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Bitácora de Navegación del Nautilus 3

LA VOZ DE TODOS

 

Marina Ortiz

 

A woman’s work

A woman’s prerogative

A woman’s time to embrace

She must put herself first

A woman’s touch

A sacred geometry

I know where you start, where you end

How to please, how to curse

Magdalene, FKA Twigs

 

En la mitología el tiempo no funciona igual que en un relato realista, que intenta evocar nuestra experiencia de éste (reto monumental para el lenguaje). No tiene por qué ser igual, por el contrario: es parte de su singularidad y encanto. Y esto produce espacios y personajes que tampoco son realistas. El tiempo mítico se efectúa como un hiato, una suscepción de la experiencia “realista”. Lo mismo dice el teórico Mijail Bajtin sobre el tiempo de la “aventura” (antigua) en su libro Teoría y Estética (1975). No hay progresión biográfica e histórica en estas ficciones; incluso, podríamos decir que están inventando el tiempo porque son esos sucesos los que darán inicio a la Historia. Son aventuras “antes” del tiempo y afuera de él. Son los cuentos de hadas donde los personajes envejecen o rejuvenecen a discreción y los reinos no se ven afectados del todo por los conflictos medievales. Lo sobrenatural trasciende la materia; por lo tanto, también los límites del tiempo y el espacio. Las religiones explican el comienzo de todo, por lo que sus medidas del tiempo son más bien simbólicas y por eso hay números recurrentes en todas ellas: el 3, el 4, el 7, el 10, el 40, etc.

Ahora, la mitología no es el único espacio exclusivo libre de las cadenas del Padre Cronos: también están los espacios virtuales-tecnológicos-digitales. Desde la televisión hasta el ciberespacio, la comunicación audiovisual y masiva tiene en común con la mitología que es prueba del poder del lenguaje: de un alcance que supera toda barrera, desmantelan lo oculto y lo invisible, nos unen y dividen, nos ofrecen respuestas y a la vez abren una de las preguntas más importantes del individuo: ¿cuál es mi lugar en el mundo? Siendo así, el encuentro de lo mitológico y las tecnologías de comunicación –o siendo más amplios, lo contemporáneo– es recurrente en la ficción, y nos dan historias divertidas, ingeniosas, filosóficas, o una mezcla de las tres. Pienso en la novela American Gods (2001) de Neil Gaiman, la película Only Lovers Left Alive (2013), tal vez El libro de los dioses (2020) de Bernardo Esquinca y el cuento “La noche de los inmortales” (2003) de Fernando de León.

Yo quiero traer su atención al cuento “La mujer de nadie” de Libia Brenda Castro, publicado en la revista digital Axxón en el 2005, que aún se puede leer gracias a que en el internet las palabras rara vez se pierden en el olvido o el tiempo. Puede que una página web deje de existir y sus conocimientos se borren del acceso común, pero nuestros vergonzosos estados adolescentes de Facebook del 2011 vivirán para siempre.

Axxón 155

El texto trata de María Magdalena, con toda su enorme carga mítica e histórica. En esta iteración ella es compañera, amante, discípula y apóstol en el mundo contemporáneo de la comunicación masiva. Tras la muerte de Jesús, debe cumplir con la misión que les legó a sus discípulos de anunciar la venida del reino de Dios y entiende que debe hacerlo a través de los espacios a su disposición: y con la transmisión satelital de la televisión llegará a las masas que necesitan oírla*. Sin embargo, su mensaje, su lenguaje, se ve impedido por la obstinada mirada patriarcal que despoja de legitimidad a la voz femenina y por fallas tecnológicas que la reducen a una imagen sin sonido, o un sonido sin rostro. Ella se sabe objeto de deseo pero reclama su lugar como persona, como humano. Muéstrate pero no hables, parece que le responden los hombres. Sé bella, nunca profeta. La ironía es amarga: “Magdalena suelta carcajadas luego guarda silencio, triste. El Señor no tuvo nunca mujer: sólo tuvo un receptáculo. Lo usó, pero no era importante para su gran labor”.

En su potestad mítica, Magdalena supera el tiempo y el espacio, pues su andar no se sujeta a las leyes de la física, y trasciende su propio cuerpo que cambia constantemente: “Al amanecer del día sexto de la primera semana, ella camina hacia el oriente, para ver salir el sol antes que nadie. Sus pupilas están quemadas. Es negra y sus cabellos rojos son un campo sembrado de amapolas”. Su doloroso clamor no encuentra correspondencia; más bien, recibe una reacción de la misma magnitud que la niega e intenta encarcelar su inconmensurabilidad. La reunión de lo bíblico con las tecnologías del siglo XXI producen un encuentro del pasado y del futuro en la voz ficcional que dice: “Escúchenme, ustedes me hicieron lo que soy, ahora se niegan a mirarme y se han quedado sordos”.

Libia Brenda Castro

Los mitos son maravillosos no porque sean eternos, sino porque son ácronos: las mismas historias perduran no por sólidas, sino por líquidas. Se encuentran fuera del tiempo el amor de la unión, la valentía de los jóvenes, la crueldad del fuerte y la hipocresía del opresor, necesaria para su dominio. Voz femenina, bíblica y tecnológica nos trae un mensaje: el que quiera dominar, te llamará débil, te descalificará con bases morales y después se enseñará a sí mismo a olvidar su acción. Lo mitológico es esa narración que elaboramos para explicarnos las cosas, y en esto no cabe caducidad: lo mitológico pertenece por igual en la Biblia como en el internet. María Magdalena es una figura que perdura, porque la hemos escogido como explicación para un andar de “mujer”, palabra que habla de una condición articulada, más que destino “natural”. Esa contradicción falsa que ella devela y reivindica: la voz profética saldrá de cualquier cuerpo y silenciar es violencia que paga una eufórica victoria momentánea con la derrota ante tiempo mítico.

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*El musical Jesucristo superestrella postula esto misma: ¿por qué el Profeta no eligió una época de comunicación global? Cada puesta en escena da una interpretación, y así consonancia con los temas de este cuento.

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AQUÍ pueden leer el cuento.

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Ana Marina Ortiz Baker

Soy de Monterrey, Nuevo León, México.

Desde la licenciatura estudio la ciencia ficción y la fantasía, y estoy por terminar una maestría en Literatura Hispanoamericana.

Mi tesis de investigación fue sobre el cyberpunk mexicano, en específico el tema del espacio y su relación recíproca con los personajes.

Me gustan los temas del cuerpo, la mujer, la ciudad, los mitos, la magia y la naturaleza.

Los conocimientos que tengo, que son un tesoro para mí, aún tienen mucho que crecer.

Twitter: @maro_baker

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