonio, rituales oscuros y, sobre todo temas ocultistas y de brujería, crearon a finales de los 60 y principios de los 70 el llamado occult rock.

Los primeros invocadores de las tinieblas

Se señala a las bandas Coven (Estados Unidos) y Black Widow (Inglaterra) como las pioneras de este subgénero infernal con olor a azufre. La primera inmortalizó su nombre gracias al disco Witchcraft Destroys Minds & Reaps Souls (1969), hoy considerado de culto no solo por la música psicodélica que lo moldea sino por sus letras explícitamente diabólicas (el disco se cierra con una extensa misa satánica). Coven, que en el presente sigue en activo, está liderado por la carismática vocalista Jinx Dawson, quien desde su niñez fue educada en filosofías paganas y magia negra. Además, ella y sus compañeros de banda fueron los primeros en usar la señal metalera por excelencia en alusión al diablo: los cuernos con el dedo índice y meñique.

 

Por su parte, Black Widow saltó a la fama con el disco de 1970 Sacrifice, en el que dieron rienda suelta a pensamientos satanistas y claramente ocultistas. El tema «Come to the Sabbat» es uno de los más recordados por los historiadores del rock, pero lo son más las presentaciones en vivo donde los miembros de la banda simulaban el sacrificio de una doncella. Dicha situación le valió la persecución y la atención de agrupaciones cristianas que intentaban impedir sus conciertos.

Para sus siguientes discos, Black Widow hizo a un lado su imagen oscura y se enfocó en temas menos macabros, obligados sobre todo por la censura más que por convicción propia. Definitivamente su única aportación al occult rock fue Sacrifice y «Come to the Sabbat», una pieza oscura y bellísima en todos sus detalles, aun así no se puede negar que Black Widow forma parte importante de esta historia.

 

Pero si hay que destacar a una de las bandas sobresalientes de este subgénero tenemos que olvidarnos de Black Widow y hablar de Jacula, en especial de su primer lanzamiento In Cauda Semper Stat Venenum (1969), un disco verdaderamente experimental y adelantado a su tiempo donde destaca el uso del órgano de iglesia, un ambiente fúnebre y letras en latín que hacen referencia a temas oscuros.

Jacula, cuyo nombre fue tomado de un cómic erótico italiano que narraba la historia de una mujer vampiro llamada Jacula, estaba conformada por la cantante Doris Norton y su novio el multi-instrumentista Antonio Bartoccetti, el organista Charles Tiring (del cual se dice que a sus 81 años estaba casado con una hermosa mujer de 18 a causa de un extraño ritual diabólico) y el médium Franz Parthenzy, encargado de establecer la filosofía ocultista del grupo.

En torno a In Cauda Semper Stat Venenum corren diversos rumores. El más famoso de ellos afirma que el disco fue grabado para ser repartido de manera directa a sectas y grupos secretos con tendencias ocultistas de Europa, de ahí el bajo tiraje que ha llevado a la grabación a considerarse de culto. Lo cierto es que bandas como Celtic Frost o Therion, en sus inicios, más toda la ola de agrupaciones doom que fueron naciendo con el correr de los años, le deben bastante a lo hecho por los milaneses y su sonido lúgubre, oscuro y atmosférico. También hay que mencionar que Jacula abrió el camino a otros grupos italianos de rock experimental como Goblin, famosos por musicalizar las cintas de horror de Dario Argento.

El occult rock en el presente

Es verdad que la relación entre el rock y el metal con los temas satánicos y de horror no son exclusivos del occult rock, si no, pregunten para verificarlo a Alice Cooper, Misfits, Slayer, Rob Zombie, Candlemass, Batushka, Ghost o a las bandas de black metal que renegaron del cristianismo y quemaron iglesias a inicios de la década de 1990 en Noruega en un fervor por recuperar la antigua religión nórdica.

La diferencia es que esos sonidos psicodélicos de doom rock de finales de los 60 e inicios de los 70 continúan siendo del gusto de jóvenes bandas que recuperan la esencia de aquellos años para mantenerla viva en pleno siglo XXI. Les basta tomar prestado un poco de ese rock análogo que huele a nostalgia, poner algo de stoner y doom, bañarse en ácido, invocar al diablo y empaparse de la estética de las películas de la Hammer Films para tener viviendo un estilo que ofrece sus densas y rockeras notas a las tinieblas.

Purson, Sabbath Assembly, Jex Thoth, The Devil’s Blood, Mount Salem, Luciferian Light Orchestra, Blood Ceremony, Psychedelic Witchcraft, Lucifer, Witch Mountain y varias más que salen a diario de las entrañas del horror son las agrupaciones actuales de occult rock que mejor ejemplifican lo anterior. Además, al más puro estilo de Coven, la mayoría de las actuales bandas ocultistas tienen a cargo de las voces a cantantes femeninas que le dan más sensualidad y misticismo a la ecuación satánica de su música. El occult rock definitivamente está en las manos sagradas de estas sacerdotisas de la oscuridad.

 

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Rodrigo Ayala Cárdenas

Humano con el deseo de ser extraterrestre. El rock, el heavy metal, los libros, el cine de horror, lo extraño, la noche, los bosques, lo sobrenatural, el café y las carreras de larga distancia son sus amadas obsesiones. Ilse es el amor de su vida.

 

 

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