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JUNIOR

devenir monstruo

 

Miguel Sandoval

 

Crecer es incómodo, el paso de la pubertad a la adolescencia consiste en unas transformaciones que sólo podemos atestiguar, sin capacidad para revertirlas. Dejamos los juguetes, nace un cosquilleo cuando pensamos en la chica o el chico del salón de clases, cuando consideramos la idea de nuestro primer beso. Junior (2011) de Julia Ducournau transmite algunas de las sensaciones que seguramente más de uno atravesamos para llegar a esa etapa rebelde por excelencia.

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Los créditos iniciales del cortometraje nos sitúan en la epidermis de su protagonista, una púber que ama la lucha libre y que oculta los indicios de su feminidad bajo capas y capas de ropa. Su apariencia es despreocupada y de poca higiene, a tono con la manera de comer de sus amigos, con un diálogo sobre la sexualidad que es brusco y vergonzoso. Junior encaja porque es masculina, porque eructa en público, porque hace chistes que incomodan a sus profesores y con leves tintes de misoginia.

Por otra parte, una mañana despierta con dolor de estómago y su temperamento es irritable (signo de la adolescencia), situación que llega al límite durante la noche en su casa. Ducournau graba una secuencia de terror en el hogar de la chica, lo convierte en un castillo gótico de vecindario donde un monstruo produce chasquidos. La cámara nos conduce brillantemente con un pequeño planosecuencia hasta el origen del ruido y es ahí que Junior se nos revela, abrazada a la taza del baño sin saber qué ocurre.

Al día siguiente es diagnosticada con influenza estomacal. No obstante, como espectadores sabemos que sus cambios físicos le llevan a una metamorfosis. Su estómago ruge peor, su piel comienza a desprenderse anticipando la aparición de un nuevo ser. Sobre este punto, la cineasta cita entre sus influencias a David Cronenberg, maestro indiscutible del body horror, quien en La mosca (1986) ilustra la transformación involuntaria de un hombre en insecto. Aunque Junior no se convertirá en una mosca, se sentirá como un monstruo pesado y sudoroso que hunde la alfombra con su peso.

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En este sentido, nuestra protagonista despierta empapada en sudor: metafóricamente utilizado como la sustancia que escurre de su nueva dermis. El líquido es viscoso, posiblemente tiene mal olor (uno de los hechos que como adolescentes nos empuja a comprar desodorantes, a abrir las ventanas después de la clase de educación física o en un día caluroso). Es importante destacar que, aunque los cambios físicos de Junior son terroríficos, no hace falta que nadie la acompañe, pues intuimos que su mamá reconoce que es normal, consecuencia de crecer.

A propósito, otra chica sufre el desprendimiento de la piel en el baño de la escuela, como si pudiéramos afirmar que es un fenómeno que sólo ocurre a las chicas para convertirse en una versión más definida de sí mismas. El proceso corporal de los chicos está oculto, pues lo que parece interesar a Ducournau es cómo Junior muda de su primer ser hacia otro preocupado por las miradas ajenas, tanto así que prefiere sonarse la nariz en la intimidad que limpiarse con la ropa o frente a todos.

La nueva apariencia de nuestra protagonista es femenina, su rostro ya no tiene acné, le retiran los brackets. Su mejor amigo no sabe cómo acercarse a ella, pues la tosquedad que los unía ya no es posible, ahora ambos sienten atracción. La curiosidad amorosa adolescente tiene un primer momento cuando se besan, después cuando Junior deja que su amigo toque el torso de su nueva dermis, cuando los empujones (antes juego varonil) sostienen el coqueteo.

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Marillier en Junior

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Marillier en Raw

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Garance Marillier hace aquí su debut interpretando a Junior, escogida (según la directora) debido a su apariencia frágil, a su vez contrastante con su actitud “tan poderosa y tan inquietantemente andrógina” (un perfil que seguirá interesando a Ducournau hasta su filme más reciente, Titane). El cortometraje fue nominado al Discovery Award del Festival de Cine de Cannes, a lo que siguió otra colaboración cinematográfica con Marillier protagonizando en Raw (2016), cinta acerca del canibalismo como tradición familiar.

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En Las políticas del cuerpo abordaré obras (cinematográficas y literarias, principalmente) que ilustren el body horror. Me interesa resaltar cómo nuestro cuerpo tiene cierta independencia de nuestros deseos y cómo sus expresiones se manifiestan a través de la carne muchas veces sin que haya una explicación médica.

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Miguel Sandoval

Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UNAM.

28 años, lector y gran fanático del terror.

Escribo sobre cine, microrrelatos y de mis experiencias cotidianas.

¡Larga vida a la Nueva Carne!

@sndvlmiguel

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