MADiSON
Y LA REVOLUCIÓN DEL HORROR EN LOS VIDEOJUEGOS
Lord Crawen
Acostumbrados siempre al horror, a sentir ese temor que constantemente respiramos; innato desde el instante de nuestra concepción en la vida y que conforme avanzamos las dudas se incrementan.
La tendencia y búsqueda del horror coinciden más allá de los temores fundamentales de la vida. Actualmente el horror se puede encontrar en distintas variantes como en los videojuegos, donde los desarrolladores optan por contar historias, generar sobresaltos y, sobre todo, ofrecer una experiencia de juego inmersiva para los espectadores.
MADiSON surge de entre una gama de juegos llamativa desde el tiempo en que nos ofrecieron el universo de Fatal Frame, Silent Hill, Resident Evil y el olvidado pero no muerto P.T. (el cuál todavía nos duele no tenerlo en nuestras manos); de un laboratorio experimental de dos desarrolladores argentinos, amantes de los filmes de horror e inspirados en otros juegos, a través de la casa desarrolladora Nosebleed Games.
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Es importante señalar que muchos de los juegos desarrollados para las consolas de última generación han decidido dar un vuelco a sus historias para ofrecer al espectador sustos en todo momento que aparezcan en pantalla y que tengan que solventar a través de trucos su imaginación para resolver los casos.
Fractal Games, sin duda, es un ejemplo claro de ello. Cuando sacaron Amnesia al mercado, sus juegos eran sumamente distintos a lo ofrecido por el gigante Konami y sus Resident Evil, donde los juegos se resolvían con la ayuda de armamentos. Fractal Games decidió dejarle al espectador su raciocinio y mente en la oscuridad, tomando decisiones en tiempo y forma para obtener algún final en el juego.
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Red Barrels fue (y digo fue porque la franquicia actual la han destrozado) —en el primer Outlast— un experimento sacado de los años 2000 cuando estaba en su apogeo el falso documental en el cine, apareciendo como uno de los juegos de horror más importantes de su momento y que hizo sobresaltar a más de uno.
Volviendo a MADiSON, dos situaciones lo hacen diferente. La primera es que una casa latinoamericana se atrevió a experimentar con esta nueva experiencia. Y la segunda es que la atmósfera en la que se desarrolla el juego es mucho peor a la mostrada en Resident Evil o Amnesia.
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Este juego nos pone en la piel de Luca, un joven que despierta tras estar en coma —o somnoliento— encerrado en su habitación. Salir de ahí ya es un reto para los jugadores, ya que debemos ser meticulosos y observadores.
Desde este punto, MADiSON ya se vale de artilugios y sonidos que, al utilizar audífonos y la envolvente oscuridad de nuestra habitación, tienen un plus. Conforme se avanza en el juego nos valemos de varios elementos físicos para abrir puertas, pasar entre pasillos, etc. Pero el elemento que le da forma al juego es una vieja cámara Polaroid (referencia a los amantes del terror), con la que iremos desmenuzando un posible asesinato de la familia, del abuelo y de los ocupantes de la casa (que, valga la redundancia, son nuestra familia).
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La situación es que en MADiSON, conforme se avanza, los elementos de terror y jumpscares están a la orden del día. Las apariciones sobrenaturales son elementales en el título y nos pondrán a gritar en ciertos momentos. Al avanzar en la historia y fotografiar de todo, iremos desentrañando nuestra terrible verdad.
¿Pero vale la pena otro título más de horror en el ya clavado mercado de este género?
La respuesta es sí.
Si bien es un juego con elementos parecidos al resto, logra enganchar a los jugadores amantes del género (y a los que les encanta gritar y arrojar el mando muertos de horror) con una sutileza impresionante. Basta decir que, aunque conozco muchos elementos de este género, hubo momentos en los que tuve que medirme de momento la presión por los sustos que suele provocar.
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Es un juego corto, claro, pero se aplaude el atrevimiento de los desarrolladores de comenzar a entregarnos este tipo de juegos y generar, a futuro, una ganancia mayor que permita un mejor desarrollo.
La única queja (y ésta va para todos los títulos de horror actuales) es que una vez terminado el juego —si somos buenos con la memoria y los trucos— y queremos empezarlo de nuevo, el horror y los sustos pasarán a segundo plano y el juego podrá pasarse en poco tiempo sin sobresaltos.
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MADiSON es, sin duda, una excelente apuesta para los amantes del horror en todas sus vertientes y se agradece que se tenga el valor para exponerlo al mundo. Nos hubiese gustado tener audio en nuestro idioma, pero se trabaja en ello a futuro.
Por ahora espero que tengan el valor de adquirirlo para cualquier plataforma, sin olvidar la recomendación de su inseguro servidor de apagar las luces, colocarse los audífonos y presionar el botón de INICIO en sus mandos correspondientes. Y no olviden mirar a un lado, igual y la criatura junto a ustedes tiene algún truco para pasarlo más rápido.
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SITIO OFICIAL
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Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional. Su pasión por la literatura y la música lo lleva a formar parte del taller de creación literaria impartido por el profesor Julián Castruita Morán y Alejandro Arzate Galván. Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía. En 2014 es finalista del Concurso Interpolitécnico de Declamación. Participó en 4 obras de teatro de improvisación, las cuales fueron presentadas en los auditorios de la Escuela Superior de Ingeniería Textil y en el Cecyt 15. Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet. Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.
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