OCTUBRE
2023
Alma Mancilla
Un mes complicado, con menos lecturas que de costumbre. Aunque me quedo con una novela de tintes negros y fantásticos, dos colecciones de cuentos escritos por escritoras que exploran lo inusitado sin caer en lo terrorífico y una reciente antología de cuentos de terror. Conspiraciones, mundos extraños y miedos variopintos, para que este otoño no les falte qué leer.
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Anfiteatro / Alejandro Arteaga
(Arlequín, 2021)
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Antoine Arnoux recibe la noticia de la muerte de Valerie Lefebvre, su expareja brutalmente asesinada, al parecer, por su novio, un excéntrico artista que, no conforme con matarla, habría clavado los trozos de su cuerpo en un lienzo, a manera de espeluznante pieza artística. ¿Pero es realmente él el culpable? Y si no, ¿quién mató a Valerie y por qué? A partir de aquí seguimos al protagonista en sus pesquisas en pos de las pistas que lo llevarán, muy a su pesar, a desentrañar el misterio. Mitad novela policíaca, mitad historia fantástica, Anfiteatro (obra con la que, por cierto, su autor se hizo acreedor al Premio de Novela Ignacio Manuel Altamirano) nos ofrece un recorrido en el que hay obras de arte que ocultan secretos, escrituras crípticas, extrañas máquinas con fines ocultos, improbables conexiones y una monstruosa conspiración. La escritura de Alejandro Arteaga, que me recordó a Roberto Bolaño y a Bioy Casares, es reflexiva, inteligente, la de quien sabe que lo importante en una novela no es ofrecer respuestas sino plantear interrogantes y crear enigmas, todo sin soltar jamás al lector, él mismo atrapado en el mecanismo narrativo del libro que está leyendo. Una muy buena novela donde la realidad no es lo que parece, donde todo es, tal vez, signo, y donde, detrás de cada pista, se ocultan las claves de su trama y de su resolución.
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De un mundo raro / Solange Rodríguez Pappe
(Pandemonium, 2023)
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Muertos que regresan en carne y hueso a visitar a los vivos en la noche de difuntos; una maestra de escuela que, en el delirio de la enfermedad, es transportada a la maqueta que preparan sus alumnos; un coro de mujeres atrapadas en un sótano por un hombre al que no pueden o no quieren abandonar; un autobús cargado de pasajeros entretenidos en contar historias de miedo y, ¿quién sabe?, tal vez ellos mismos de camino al infierno; un homosexual maduro atrapado en los vericuetos del deseo o en los entresijos de un universo sobrenatural. Los trece cuentos nos invitan a adentrarnos en lo inusitado, que aquí aparece en todas partes: en carreteras oscuras, en pleno carnaval peruano, en el cuarto de un hotel o en el fondo de los armarios. La narrativa de Solange Rodríguez Pappe es cuidadosa, sugerente, tierna, capaz de rescatar leyendas y escenarios del entorno sudamericano lo mismo que de inspirarse en cuentos de hadas (la reescritura de Barbazul me encantó), mismos que reformula para crear textos potentes y bien escritos, con giros a veces espeluznantes, a veces irónicos, melancólicos o humorísticos, pero siempre fantásticos. La muerte y los sueños son motivos recurrentes, y estos cuentos parecen decirnos que la frontera entre sueño y vigilia puede ser porosa y que, si bien la muerte es ineludible, hay más de una forma de morir, pero también muchos motivos para no hacerlo. “Supay”, mi cuento preferido, explora de manera magistral el deseo y la soledad de un hombre en un texto lleno de colorido, de extrañeza, con la presencia de un demonio que pone los pelos de punta. Los personajes son reflexivos, y en sus claroscuros evidencian el interés de la autora en la condición femenina, en sus opresiones y en sus posibilidades de liberación. Sus fantasmas (y en estos cuentos hay más de uno) no son, por su parte, seres etéreos que espantan sino evocaciones terrenales de la calamidad, la pérdida o el desamparo humanos. Muertos, aparecidos, diablos danzantes, amores interestelares, espectros de mujeres, hombres ferales, infiernos domésticos, mundos que, como el título lo indica, son raros, pero a los que sin duda vale la pena entrar.
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Ars Mortis / VV.AA.
(Fondo Blanco, 2023)
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Una extraña y tímida chica oculta un peligroso poder; una pareja de hermanos prepara a sus padres un macabro festín; un espejo en una vieja casona es capaz de seducir a quienes lo poseen; una niña aquejada de un tumor maligno en todo el sentido de la palabra y un padre preocupado por salvarla; una pareja de amigas/amantes y el intento de un crimen que sale muy mal; una restauradora obsesionada con la pintura de una virgen sin cabeza. Trece cuentos de terror escritos por autores mexicanos en un excelente esfuerzo por conjuntar a un abanico generacional de escritores que, cada uno a su manera, nos ofrece su muy singular exploración de los miedos y de su confrontación. Se trata, desde luego, de miedos en un sentido muy amplio: contrario a lo que el título podría hacernos pensar, estas historias no versan de manera exclusiva sobre la muerte, y en ellas encontramos maldiciones, posesiones, terror religioso, cuentos de hadas, una siniestra higuera, extraños cultos apocalípticos, pactos con el diablo, en fin, terrores para todos los gustos. Los estilos van de cuentos que en su factura recuerdan a las historias “clásicas” de terror (“El violinista”, “El espejo de la abuela”) a aquellos que adoptan estilos y temas muy contemporáneos (“Esto no debería estar pasando”, “Cuchillos japoneses”). En mis preferidos, al terror externo y visible se suma la exploración de cuestiones como la maternidad, la rivalidad entre hermanas, las muchas aristas de la amistad o el lado más perverso de las relaciones de pareja. Me gustaron igualmente aquellos que se apoyan en elementos o referentes ya sea de la tradición religiosa (“Theotokos”) o del cuento de hadas (“El festín”) y consiguen subvertirlos o proponer nuevas lecturas. Una antología diversa que demuestra que el miedo, la oscuridad y lo inquietante están entre nosotros para quedarse. Porque, claro, siempre se pueden encontrar nuevas formas de lidiar con los demonios o, ¿por qué no?, de hacerlos aparecer.
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Un descuido cósmico / Liliana Blum
(Tusquets, 2023)
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Una mujer decide elaborar un muñeco vudú para darle un escarmiento a su insufrible marido; una anciana solitaria busca en el uso de una tabla Ouija algo de compañía; una mujer obsesionada con tener un hijo recurre a la brujería, con insospechados (y, a la larga, terribles) resultados; una vampira obesa que tiene por víctimas a hombres especialmente desagradables tiene un encuentro que, tal vez, convierta algunos de sus sueños en realidad. Sin renunciar a construir escenarios y situaciones de un profundo realismo, en estos ocho cuentos Liliana Blum se adentra en el territorio de lo fantástico y nos ofrece historias en las que irrumpe un elemento perturbador: una presencia alienígena, un ave que nadie sino la protagonista puede ver, una niña física y mentalmente parecida a un pajarito, un espíritu que, a la manera de los djinns de los cuentos árabes, cumple deseos. Liliana Blum es una gran narradora que no se apresura en el desarrollo de sus tramas y construye a sus personajes (femeninos en su mayoría) con gran cuidado, tomándose su tiempo y ahondando en los detalles, sabedora de que es ella quien tiene el control de la historia y no al revés. Amén del uso del elemento fantástico (que me encanta), me pareció muy interesante la forma en que la autora resuelve algunas de las insólitas situaciones que nos plantea: lo que en otros autores habría derivado hacia la prevalencia del caos o el hundimiento en la oscuridad cobra aquí en ocasiones la apariencia de una cierta domesticación de la amenaza: el hecho insólito tiene entonces una función específica, liberadora en muchos casos, y se presenta como una solución a situaciones más insoportables que la alternativa que su presencia propone. Los personajes de Un descuido cósmico no la tienen fácil, es cierto, pero hallan a veces una pequeña salida (insólita, en este caso) aún en situaciones de profundo desasosiego o de gran dificultad. En esa misma línea destaca el uso de un humor sutil, oscuro también, que contribuye a aligerar la lectura y a volver más digerible lo que de otra manera habría sido tal vez demasiado sórdido o terrible. Un libro de factura cuidadosa que, si son amantes de lo fantástico o lo terrorífico, seguramente disfrutarán.
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Alma Mancilla
Escritora y lectora voraz. Antropóloga en otra vida. Autora de los libros de cuentos Casa encantada (Instituto Mexiquense de Cultura, 2011), Las babas del caracol y otros relatos (Instituto Mexiquense de Cultura, 2014 / Lugar Común Editorial, 2019), El criado y otras historias de aflicción (Bitácora de vuelos ediciones, 2020) y de las novelas Hogueras (Editorial Terracota, 2013), Archipiélagos (UAEM, 2015), De las sombras (INBA / Lectorum, 2018), El predicador (FOEM, 2019) y Fulgor (Malpaso / Salto de página, 2022). Ganadora del Premio nacional de cuento Juan José Arreola 2022 con Los intrusos. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Facebook: https://www.facebook.com/alma.mancilla.9
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