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LO FANTÁSTICO Y LA POESÍA

III

Emiliano González

Primera parte

Segunda parte

 

Las situaciones variadas que forman lo infernal abundan en los libros fantásticos. Sin embargo, la recuperación del paraíso, el conocimiento visto como afirmación de la inocencia, está presente en muchos de esos libros y en vivencias del hombre en contacto con la mujer y la naturaleza.

Mi madre, la autora Julieta Campos, llegó a escribir un libro sobre el paraíso. Antes de terminar el libro, antes de dedicarlo y publicarlo, ella deseaba configurar el espacio simbólico en que siempre se realiza el amor de los amantes y descubrió que la isla es ese espacio y simboliza en la literatura la vida personal de cada pareja.

Julieta Campos

Las conversaciones con ella son premoniciones de mi lectura de unos versos del decadente John Barlas: There is a longing of the human heart / After that dream, an Eden all for two, / Some lonely island ‘mid the ocean’s blue / Where Love may sport, and laugh and kiss apart. / therefore it was a moment past I drew / Thine hair about thine eyes, Eve that thou art (“Este es un anhelo del corazón humano / Que va tras ese sueño, todo un Edén para dos, / Alguna isla solitaria entre el azul del mar / Donde el Amor pueda jugar y reír y besar aparte. / Por consiguiente fue hace un momento que moví / Tu pelo alrededor de tus ojos, pues eres Eva.”) El poema es de Sonetos de amor (1888).

La premonición es como un eco anterior al sonido, como un reflejo anterior a la imagen. Son necesarios los oídos y los ojos mentales para captar ese eco y ese reflejo.

El personaje Marta Saré, del ensayo amoroso y eleusino “De Elizabeth Siddal a Alice Liddell” (escrito en colaboración con Beatriz Álvarez Klein) es una premonición de mi lectura del cuento alemán “La princesa escondida bajo la tierra”, incluido en El libro violeta de las hadas (1901) de Andrew Lang. En el cuento, el rey hace construir un palacio subterráneo para esconder a sus hijas, y manda heraldos para hacer saber que al que encuentre a su hija se casará con ella y el que fracase morirá. Muchos mueren. Un joven apuesto e inteligente se cubre con una piel de cordero (un vellocino de oro) y un pastor le presta por tres días el “cordero” al rey, que ha querido comprarlo. El rey dice: “¡Abre, Sártara Mártara de la tierra!”, una puerta se abre, el pastor y el rey cruzan habitaciones y llega a otra puerta, que se abre con las mismas palabras de antes. Los dos personajes llegan por fin a un apartamento en que está la princesa. Ella se queda sola con el vellocino y de éste sale el príncipe. Ella le dice que su padre la convertirá en pato para confundirlo pero que el joven podrá reconocerla cuando ella se limpie las alas con el pico. El rey convierte en patos a las doncellas y a la princesa y ella permite que el joven la reconozca. Por fin, se casan. El cuento es una versión alemana de la leyenda de Perséfona. Hoy sabemos que en el “Dromenon” (lo representado) de Eleusis, el iniciado colocaba su pie izquierdo sobre un vellocino de oro, para demostrar que participaba en el sacrificio eterno del dios moribundo, a veces celebrado en la cima nevada de una montaña.

Marta Saré, en nuestro ensayo, es un personaje imaginario de la canción “Ilusiones de cristal (Memorias de Marta Saré)”, y ahora es necesario señalar algo: las palabras del personaje femenino son cantadas por un hombre (así como las palabras de Helen son escritas por Machen en “El libro verde”, segunda versión, para jóvenes y adultos, del viaje subterráneo de Alicia). En la canción sobre Marta Saré y en “El libro verde”, el agua y el fuego juegan un papel esencial. Como la canción y el libro eran significativos para el movimiento subterráneo, pusimos nuestra atención en la brasileña que deja caer el guante en la serie de grabados sobre sueños del decadente Max Klinger, “Un guante”, serie que repite en la edad adulta el viaje subterráneo de Alicia, y esta vez interviene un hombre. Repetir una vivencia infantil en edad joven y adulta es propio del decadentismo y del movimiento subterráneo. La niñez de María Sabina, la juventud extrema de Gisèle Prassinos dentro del surrealismo, implican cierta experiencia genuina dentro de la inocencia y son como prólogos para los libros y las vivencias de la madurez. La transformación de hechicería en arte implica dominio de las emociones para ayudar a la gente y recibir su ayuda. Al dedicarse a la creación o recepción de arte, el joven y el adulto repiten la vivencia del juego infantil, desinteresado, no competitivo, pero hacen intervenir cierto esfuerzo y cierto trabajo que no intervienen en el juego infantil.

«Gisèle Prassinos le lee a los surrealistas»

La letra de la canción “Ilusiones de cristal” dice: “Ve hacia atrás para ver todos los sueños / Dijiste que nunca lo has intentado siquiera / Como los espejos tratan de ver / nuevos reflejos que serán / ilusiones de cristal”.

«Mirror», por 25kartinok

 

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Emiliano González

Autor de Miedo en castellano (1973), Los sueños de la bella durmiente (1978, ganador del premio Xavier Villaurrutia), La inocencia hereditaria (1986), Almas visionarias (1987), La habitación secreta (1988), Casa de horror y de magia (1989), El libro de lo insólito (1989), Orquidáceas (1991), Neon City Blues (2000), Historia mágica de la literatura I (2007) y Ensayos (2009).

 

 

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