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LOS CELOS DE APOLONIO

V

 

Emiliano González

 

Primera parte

Segunda parte

Tercera parte

Cuarta parte

 

Al ser gigantesca y relacionada con la serpiente, la Lamia mitológica es comparable con Eurinome (palabra que significa Gran Viaje). Y es que la Lamia (como Gorgo y Mormo) es una deformación de Eurinome, la primera diosa griega. En otra leyenda, Lamia, bella reina de Libia, es amada por Zeus, que le da la capacidad de sacarse y ponerse los ojos y que le da varios hijos, hasta que Hera los mata. Lamia, enloquecida, devora todo lo que ve, y según cierta versión se come a sus hijos. Los seres serpentinos de Libia, en “La novela del sello negro” de Machen provienen de esta leyenda y de “Silencio” de Poe.

"Lamia!, por Joelle Circe

«Lamia!, por Joelle Circe

En “El pueblo blanco”, Machen mezcla elementos de Shakespeare: la situación de Mucho ruido y pocas nueces (comedia realista basada en el episodio de Apolonio) se mezcla con el soneto de las ninfas y con el de la dama oscura. Machen, a diferencia de Keats, le da la razón a Apolonio, aunque acepta el hashish de “El libro verde” en Jeroglíficos, libro publicado el mismo año en que publicó La casa de las almas, con “El pueblo blanco”. En este cuento, Ambrose juega el papel de Apolonio; los jóvenes “dialogantes” juegan el papel de Menipo; Helen y Alanna, autora y ninfa, juegan el papel de la mujer fenicia (que es semita). Keats es rechazado por Ambrose en el curso del “diálogo”. Y al rechazar a Keats rechaza también a los reyes judíos.

La mujer desaparecida o convertida en esqueleto, el banquete de bodas convertido en sepelio o eliminado, han sido usados siempre en situaciones en que algunos autores coinciden con Apolonio al considerar prostituta a la mujer fenicia, y otros no: Keats en “Lamia” y su seguidor Poe en “Soneto a la ciencia” (en el soneto de Poe, la fenicia se vuelve hamadríada expulsada por la ciencia fría). En la primera versión de “Noviembre” de Flaubert, que es un fragmento, la amante del protagonista no es prostituta ni ninfómana: es simplemente una mujer con experiencia sexual y amorosa. En la segunda versión de “Noviembre”, que es una novela, es prostituta la amante del protagonista, hecho que influye sobre Hesse cuando escribe El lobo estepario. En el fragmento “Noviembre” el protagonista no es un adolescente como en la novela Noviembre.

En el cuento “La máscara de la muerte roja”, de Poe, la muerte le da su merecido al príncipe egoísta. En la primera versión de la historia, escrita por Young para las Noches, la máscara de la muerte es nefasta, pues se lleva prematuramente a la hija del personaje principal. En la versión de Poe, la máscara de la muerte es justiciera porque castiga al príncipe egoísta (y libertino). La misma situación que sirve para proteger a la gente espiritual y sensual, en el Decamerón sirve para proteger a un injusto príncipe, ya que en las obras de Boccaccio y Poe la gente se protege de la peste en un lugar seguro. Hay un complejo o atavismo de Apolonio en todo este asunto, ya que la gente sexualmente libre ha sido calumniada y se ha vuelto libertina con los años, como lo demuestra el cuento de Poe. Apolonio se cuela tramposamente en situaciones en que la vanidad, el egoísmo o el libertinaje son criticados.

"The masque of the red death", por Harry Clarke

«The masque of the red death», por Harry Clarke

La mujer con cara de calavera, mal entendida, ha provocado suicidios, pero también situaciones represivas. El homosexual, consciente o inconsciente, que usa o repudia la cannabis, da mala fama a la hierba. Barba Jacob, que se llamaba a sí mismo “marihuano”, es tan nefasto como Ambrose que condena a Helen y a Alanna en “El libro verde”. Este homosexual, sin ningún control, es muy negativo porque perpetúa una mentira, acentúa la represión y al hacerlo provoca más desgracias y visiones de Jefes Secretos. La idea de que hay una relación entre cannabis y prostitución proviene del vínculo entre “El pueblo blanco” y el episodio de Apolonio, ya que éste considera prostituta  y vampiresa a la mujer fenicia debido a las mordidas que daba una de las prostitutas llamadas Lamia, ya conocidas en la época de Apolonio. En la primera versión de “El pueblo blanco”, registrada en La aventura de Londres, la joven que dibujaba laberintos ha sido llevada al mundo subterráneo, pero algunos, los racionalistas, creen que desapareció en Londres. Lorrain, en su novela Monsieur de Phocas, acerca de la obsesión por el color verde, dice que el minotauro de Londres es la prostitución. Los racionalistas de las primeras notas de Machen están impregnados de complejo de Apolonio.

K. Briggs, en su Diccionario de las hadas (1976), señala que E. Topsell en su Historia de las bestias de cuatro patas (1607) dice:

“…las lamias no son sino alegorías poéticas de las bellas prostitutas, quienes, después que han satisfecho su lascivia con hombres, muchas veces los devoran y los hacen desaparecer…”

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En el cuento de Borges sobre Tlön y Uqbar, el millonario reaccionario Ezra Buckley, que apoya la prostitución y la esclavitud, arruina el proyecto fabuloso de Uqbar.


En la actualidad, en Amsterdam, la cannabis y la prostitución son relacionadas, pues ninguna de las dos está prohibida. Esta relación es sólo una confusión, pues no pueden generalizarse los pocos casos aislados en que tal relación existe.

Helen de Machen no es igual que la Orgullosa Maisie o la Doncella Alegre, personajes femeninos de Sir Walter Scott que son vanidosos y por eso deben ver cadáveres y temas fúnebres. “El libro verde” escrito por Helen incluye escenas macabras, no sólo éxtasis. Helen en “El pueblo blanco” es tratada como si no presentara esas escenas, como si fuera imprudente al desconocer la muerte.

En la comedia realista Mucho ruido y pocas nueces, Shakespeare lleva al teatro un cuento de Bandello en que el noble Don Timbreo se enamora de Fenicia, hija de Lionato, caballero pobre y noble. Don Timbreo quiere casarse con Fenicia, pero otro noble, Girondo, se opone al matrimonio, codiciando a Fenicia. Girondo la calumnia, diciendo que Fenicia traiciona a Don Timbreo. Este la rechaza y ella se desmaya, aunque es considerada muerta. Antes de ser enterrada viva, Fenicia recupera el conocimiento y Lionato la manda a vivir con su tío, entierra un ataúd vacío y pone un epitafio en que dice que la calumnia la ha matado. Girondo, arrepentido, confiesa su culpa a Timbreo, que lo perdona, pero lo lleva a casa de Lionato para reparar la reputación de la joven. Girondo confiesa de nuevo y Timbreo dice que está dispuesto a hacer cualquier cosa para arreglar el asunto. Lionato le dice que acepte la esposa elegida por él. Le da una sorpresa, pues la joven elegida es nada menos que Fenicia.

En Orlando furioso, Ariosto narra esta historia, cambiándoles los nombres a los personajes, que se vuelven Ariodante y la princesa escocesa Ginebra, calumniada por el duque Polineso.

En la comedia de Shakespeare, Don Timbreo se vuelve Claudio, Fenicia se vuelve Hero y Girondo se vuelve Don John. Borachio, un travestido, se finge Hero para engañar a Claudio. Pero la historia es en esencia la misma.

El episodio de la vida de Apolonio tiene versiones orientales, como si se tratara de un arquetipo. En El sueño del aposento rojo, novela china del siglo XVIII, Tsao Hsue-Kin se refiere al enfermo Kia Yui, que pretende a la señora Fénix, inaccesible, y es asediado por las pesadillas y el insomnio. Un mendigo taoísta le da un espejo para curarlo, espejo que tiene la inscripción: Precioso Espejo de Viento y Luna, y el mendigo dice que viene del Palacio del Hada del Terrible Despertar. El mendigo añade que no mire el anverso, sólo mire el reverso, y que mañana volverá por el espejo. Kia Yui obedece al mendigo, toma el espejo y ve que refleja una calavera. Tira el espejo e irritado ve el anverso. Desde el fondo lo llama la señora Fénix. Kia Yui se siente arrebatado por el espejo, atraviesa el metal  cumple el acto amoroso. Fénix lo acompaña hasta la salida. Él despierta y el espejo, al revés, muestra la calavera. De nuevo Fénix lo llama y así, por varias veces, se unen y se aman. La última vez, dos hombres lo apresan al salir y lo encadenan. Les pide que lo dejen llevar el espejo. Son sus últimas palabras. Lo encuentran muerto, sobre la sábana manchada de semen.

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Kia Yui es Menipo, la señora Fénix es la mujer fenicia y los dos hombres son Apolonio. Pero también podemos decir que el cuento es metáfora de una situación represiva en que el auto-erotismo lleva al narcisismo y al pecado de Onán, más que a la masturbación creativa de Zeus, descrita por Nonno en la Dionisiaca.

En Cuentos de lluvia y luna, libro del siglo XVIII, el autor japonés Veda Akinari, hijo de una prostituta y de un desconocido, nos ofrece otra versión del episodio de Apolonio en dos cuentos, “El capuchón azul”, en que es narrada la historia de un monje homosexual que se vuelve demonio devorador, cuando muere el adolescente que ama, y “La impura pasión de una serpiente”, en que un joven se une con una bella mujer de alcurnia que habita una casa después en ruinas (variación del episodio de Apolonio) y que se vuelve serpiente. Akinari alude a la leyenda del templo Dôjôji, sobre un monje budista perseguido por una prostituta, que al ser rechazada se vuelve serpiente para matarlo. La mujer-serpiente es vencida por unos monjes exorcistas. En el cuento de Akinari, un viejo asceta logra conjurarla y la mujer se vuelve una serpiente inofensiva. En el cuento sobre el demonio devorador, Akinari se refiere también a una mujer-serpiente, hecho que relaciona al cuento con el episodio de Apolonio.

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Lafcadio Hearn en su cuento “La reconciliación” se refiere a un “samurái” que, después de vivir infeliz con su segunda esposa, vuelve con la primera, en una casa abandonada, hace el amor con ella, que le promete una nueva vida, y al despertar al otro día se encuentra con un esqueleto.

En su libro sobre el cuento fantástico hispanoamericano en el siglo XIX, Oscar Hahn se refiere a una leyenda mexicana del siglo XVIII, “El misterio de la calle de Olmedo”, en que un sacerdote le da la confesión a una joven y bella mujer con las manos atadas. Al día siguiente, el sacerdote, que ha olvidado su rosario, vuelve a la casa y se encuentra con un lugar abandonado desde hace más de medio siglo. En la habitación están el rosario y el esqueleto de la mujer con las manos atadas. J. M. Roa Bárcena hace una variación de esta leyenda cuando escribe “Lanchitas”, cuento sobre un sacerdote que le da la confesión a un fantasma, y luego es descubierto el esqueleto de un hombre. Yo observo que “El misterio de la calle de Olmedo” es una mezcla de dos cuentos antiguos: el episodio de la vida de Apolonio de Tiana y un diálogo de Luciano de Samósata, “Cuentistas o el descreído”, del siglo II d. C.: un fantasma es exorcizado, con palabras egipcias, y el esqueleto de un hombre es hallado en el sitio en que ha percibido el fantasma. Luciano, siguiendo el ejemplo de Homero, mezcla en su diálogo horror y ciencia-ficción y escribe el primer relato sobre una casa embrujada y temida (en ruinas, con el techo derrumbado): Luciano es precursor de Cervantes y de Radcliffe al ofrecer explicaciones naturales a hechos sobrenaturales pero también es precursor de Lewis y de Poe al dejar sin explicación racional otros hechos. Luciano muestra la relación entre el ritual de Hermes Trismegisto y el de Dionysos: los iniciados son primero asustados y luego reconfortados. Esto puede verse simbólicamente en el argumento mismo del relato, pues la aparición se ve seguida de exorcismo. El relato, acompañado de otros sobre autómatas y estatuas animadas, influye en autores modernos que hacen aparecer esqueletos al final de sus cuentos: Le Fanu escribe “El fantasma de Madame Crowl” y Lovecraft escribe “Los sueños en la casa de la bruja”: los esqueletos de un niño y de un roedor vampírico son recuerdos de dos mujeres crueles. Es claro que Apolonio considera cruel a la mujer fenicia de su discípulo Menipo, pero Luciano y Keats lo ponen en duda.

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Apolonio de Tiana es semejante al perverso polimorfo que confunde la leche con la sangre (pues en toda lamia los atributos de la madre se vuelven detalles vampíricos), y se muestra celoso, pues desea a su discípulo Menipo y odia a la mujer fenicia, tomándola por vampiresa y prostituta. En un poema de Baudelaire, la prostituta-vampiresa se vuelve un esqueleto después de chupar al hombre. En la versión de Keats, la fenicia desaparece al ser calumniada y el discípulo muere. Su maestro ha llamado “serpiente” a la fenicia, confundiéndola con una prostituta de la época llama Lamia y con Gorgo y Lamia, deformaciones de Eurinome, la primera diosa griega. También la confunde con la serpiente oracular de Delfos, que es vencida por Apolo.

Los “horlas” de Apolonio son los brahamanes, que según la leyenda pueden volverse invisibles a voluntad. Al regresar de la India, Apolonio pasa por una isla sagrada en que vive un demonio femenino, una ninfa marina “tan destructiva para los marineros como Escila o las sirenas”. Recordemos que las mitológicas sirenas devoran a los marinos imprudentes, a los “lobos de mar”, así como las “Kerés” eleusinas chupan al guerrero-lobo y las ménades acuchillan al cazador-lobo. Apolonio, en cambio, admira al guerrero-lobo Aquiles y llega a invocar a su fantasma para hablar con él.

"The Keres", por Keresa Lea

«The Keres», por Keresa Lea

En la cólera de Aquiles vemos el origen más lejano de la furia de Orlando. Éste es comparable con Tristán, que enloquece al enterarse del rechazo de Isolda, implícito en las cartas de Sir Khydius y de ella, cartas que provocan los celos y la locura de Tristán. El rey Mark, al saber de la existencia de un loco, desnudo y violento, dice que debe ser Sir Matto le Breune, que enloqueció cuando perdió a su dama, y que al ser herido por su rival mostró siempre signos de desequilibrio mental. Sin embargo, el loco desnudo y violento es Tristán, su sobrino, amante de Isolda, su mujer. En otra versión de la misma leyenda, la locura es sólo fingida por Tristán para acercarse a Isolda.

En la versión antigua (de Malory), cuando Tristán decapita a uno de los escuderos que acompañan al bufón del rey, nos hace recordar a la enana acéfala Baubo de Eleusis. La decapitación de la Medusa y la unión de Perséfona con la serpiente Zeus son intentos de devolverle la dignidad a Eurinome, la primera diosa griega, que se une con la serpiente del caos para dar origen al cosmos, siendo la serpiente símbolo de instinto y condición animal y la diosa símbolo de la razón humana. Después de pasar por una etapa realista y vulgar en que la diosa es sólo una mujer y la serpiente un reptil común y corriente, y en que la unión de ambas implica bestialismo, Eurinome se convierte en demonio, en Gorgo, Mormo y Lamia, y en vez de dar a luz al cosmos da a luz a un monstruo híbrido, a una medusa. Y, vuelta Perséfone, copula con la serpiente Zeus para originar a dos Dionysos, uno bueno y otro malo, pues uno controla los excesos y defectos de Zeus y el otro no.

"Medusa", por  Caravaggio

«Medusa», por Caravaggio

La decapitación  y el mundo subterráneo en las leyendas de Orfeo y de Perseo, en Alicia de Carroll, en Orlando de Virginia Woolf y en modernas narraciones, vienen a la mente.

Continuará…

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EGPenEmiliano González

Autor de Miedo en castellano (1973), Los sueños de la bella durmiente (1978, ganador del premio Xavier Villaurrutia), La inocencia hereditaria (1986), Almas visionarias (1987), La habitación secreta (1988), Casa de horror y de magia (1989), El libro de lo insólito (1989), Orquidáceas (1991), Neon City Blues (2000), Historia mágica de la literatura I (2007) y Ensayos (2009).