LA MUERTE DEL MAGO
EN LA BOCA DEL INFIERNO
Mariela Kalinova Jelezova
Esta singular historia comienza nuevamente en Lisboa, en 1929. Entre sus calles empedradas y mañanas engullidas de impenetrable neblina, Fernando Pessoa se encontraba leyendo el primer volumen de Confesiones. En esa época el portugués se dedicaba a traducir textos ocultistas del inglés, sin saber que eso daría pie a una de las más extrañas interacciones con su autor: el excéntrico mago Aleister Crowley.
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Pessoa siempre tuvo interés por lo oculto y lo místico. Su apellido, que en portugués significa “persona”, marcó su curiosidad para tratar de desentrañar lo que hay detrás de ese término. La etimología de persona viene del latín, usado para referirse a las máscaras de los actores en el teatro. No es de extrañar que el lisboeta juega con ese significado y publica sus escritos usando diferentes heterónomos. Cada uno de ellos es un personaje fiel a sí mismo y tan diferente a los demás que los escritos de uno pueden gustarte mientras la de otro heterónomo no llamarte la atención en absoluto. Por lo que, si no has leído algo de sus textos, además del Libro del desasosiego, te dejo como recomendación que descubras la poesía de cada uno de sus heterónimos y veas si alguno se convierte en tu favorito.
Así pues, volviendo a la historia, Pessoa se dedicaba a hacer cartas astrales y se consideraba a sí mismo un astrólogo. Los astros, los números y las letras por alguna razón siempre acaban unidos. Así fue como ambas cosas se conjuntaron en la vida real también. Pessoa vio un error en el horóscopo de Crowley en su libro, hizo sus propios cálculos y se dio cuenta que la hora de nacimiento del mago era equivocada. Decidió hacerle llegar una nota con la corrección y algunos de sus propios poemas en inglés. Aleister le agradeció con entusiasmo y le propuso un encuentro. Específicamente, le escribió que quería ir a visitarlo a Lisboa. La cita quedó concretada.
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Mucho podemos decir de Aleister Crowley, pues fue un personaje polémico en muchos aspectos. Poeta, mago, ocultista, excéntrico e inventor de la religión del Thelema.
El mago debía llegar a Lisboa el primero de septiembre, pero una densa niebla evitó que su tren pudiera avanzar, demorando así su llegada hasta el día siguiente. Pessoa fue a recibirlo, pero para su sorpresa no venía solo. Lo acompañaba una “mujer escarlata”. Este título fue originalmente portado por su exmujer, quien le ayudó a crear y escribir las bases del Thelema y que posteriormente se fue heredando a sus amantes. Esta mujer escarlata en particular era Hanni Larissa Jaeger, una alemana que había emigrado a Estados Unidos de joven con aspiraciones de artista. Sin embargo, al poco tiempo de su estancia Hanni sería la primera en desaparecer de la ciudad. Crowley no supo de su paradero hasta tiempo después. Contactó a Pessoa para informarle de su desaparición un poco preocupado. Le contó que tuvieron que mudarse de hotel porque Hanni se había alterado mucho frente a los huéspedes en el hotel anterior debido a que pensaba que le perseguia el mago negro Gerald Yorke (mesenas de la pareja).
Poco después, ambos se enteraron por la policía que la mujer escarlata había abandonado el país e ido a Berlín. Unos días más tarde, Crowley mismo desapareció de la ciudad también.
En Cascais, cerca de donde se hospedaba el mago (y curiosamente cerca de donde vivo yo), existe un lugar llamado Boca de Inferno. Se trata de un acantilado golpeado por las olas enormes e inclementes del mar que se abre como boca hacía una mini bahía. Durante esa época era un famoso lugar de suicidios. La gente se lanzaba al acantilado, directo a la boca del infierno.
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Dado que la policía ya estaba informada de la desaparición del mago, muchos lo estaban buscando. Fue un periodista el que encontró junto al acantilado la pitillera de cigarros de Crowley junto a una nota que decía lo siguiente:
L.G.P.
No puedo vivir sin ti.
¡La otra Boca do Inferno me engullirá, pero no será tan caliente como la tuya!
¡Hjsos!
Tu
Li
Yu.
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La nota de despedida de su amante hizo que la policía sospechara que el mago había acabado con su propia vida en el acantilado e incluso comenzaron las búsquedas de un cuerpo.
Curiosamente, Fernando Pessoa contribuyó mucho en la divulgación de esta historia. Su interpretación de la carta fue que L.G.P. era un pseudónimo de Hanni, Hjsos era una palabra mágica que ambos entendían y Tu Li Yu era la encarnación de un sabio chino en el que Crowley había reencarnado.
Después se descubrió que sólo lo primero era cierto. Hjsos pareciera ser Hanni Jagger Save Our Souls (H. J. SOS). En cambio, Tu Li Yu parece ser un juego fonético de la interjección toodeloo, que significa nos vemos luego. La noticia de la muerte de Crowley en Boca de Inferno se popularizó en los periódicos en Inglaterra hasta tal punto que la historia pasó de un suicidio a un asesinato por agentes de Roma o por otros interesados en su desaparición.
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Para el mundo entero, el final del mago se encontraba entre las frías aguas de la Boca del infierno. Médiums hablaban con su espíritu y la policía daba carpetazo a su caso. Pessoa mismo, inspirado por el caso, empezó a escribir una novela policiaca sobre el misterio de Boca de Inferno; sin embargo, acabó por perder el interés en la misma rápidamente y nunca la terminó.
La confusión duró sólo un par de semanas, porque Crowley apareció en Berlín, de forma inesperada y como acto de magia, en medio de una exposición de sus obras.
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Muchos piensan que el propósito de la visita de Crowley en Lisboa fue la de iniciar a varios artistas y escritores en la religión del Thelema. Otros piensan que Crowley estaba pasando un muy mal momento económico y fingió su muerte con la ayuda de Pessoa para desaparecer por un tiempo. No es la primera vez que Crowley planeaba fingir su propia muerte. Ya lo había pensado en Túnez, después de su expulsión de Italia. Era una forma de imitar el mito de Empedocles. Es curioso pensar que alguien hoy en día pueda llevar a cabo una anécdota similar. Ya no es tan fácil desaparecer de los ojos del mundo o tal vez simplemente aún no aprendemos el truco de magia.
Lo cierto es que aún queda una placa de mármol desgastada por el tiempo en el acantilado, como testigo de lo ocurrido. Crowley murió a sus 72 años, 14 años después de Pessoa. Hanni, en cambio, sí cumplió la profecía del mago unos años después, en un hotel de Málaga.
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Soy búlgara y mexicana. Vivo desde hace 5 años en Portugal.
Estudié Química e hice un Master en Bioquímica.
Actualmente hago otro Master en Literatura, cultura y arte contemporáneos.
Escribo cuentos cortos, pinto y hago esculturas.
Me interesan los cuentos de ciencia ficción e infantiles, la poesía, el misticismo, la filosofía, la precognición, la sociología y el comportamiento animal.
Estoy segura de que me olvido de algo.
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