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CASTLEVANIA

Y SU APORTE AL MITO DEL VAMPIRO

Lord Crawen

 

Los años 90 fueron marcados por una renovación al género del vampiro, comenzando con el filme de Francis Ford Coppola que adaptó la novela del escritor irlandés Bram Stoker bajo un nuevo concepto. Aunque es una de las más famosas, no olvidemos que tuvimos en esta época a Entrevista con el vampiro, Cronos, Del crepúsculo al amanecer, La adicción y sin olvidar a Blade: cazador de vampiros.

Centrándome en esta última, recuerdo que en 1992 era demasiado joven para muchos de estos filmes y el cine de terror seguía estigmatizado para el público en general, y más aún si se trataba de un filme de vampiros; sin embargo, el mito del vampiro llegó a mis manos a través de un juego para la consola NES de Nintendo. Llevaba por título Castlevania.

En la portada, un hombre con un látigo amenazaba con el primer aseste hacia un fondo con un enorme castillo y la sombra de un vampiro. Entrando en materia, dicho hombre buscaba ingresar al castillo para eliminar al conde Drácula y sus huestes oscuras. El juego a la fecha sigue teniendo una dificultad asombrosa para muchos video-jugadores. ¿Quién podría, acaso, vencer a un ser oscuro y poderoso como Drácula? Recordando a Blade, podría hacerlo un vampiro, pero el personaje del juego era un ser humano mortal con conocimientos sobre las criaturas de la noche.

La compañía Konami y Nintendo le dieron continuidad a la saga en posteriores consolas, aunque no fue la única a la que se destinó el proyecto en futuras entregas. La historia siempre era la misma y constante: el clan de la familia Belmont (y anexos), estudiados seres humanos, combatían a las criaturas de la noche y a Drácula, causante del dolor humano donde sea que se posaba su castillo. Este mismo ser era revivido cada cierto tiempo para reiniciar la cacería.

La fórmula ha funcionado desde 1987, fecha en que se lanzó el primer juego y, conforme ha avanzado la saga, se nutre el mito del vampiro y lo que le rodea. Sin embargo, a toda esta mitología virtual le hacía falta una serie de televisión y tardó 34 años en llegar.

Castlevania en formato serie comenzó a transmitirse en 2017 a través de Netflix. Con los cuatro breves capítulos de su primera temporada atrapó a los fanáticos del juego y a algunos más que no habían tenido oportunidad de jugarlo.

En su primera temporada plantea el problema de toda la serie y el inicio de la guerra entre Drácula y los seres humanos tras acusar a Lisa, la “esposa” del conde Drácula, de herejía. El pueblo de Targoviste, en Valaquia, tiene tiempo para redimir este acto, pero como sabemos esto no ocurrió.

La serie Castlevania en este punto retoma el escenario de sus juegos más reconocidos y a personajes que construyan este nuevo formato del mito. Algunos personajes fueron agregados como extra y otros se mantienen para darle al espectador el toque realista basado en la saga de juegos.

Si hay un Drácula, hay un Belmont. Y para esta serie, Trevor Belmont es el encargado de luchar contra las fuerzas oscuras. Aunque ha olvidado lo enseñado por su familia y se niega a continuar con su cruzada, encuentra a lo largo del camino los motivos necesarios para continuar.

A la par de Belmont, un ser híbrido despierta de su letargo. Su nombre es Adrián Tepes, hijo de Lisa y Vlad, quien porta el nombre “Alucard” como muestra de su negación para los fines de su padre con la humanidad. Este personaje, aunque pacífico en ciertos niveles, no encuentra una razón específica de cómo actuar. Al ser solitario por su forma vampírica pero humano en sentimientos, este ser se debate en pensamientos a lo largo de la serie, sin olvidar que está ahí para proteger a la estirpe de su madre.

El “héroe que podría vencer a Drácula” fue despertado de los abismos. Trevor Belmont se encargó de ello. Y este ser es su motivo para continuar la lucha. Sypha Belnades vuelve a la vida gracias a Belmont y sus conocimientos. Es un personaje que tiene conocimientos bastos en magia, pero en su soledad encontrará, junto a Belmot y Alucard, que el trabajo en equipo es mejor. A pesar de todo, en la culminación de su camino, Sypha se batirá en el apego que tiene con ambos personajes.

Pero no solamente tenemos a los seres humanos luchando contra Drácula, sino que también existen vampiros que están cansados de tenerlo como líder y verlo decaer por el amor de una humana, y se lanzan a adjudicarse el poder.

Carmilla y su grupo de hermanas de la noche traman retirarle todo poder a Drácula, y no solamente eso: también forjar de una vez por todas un cerco humano para beneficio de todas ellas, poniendo fin a la humanidad como el pináculo de la cadena alimenticia.

Carmilla es un personaje abandonado a su suerte, desperdiciado y olvidado por su estirpe, denigrada y sin que alguien aplauda sus objetivos; por esto mismo, en cuanto se alza con el poder, no duda en ningún momento en ejecutar el mismo. Leonor, quien siente apego por los humanos y es mayormente diplomática, no cuestiona las decisiones de Carmilla, pero no termina por comprender hasta dónde llegaría ella cuando obtenga todo el poder.

El hombre, con conocimientos en alquimia y artes oscuras, no se conforma con leer libros y aplicarlos: busca de alguna manera ser reconocido en todo el mundo. Aunque no es un personaje sobresaliente en los juegos, Saint-Germain es un hombre que tiene su propio arco histórico en las temporadas finales. Nuevamente, el amor humano y a su profesión lo llevan a inmiscuirse en esta guerra humano-vampírica, buscando entre los más oscuros recovecos de la historia una manera de reunirse con Drácula y ver terminada su obra.

La serie de Castlevania aporta personajes distintos a la batalla, los cuales, estando en la guerra, olvidan todo propósito en su vida para convertirse en egocéntricos, combatientes con sus conocimientos, engañando a personas de poblados donde los visitan y, hasta cierto punto, a ellos mismos.

Humanos a final de cuentas, no importando su conocimiento o poderes, tienen un alma, la cual corrompe muchas ocasiones sus motivos negativos y se rinden ante ella cuando el final se acerca. Las historias de redención de grandes combatientes a lo largo de la historia son leídos por muchos de nosotros. La figura del héroe actualmente se encuentra corrupta y regularmente su camino es el de la victoria a todo costo.

Con Castlevania ocurre algo completamente distinto. Los seguidores del juego estamos acostumbrados a llevar a un Belmont (o al mismo Alucard) a través de una jornada de lucha para culminar con una victoria sobre la oscuridad. En fin, es un juego. Aunque la serie explora esa “alma” de los personajes, corrompiendo sus motivos para darles un final muy distinto a lo esperado. Aflora entonces la humanidad que yace muy dentro de cada uno de nosotros, la cual se ha perdido con el paso del tiempo, haciéndonos seres grises viajando por las carreteras de la información, creando guerras sin sentido y esperando diariamente mejorar nuestra vida, haciendo poco desde nuestras trincheras.

El final de la serie es completamente inesperado para los amantes de lo canónico. Como ya dije, trata de rescatar esa humanidad que yace en nosotros sin importar qué tipo de ser seas, la religión que practiques, las ideologías que tengas o tu posición económica.

No puedo sino recomendarles llevar a cabo una jornada, pero esta vez visual y sin un mando en nuestras manos, por el universo de Castlevania, para extender un poco más la comprensión de que debemos evitar llamar monstruos a los seres distintos a nosotros, porque hay monstruos mucho más grandes y malévolos, suficientemente parecidos a nosotros.

Sin dejar de recordarles que nuestros amigos de otros universos tienen contenidos en distintas plataformas, no olviden visitarlos y conocer sus aventuras: quedarán entusiasmados con las historias que ellos pueden contar.

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Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional. Su pasión por la literatura y la música lo lleva a formar parte del taller de creación literaria impartido por el profesor Julián Castruita Morán y Alejandro Arzate Galván. Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía. En 2014 es finalista del Concurso Interpolitécnico de Declamación. Participó en 4 obras de teatro de improvisación, las cuales fueron presentadas en los auditorios de la Escuela Superior de Ingeniería Textil y en el Cecyt 15. Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet. Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.

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