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LOS PASILLOS OSCUROS DEL BIZARRO*

sobre La casa de arenas movedizas de Carlton Mellick III

 

Miguel Lupián

 

 

La casa embrujada es un tema que me fascina. Tal vez, como apuntó Mariana Enriquez en el prólogo de Los elementales de Michael McDowell, se deba a que rompe con la seguridad del hogar, pues “al terror le gusta encontrarnos justo en el lugar donde nos creíamos casi invulnerables”. Aunque “embrujada” es un término insuficiente y mejor debamos optar, como propone Érica Couto-Ferreira en Infestación: una historia cultural de las casas encantadas, por “infestada”, pues “incide en el carácter mórbido y prolífico de los fenómenos que se manifiestan en la casa, sin que estos deban ser provocados forzosamente por una entidad espectral”.

Quizá por eso sea que mis libros favoritos, por lo general, llevan “casa” en el título: Casa de hojas de Mark Z. Danielewski, La casa en el confín de la Tierra de William Hope Hodgson, Casa de muñecas de Patricia Esteban Erlés, Casa de horror y de magia de Emiliano González, Casas del Vedado de María Elena Llana, La casa infernal de Richard Matheson y un largo etcétera. Así que no dudé en llevarme La casa de arenas movedizas, escrita por Carlton Mellick III y editada en español por Orciny Press, editorial independiente española especializada en ficción especulativa y la primera en traducir obras del bizarro, “género” al cual pertenece esta novela y toda la producción literaria del autor.

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El autor nos cuenta la historia de los hermanos Pulga y Polly —Hansel y Gretel modernos—, que viven al cuidado de su nana y acompañados de Sanguijuela, su hermanita recién nacida, en la guardería de una casa enorme con la constante amenaza de unos extraños seres a los que llaman “siniestros” y la promesa de que sus padres vendrán por ellos pronto.

Son alimentados por una máquina que me hizo recordar el cuento “Vendrán lluvias suaves” de Ray Bradbury y se teletransportan al colegio, donde Pulga tiene una novia llamada Darcy.

Aunque a primera vista nuestros hermanos parecen “normales”, pronto nos damos cuenta de que han ocurrido algunos cambios evolutivos en la humanidad. A Polly, como a todas las adolescentes que están por llegar a la madurez, le están saliendo cuernos y sufre constantes ataques de ira, y Sanguijuela no es el típico bebé hermoso y rollizo, sino un horrible gusano succionador de sangre.

Y los “siniestros” sólo pueden atacarlos en la oscuridad, por lo que las luces deberán permanecer encendidas siempre y tienen absolutamente prohibido salir de la guardería, pues los pasillos son largos y oscuros. Todo ocurre de forma habitual hasta que la máquina de comida comienza a fallar, la luz se torna intermitente, el agua se agota y la nana se vuelve un poco loca; por lo que, movidos por el hambre, el temor de los cada vez más violentos ataques de los “siniestros” y por la insistencia de los mensajes que su madre les manda en sueños, deciden salir de la guardería para descubrir que la casa es muchísimo más grande de lo que imaginaban, que todo lo que les habían enseñado en el colegio eran mentiras y que deberán encontrar la verdad al fondo de las arenas movedizas.

Con una prosa sencilla y directa, el autor nos lleva por pasillos oscuros repletos de referencias y posibilidades. Es como si esta casa embrujada fuera la representación misma de todo lo que nos provoca terror: en la habitación principal tenemos a la distopía, tan cercana que puedes sentir su aliento aceitoso en la nuca; en el cuarto de visitas, a lo gótico, con sus fantasmas y secretos; en los pasillos y escaleras, a lo siniestro, a lo unheimlich, a ese terror familiar; y en el sótano, al horror de la nueva carne, con Giger, Cronenberg, Barker y Witkin acechando en las sombras.

En el prólogo, Carlton nos confiesa que La casa de arenas movedizas es una de las historias más personales que ha escrito: “La mayoría de la gente recuerda su infancia como un lugar seguro, divertido y despreocupado, pero para mí fue confusa y aterradora. Siempre tenía la sensación de que el mundo que había bajo mis pies me iba a ser arrebatado y que tendría un futuro incierto y solitario”. Justo ahí radica la genialidad del autor, pues a esta mezcolanza de temas logró imprimirle, con una emotividad asombrosa, la angustia de una infancia perdida. Realmente nos preocupamos por Polly, Pulga y Sanguijuela; sentimos su asombro, su miedo, su dolor; y nos rompe el corazón ver cómo van perdiendo lo único que les pertenecía: su inocencia.

A pesar de que el bizarro se considera a sí mismo un género irreverente para adultos, a esta maravillosa obra también podríamos añadirle la etiqueta de literatura juvenil.

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¿WEIRD O BIZARRO?

La primera vez que escuché el término “bizarro” en literatura creí que sólo se trataba de una mala traducción de weird. Lo weird es el concepto que utilizó Lovecraft en El horror sobrenatural en la literatura para explicar su obra: “En el verdadero cuento weird debe respirarse una determinada atmósfera de expectación e inexplicable temor ante lo ignoto y el más allá…”. Para redondear este concepto, S. T. Joshi, en The Weird Tale (que incluye estudios sobre H. P. Lovecraft, Lord Dunsany, Algernon Blackwood, M. R. James, Arthur Machen y Ambrose Bierce), considera que lo weird es una especie de collage que puede incluir “fantasía, horror sobrenatural, horror no-sobrenatural y cuasi-ciencia ficción”.

Por otro lado, Ann & Jeff VanderMeer (editores de The Weird, un compendio de “oscuras y extrañas historias” que van desde Lovecraft hasta Borges y Gaiman y que le mereció el World Fantasy Award a mejor antología en 2012) lo resumen apuntando que, a diferencia de ciertos tipos de terror, su énfasis no se encuentra ni en el horror ni en el terror que producen, sino en la belleza de lo desconocido.

Esa definición se acerca más a lo propuesto por Mark Fisher en Lo raro y lo espeluznante (The Weird and the Eerie), mi estudio favorito sobre este tema. Para Fisher lo “raro” es «aquello que no debería estar allí» y que no se plasma en el terror sino en la fascinación.

Sin embargo, descubrí que, si bien se encuentran íntimamente relacionados, el bizarro es un movimiento diferente. En Bizarro Central, la meca digital de este tipo de literatura, encontré que contaban con su propio manifiesto, en el que, a grandes rasgos, apuntan que el bizarro es el género del «buen weird», que es el equivalente a la “sección de culto de un videoclub”, que apuesta por la fascinación, que tiene “cierta lógica de dibujos animados”, que es como si mezclaras a «Kafka con John Waters o a Takeshi Miike con William S. Burroughs» y que es un Alicia en el país de las maravillas para adultos”.

El bizarro comparte casi todas las características del weird, como el énfasis en la fascinación y en el collage; sin embargo, algunos puntos me parecen conflictivos. Por ejemplo, encuentro mucha pretensión que se consideren un género de culto (y por encima del weird). Lo que rescato, al ser un movimiento moderno, es la influencia del cine y la televisión, sobre todo de los dibujos animados, donde por momentos La casa de arenas movedizas me hizo pensar en Rick & Morty y Hora de aventura.

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El portal también incluye una lista de autores recomendados, entre los que distinguí, sin saber que eran bizarros, a Nick Antosca (creador de la maravillosa serie televisiva Channel Zero y cuyo cuento “The Quiet Boy” inspiró Antlers, película de terror producida por Guillermo del Toro), a Danger Slater (cuya novela I Will Rot Without You fue ganadora del Wonderland Book Award —galardón que premia a lo mejor del bizarro— en 2016), a Laura Lee Bahr (de quien estoy leyendo la novela Fantasma), a Garrett Cook (Un dios de paredes hambrientas encabeza mi fila de libros por leer), a Jeremy Robert Johnson (siento mucha curiosidad por su Ciudad revientacráneos) y, por supuesto, a Carlton Mellick III.

[En español recién descubrí a Tamara Romero y amé su colección Cuarto acercamiento al ovni.]

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En la página web de Mellick III nos cuentan que es como un Kilgore Trout (autor ficticio, extraño y prolífico que aparece en la novela Matadero 5 de Kurt Vonnegut Jr.) de verdad, que ha concebido los libros más extraños, imaginativos y asquerosos, que publica siempre en enero, abril, julio y octubre, que es uno de los autores que encabezan el movimiento bizarro, que en 2013 fue nombrado por The Guardian como uno de los 20 mejores escritores de ciencia ficción menores de 40 años, que en 2009 ganó el Wonderland Book Award por su novela Warrior Wolf Women of the Wasteland, que sus cuentos han sido incluidos en las compilaciones de lo mejor de la fantasía, horror y bizarro de la década, que desde 2001 lleva más de 50 novelas publicadas y que vive en Portland, Oregon (EE.UU.), la “meca del bizarro”. También que su estilo consiste en explorar conceptos ridículos e inimaginables con toda la seriedad y honestidad posibles, utilizando el humor, la sátira social y una prosa sencilla parecida a la empleada en las antiguas publicaciones pulp y en la literatura infantil (como pudimos ver en La casa de arenas movedizas). Por último, que la Gothic Magazine lo considera el escritor más loco, extraño, bizarro, divertido y obsceno de Norteamérica y que Jack Ketchum (autor de The Girl Next Door, The Woman y Offspring, entre muchas otras) nos advierte que si no lo hemos leído no somos lo suficientemente perversos para el siglo XXI.

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Carlton Mellick III

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Sigo sin la certeza de que el bizarro pueda considerarse un género por sí mismo (creo que, al igual que el weird, sólo es una modalidad del terror) ni con las lecturas suficientes para saber si es mejor que el weird (y no sé si eso sea algo que deba preocuparnos a los lectores). Lo que sí me queda claro es que bajo sus portadas de mal gusto y su actitud irreverente podemos encontrar historias muy interesantes cargadas de emotividad.

Por lo pronto, me declaro ferviente admirador de Carlton Mellick III y recorreré los pasillos oscuros de su robusta —y bizarra— obra.

*Reseña publicada originalmente en Tierra Adentro.

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OBRA CONSULTADA

 

Couto-Ferreira, Érica: Infestación: una historia cultural de las casas encantadas; Dilatando Mentes Editorial, 2021.

 

Fisher, Mark: Lo raro y lo espeluznante; Alpha Decay, 2018.

 

Joshi, S. T.: The Weird Tale; University of Texas Press, 1990.

 

Lovecraft, H. P.: El horror sobrenatural en la literatura; Fontamara, 2002.

 

McDowell, Michael: Los elementales; La Bestia Equilátera, 2017.

 

Mellick III, Carlton: La casa de arenas movedizas; Orciny Press, 2016.

 

Romero, Tamara: Cuarto acercamiento al ovni; Sociedad Júpiter, 2016.

 

Slater, Danger: I Will Rot Without You; Fungasm Press, 2015.

 

VanderMeer Ann & Jeff: The Weird: a compendium of strange and dark stories; Tor, 2012.

 

VV.AA: Bienvenidos al bizarro; Orciny Press, 2020.

 

VV.AA: Monstruos bizarros; Orciny Press, 2020.

 

SITIOS CONSULTADOS

 

www.bizarrocentral.com

 

www.carltonmellick.com

 

www.orcinypress.com

 

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Miguel Antonio Lupián Soto

Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, feligrés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy.

Director de Penumbria.

Autor de Légamo (Casa Futura Ediciones), Historias de Espiralia (Edelvives), Anímula (BUAP), Soy un fantasma (UNAM) y más.

mortinatos.blogspot.mx

@mortinatos

 

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